Francia aplaude a Espa?a
La selecci¨®n muestra su superioridad ante un an¨¦mico equipo franc¨¦s al tiempo que se gana los "ol¨¦s" y la hinchada local carga contra Henry y Dom¨¨nech
Espa?a sali¨® a hombros de Par¨ªs , con el reconocimiento un¨¢nime de los feligreses de Saint Denis. Hoy no hay selecci¨®n m¨¢s encantadora, antes y despu¨¦s de los Pirineos. El equipo de Del Bosque jug¨® con aplomo, efectividad y la cosm¨¦tica que le ha hecho universalmente oscarizada. En la capital francesa, Espa?a exhibi¨® sus dos v¨ªas, fue una selecci¨®n de paso corto al inicio y de zancada larga luego. Frente al excelente momento espa?ol, en Francia reina el caos.
Francia hace tiempo que vive una evidente contradicci¨®n futbol¨ªstica. La hinchada, un crisol de razas, responde sin achaques a cada partido de les bleus. La grada es festiva, Saint Denis un santuario. Antes de la solemnidad de La Marsellesa, ya deja ver su primer desagrado: Raymond Dom¨¨nech, un t¨¦cnico sin predicamento al que los fieles hace tiempo que no soportan sus desplantes. Y mucho menos el ulceroso f¨²tbol de su equipo. Cuando se sube el tel¨®n, ya no hay confetis. El p¨²blico franc¨¦s no encuentra satisfacci¨®n alguna en el juego local.
Francia 0 - Espa?a 2
Francia: Lloris; Sagna, Ciani, Escud¨¦, Evra; Lass, Toulalan; Rib¨¦ry (Malouda, m. 73), Gourcuff, Henry (Govou, m. 64); y Anelka (Cisse, m. 76).No utilizados: Mandanda; Carasso, Boumsong, Cissokho, Fanni, Rami, Cheyrou, Sissoko, Ben Arfa y Remy.
Espa?a: Casillas; Ramos, Piqu¨¦, Puyol (Albiol, m. 46), Arbeloa; Busquets; Silva (G¨¹iza, m. 80), Cesc (Xavi, m. 46), Xabi Alonso (Senna, m. 63), Iniesta (Navas, m. 63); y Villa (Torres, m.46). No utilizados: Reina, D. L¨®pez, Marchena, Capdevila, Mata y Negredo.
Goles:0-1. M. 21. Villa. 0-2. M. 45. Ramos
?rbitro:Craig Thompson (Escocia) mostr¨® tarjeta amarilla a Ramos (m. 53).
80.000 espectadores en el Stade de France -Saint Denis. Los jugadores de Francia y Espa?a, guardaron un minuto de silencio antes del inicio del amistoso en memoria de las v¨ªctimas del terremoto de Chile y del temporal en el oeste del pa¨ªs galo.
Entonces arrecian los gritos contra el seleccionador; pero nadie simboliza mejor la decadencia del subcampe¨®n mundial como su capit¨¢n, Henry, un eslab¨®n de Dom¨¦nech. Hace mucho que est¨¢ de espaldas al f¨²tbol y con esa desgana aparente que le caracteriza lo mismo da una patada a la hierba que al aire; lo mismo pierde un sprint con dos cuadras de ventaja que desperdicia la pelota una y otra vez de forma parvularia. Ni el doble manotazo a Irlanda le ha redimido. La gente le tolera tan poco como a su entrenador. ?ste tampoco es el m¨¢s diplom¨¢tico. Relev¨® a su jefe de cuartel para que la bronca del grader¨ªo tuviera mayor eco. As¨ª fue. Tras abuchear a Henry, el p¨²blico pidi¨® por en¨¦sima vez la dimisi¨®n de Dom¨¨nech. Una reivindicaci¨®n permanente toda la noche. Tiempos convulsos en Par¨ªs.
