El Madrid se mantiene en pie
El equipo de Pellegrini salva un partido arisco ante el Valladolid e Higua¨ªn subraya sus dotes goleadoras
Como penitencia por el patinazo en Europa, el Madrid se encontr¨® en Zorrilla con un campo minado en el que supo sobreponerse al desgarro en la Champions. No fue una faena de ali?o. Antes de la goleada, el cuadro de Pellegrini sufri¨® para encontrar un atajo que le permitiera gestionar con ¨¦xito un encuentro jugado de u?as por un adversario angustiado por un descenso cada vez m¨¢s amenazante. El equipo madridista se contuvo ante la sucesi¨®n de grescas, explot¨® la v¨ªa a bal¨®n parado y gobern¨® el tramo final sin sobresaltos.
De entrada, el Madrid tuvo que afrontar un partido arisco, con muchos navajazos, con los jugadores locales con dientes de sierra en los tacos. As¨ª interpret¨® el Valladolid la arenga p¨²blica de su capit¨¢n, Marcos, quejoso durante la semana por la falta de testosterona del equipo. Marcos no jug¨®; sus compa?eros le desmintieron, pero de nada sirvi¨®. El f¨²tbol no es un cuadril¨¢tero, salvo el permisivo compadreo de un ¨¢rbitro, que lo mismo consinti¨® los ganchos locales que se hizo el longuis en dos penaltis cometidos por Sergio Ramos, uno con 0-0 y otro con 0-3. A Mejuto lo mismo le dio, empecinado en repartir errores, una curiosa justicia.
Valladolid 1 - Real Madrid 4
Real Valladolid: Justo Villar; Pedro L¨®pez, Baraja (Nivaldo, min. 8) Arzo, Del Horno; Pel¨¦, L¨¢zaro, Nauzet (Bueno, min. 69), Medunjanin, Marquitos (Keko, min. 60) y Diego Costa.
Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Albiol, Marcelo; Lass, Xabi Alonso (Gago, min. 42), Granero (Guti, min. 69); Van der Vaart, Cristiano Ronaldo e Higua¨ªn (Ra¨²l, min. 74).
Goles: 0-1: Min 27, Cristiano. 0-2: Min. 44 Higua¨ªn. 0-3: Min. 51, Higua¨ªn. 1-3: Min. 57, Albiol en propia meta. 1-4: Min. 64, Higua¨ªn.
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez (Comit¨¦ asturiano). Amonest¨® a Del Horno, L¨¢zaro, Pel¨¦, Medunjanin, Xabi Alonso, Granero y Ramos.
Incidencias: Estadio Jos¨¦ Zorrilla. 22.000 espectadores. Se guardo un minuto de silencio en memoria del escritor Miguel Delibes.
El Madrid no se dej¨® intimidar. No s¨®lo tuvo que digerir un encuentro m¨¢s proclive para las trincheras, sino que se vio obligado a un exigente ejercicio de autocontrol. En ese aspecto, todos los focos apuntaban a Cristiano Ronaldo, un jugador siempre en ebullici¨®n que se cortocircuita con facilidad. En Zorrilla, la primera vez que pudo mantenerse en pie, tras una falta de Nivaldo a Granero, conden¨® al grupo de On¨¦simo. Su lanzamiento fue desviado por el flequillo de Diego Costa, incrustado en la barrera. Un imposible para Justo Villar, espectador de otro misil del portugu¨¦s. Luego solt¨® un punterazo a un contrario, m¨¢s tarde Nivaldo le hizo trizas una espinillera tras un pisot¨®n sin la pelota a la vista. El partido era puramente pugil¨ªstico, un espect¨¢culo casi marcial.
El gol de Cristiano despej¨® una noche tormentosa para el Madrid, an¨ªmicamente sacudido desde la visita del Lyon. El Valladolid, como acostumbran los equipos con la soga, arranc¨® a toda pastilla, de forma fren¨¦tica. On¨¦simo, el t¨¦cnico, dict¨® un f¨²tbol directo, sin frenos, con una presi¨®n asfixiante sobre cualquier jugador madridista que quisiera dar salida al juego. No respiraba el Madrid, con todos sus centrocampistas inicialmente volatilizados, sin pujanza alguna. El estado febril del Valladolid resultaba un engorro para el conjunto de Pellegrini, m¨¢s predispuesto para un duelo almibarado que mitigara los efectos de la crisis europea. Qu¨¦ mejor analg¨¦sico que Cristiano. Su tanto contuvo al Valladolid y enchuf¨® a Higua¨ªn, uno de los m¨¢s se?alados por la espantada en la Champions. Pese a su infortunio en aquel torneo, el argentino demostr¨® de nuevo que el gol no se le discute. Ante las dificultades para dar continuidad al juego, el Madrid explot¨® la suerte a bal¨®n parado. Al filo del descanso, Van der Vaart -que a¨²n sin grandes titulares mejora al actual Kak¨¢- enrosc¨® una falta e Higua¨ªn se adelant¨® a todos. Ya en una falta anterior, pero ejecutada desde el costado izquierdo, Ramos hab¨ªa estado a punto de marcar tras un doble remate frustrado de forma estupenda por Justo Villar.
Superado el combate inicial, el Madrid alcanz¨® el intermedio entero y con el partido abrochado, un doble ¨¦xito. El Valladolid perdi¨® dep¨®sito y ya con menos lija en las suelas tuvo un aire m¨¢s comatoso. L¨®gico, est¨¢ al borde del precipicio y en el ¨²ltimo a?o ha ganado tres partidos, una cadena casi perpetua que atormentar¨ªa a cualquiera. Tampoco le sonr¨ªe la ruleta: Pel¨¦ estrell¨® dos veces el bal¨®n en el poste. M¨¢s sosegado el rival, el Madrid gan¨® en comodidad, se le abrieron las fronteras y, en su beneficio, el partido tuvo cordura. Una bendici¨®n para Higua¨ªn, tan necesitado de un masaje. En la l¨ªnea de Messi, el argentino sell¨® un triplete. Y en estrecha colaboraci¨®n con Cristiano Ronaldo, un gui?o a los malpensados. A Pellegrini le pareci¨® suficiente y la terapia final, con el partido cerrado, correspondi¨® a Ra¨²l y Gago, rescatado de las tinieblas en un club tan raqu¨ªtico en centrocampistas. El t¨¦cnico chileno sabe que necesitar¨¢ a todos para desbancar al Bar?a y, al menos, aferrarse al trono de la Liga, ya la ¨²nica soluci¨®n de la temporada. En Valladolid acentu¨® su candidatura. Por lo visto, en asuntos dom¨¦sticos Europa no le ha dejado fundido. Su respuesta, con el ¨¢nimo por los suelos, un proyecto emborronado y en un campo de mucho barbecho, fue la adecuada. En la Liga hay camino. Europa es historia, aunque inolvidable.
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