Indulto al Madrid
El Lyon perdona a un equipo p¨¢lido y err¨¢tico que s¨®lo tuvo pujanza en el tramo final
De forma inopinada, el Madrid se ha metido en un l¨ªo . Nada hace pensar que no pueda remontar un 1-0; pero tampoco nada hac¨ªa presagiar su desatino en Lyon, donde primero no tuvo chicha y se qued¨® sin tiempo cuando quiso remar. Al cierre pudo sellar el empate. Antes tambi¨¦n estuvo a punto de una condena mayor. P¨¢lido de entrada y desnortado tras el gol de Makoun, fue indultado y s¨®lo encontr¨® alivio cuando el conjunto franc¨¦s se acalambr¨® en el ¨²ltimo cuarto de hora. Ahora, el equipo espa?ol tendr¨¢ que articularse mucho mejor para la vuelta. En la ida, por tercera visita en los ¨²ltimos a?os, se qued¨® sin marcar en el estadio Gerland. Tiene otro reto: superar los octavos de final por vez primera en cinco temporadas. Con registros muy diferentes a los mostrados en la ida, lo tiene a su alcance.
Olympique de Lyon 1 - Real Madrid 0
O. Lyon: Lloris; R¨¦veill¨¨re, Cris, Boumsong, Cissokho; Toulalan; Govou, Makoun, Pjanic (K?llstr?m, m. 78), Delgado (Bastos, m. 89); L¨®pez (Gomis, m. 82). No utilizados: Vercoutre; Gassama, Gonalons y Ederson.
Real Madrid:Casillas; Arbeloa, Ramos, Albiol, Marcelo (Garay, m. 46); Diarra, Alonso, Kak¨¢, Granero; Ronaldo e Higua¨ªn (Benzema, m. 64). No utilizados: Ad¨¢n; Lass, Gago, Drenthe y Ra¨²l.
Gol: 1-0. M. 46. Makoun, desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro:M. Atkinson (Reino Unido). Amonest¨® a Govou, Arbeloa, Marcelo (no jugar¨¢ la vuelta) y Alonso (no jugar¨¢ la vuelta).
Unos 40.000 espectadores en el estadio Gerland. La vuelta, el 10 de marzo en el Bernab¨¦u.
Al Madrid le falt¨® un punto de subversi¨®n y el aroma de la Champions Este Olympique no est¨¢ para grandes emboscadas, fuera de rueda en su Liga y desterrado en la Copa. Y, se supone, menos a¨²n ante un equipo con la carrocer¨ªa madridista. Hasta el asalto final, con su rival en ventaja y desfondado, el grupo de Pellegrini no tuvo el fuego que requiere la Copa de Europa. Fue un equipo esquel¨¦tico. Tard¨® un mundo en ser el cuadro decidido que se anunciaba y concedi¨® mayores placeres de los previstos a su adversario: muchos sobresaltos para Casillas y una hamaca para Lloris hasta el trance final. Un dato: en el primer tiempo, el equipo visitante remat¨® una sola vez, y por fuera de la porter¨ªa. Un balance demasiado raqu¨ªtico, consecuencia del poco ¨¢ngel general.
Sin Guti, y ante los ¨²ltimos extrav¨ªos de Lass, el t¨¦cnico chileno reclut¨® al otro Diarra. Si quiso mayor alba?iler¨ªa en el eje, no lo consigui¨®. A su alrededor, Xabi Alonso estuvo tieso, hasta que al t¨¦rmino del primer periodo derrap¨® por completo y, cortocircuitado por su err¨¢tica jornada, se pas¨® de frenada y recibi¨® una tarjeta que le exilia de la vuelta. Como Marcelo, torturado por Govou hasta que su entrenador, ya en el descanso, le evit¨® una jornada similar a la que vivi¨® en el Pizju¨¢n ante Navas hace unos meses. El descarrile del brasile?o sirvi¨® de repesca para Garay, para desconsuelo de Sergio Ramos, otra vez al lateral. Nada m¨¢s cambiar las costuras del equipo, el Lyon hizo diana: un estacazo de Makoun a la escuadra izquierda de Casillas, que hab¨ªa clausurado el primer acto angustiado por remate del Chelito Delgado a su poste derecho.
Con grietas atr¨¢s y enredado en el medio, el Madrid fue demasiado plano, contemplativo en exceso. Cualquier arrebato de Govou o Delgado le resultaba s¨ªsmico, como el f¨²tbol de espaldas de Lisandro, la salida preferida del equipo franc¨¦s cuando acelera. Para contener, al Lyon le bastaba con Toulalan, siempre con la manguera ante cualquier sofoco. No lo fue Kak¨¢, empe?ado de nuevo en fagocitar el juego se encuentre donde se encuentre. Tampoco dio muchas pistas Cristiano Ronaldo, ocupado en arabescos en las zonas templadas del campo, salvo por su estupendo disparo que desvi¨® Lloris con un vuelo muy exigente. Ocurri¨® ya en el segundo periodo, cuando el Olympique multiplic¨® su amenaza y lejos de contemporizar con la ventaja en el marcador se estir¨® con atrevimiento. Fruto del destape, una avalancha local deriv¨® en una cita cara de Lloris con Higua¨ªn. El joven meta galo de nuevo estuvo solvente.
Incapaz de embridar el partido, el Madrid estuvo en el alambre, con Casillas de susto en susto sin remedio. Sin la solidez de las ¨²ltimas jornadas, jug¨® destemplado, sin pausa, sin vocaci¨®n alguna de tejer el f¨²tbol. De nuevo a merced de alguno de sus solistas, con el riesgo que ello conlleva en una competici¨®n de tanta enjundia.
La apuesta de Benzema por Higua¨ªn tampoco cambi¨® el paisaje. El problema era m¨¢s agudo. De la turbaci¨®n inicial a un exceso de v¨¦rtigo, sin t¨¦rmino medio. Enfrente, un equipo sin grandes armaduras, pero aplicado en sus virtudes y en enmascarar sus debilidades. El Olympique s¨®lo claudic¨® en el tramo final, agotado por la magnitud de la faena. Ello permiti¨® al Madrid bajar el tel¨®n cerca del ¨¢rea rival. Cristiano, arrollado por Lloris en una salida, y Sergio Ramos, de cabeza tras un c¨®rner, se aproximaron al gol. El encuentro estaba quebrado. El pulso del Madrid fue tard¨ªo. En Chamart¨ªn tendr¨¢ que cambiar el gui¨®n. Dif¨ªcilmente lo har¨¢ su rival, que tiene el repertorio justo. Al Madrid se le presuponen otras partituras. En su casa se ver¨¢ arrastrado por la carga emocional que destila la hinchada madridista en las noches de gala europea. El f¨²tbol, el juego, es cosa suya, del equipo. Un tropiezo rajar¨ªa el deslumbrante proyecto veraniego.
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