De la decadencia de Henry sac¨® provecho Espa?a, que ya gobernaba el choque son la soltura de esos equipos tan cuajados que no necesitan una quinta marcha. La superioridad actual de Espa?a sobre Francia es rotunda. Al equipo de Del Bosque le hab¨ªa bastado con ese juego de escuadra y cartab¨®n, delicado, sutil, casi almibarado cuando no encuentra oposici¨®n, para descorchar el partido a su antojo. Hasta que Henry bostez¨® ante Piqu¨¦, ¨¦ste le rob¨® la pelota e Iniesta enfil¨® a Villa hacia el gol con un pase que iba orientado a Silva. Esta Espa?a acierta hasta cuando se equivoca. Villa no fall¨® en su cita con Lloris. Siempre puntual ante el gol, el asturiano es taladrante . Con el tanto, el juego espa?ol a¨²n fue m¨¢s arm¨®nico. Una sinfon¨ªa de rondos ante un adversario an¨¦mico, sin la agitaci¨®n de Rib¨¨ry, superado por Arbeloa, m¨¢s fiable que Capdevila para marcajes tan exigentes, con Anelka en esa versi¨®n de chico melanc¨®lico y desamparado que tanto le distingue. A veces, desde que est¨¢ en el Chelsea baja de Marte; pero no es muy frecuente. De Francia s¨®lo hubo huellas de Lass, que tir¨® de cuchillo ante su compa?ero Xabi Alonso y ante Iniesta. Mal asunto si s¨®lo hay pistas de quien ense?a los tacos.
Del Bosque opt¨® para la ocasi¨®n por uno de sus planes mundialistas. Cauteloso con Fernando Torres, que est¨¢ de vuelta de la enfermer¨ªa, el t¨¦cnico se inclin¨® por Villa como ¨²nico ariete. La f¨®rmula garantiza a Espa?a la superioridad en el medio campo y con Busquets de remiendo para sus centrales, el grupo se siente m¨¢s arropado. Con este sistema el juego tiene una cadencia m¨¢s pausada. Id¨®nea para Alonso, Iniesta, Silva... No tanto para Cesc, que sigue inc¨®modo en la selecci¨®n. No encuentra a¨²n el traje que le etiqueta en el Arsenal. Pero el equipo tiene otros registros. Hay una quinta marcha cuando se alista Torres, que es un tiro cuando est¨¢ en plenitud. Anoche, ya con Xavi por Cesc en el segundo acto, sus compa?eros le buscaron con empe?o. El delantero del Liverpool percuti¨® varias veces contra el ¨¢rea franc¨¦s. A¨²n est¨¢ algo r¨ªgido, como es l¨®gico. A la marcha del segundo tramo se sum¨® Navas, un velocista de primera. Con ¨¦l y Torres, la selecci¨®n gana v¨¦rtigo, busca m¨¢s los planos abiertos. Un modelo tan eficaz como el trazo corto que culmina en Villa. A 98 d¨ªas del Mundial, Del Bosque tiene de todo, un cat¨¢logo extraordinario. En Sur¨¢frica se ver¨¢. En un Mundial los antecedentes no siempre tienen valor, pero ilusionan.
Por tener, Espa?a tiene hasta un racimo de jugadores muy vers¨¢tiles. Sergio Ramos, por ejemplo, tan capacitado como central del Real Madrid como lateral internacional . Lo mismo ocurre con Arbeloa, que da puntadas en los dos laterales. En ninguna de las dos orillas han sobrado los recursos incluso en estos tiempos de bonanza espa?ola. Capdevila ha sido la soluci¨®n recurrente. De un arranque de su compa?ero Ramos lleg¨® el segundo tanto. Xabi Alonso le cruz¨® por dos veces la pelota desde la frontal del ¨¢rea gala . A la segunda ocasi¨®n, Ramos emboc¨® con la red de Lloris tras un desv¨ªo de un futbolista local. Saint Denis estaba rendida al campe¨®n de Europa. S¨®lo faltaba la puntilla, pero a¨²n mayor horizonte a espaldas de la defensa francesa, Espa?a no supo concretar el gol que hubiera certificado la goleada. Al fin y al cabo era un duelo amistoso, por mucho que se alinearan jugadores de los mejores equipos del mundo (Bar?a, Real Madrid, Chelsea, United, Arsenal, Bayern, Liverpool, Valencia...) y ya se hab¨ªa ganado la ovaci¨®n francesa.
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