Crecidos alrededor de Cristiano

El Madrid nunca hab¨ªa marcado tantos goles (102) y no recib¨ªa tan pocos (34) desde la temporada 1986-87. Manuel Pellegrini ha terminado la temporada con 96 puntos. El equipo, s¨®lido en defensa, devastador en ataque, ha sufrido la falta de recambios en el centro del campo.

CASILLAS. Atento. Menos exigido que en otras temporadas porque al Madrid no le chutaban tan poco a puerta desde hace 15 a?os. Tuvo un peque?o despiste en Getafe (en el gol de Parejo) pero sus manos fueron fundamentales en el partido contra el Mallorca cuando, en la primera parte, salv¨® tres claras ocasiones de gol con el marcador en 1-0.

SERGIO RAMOS. Mucha autoridad. Ven¨ªa de dos temporadas de altibajos por problemas de pubalgia y ha respondido con autoridad. Ha terminado la Liga en un estado de forma extraordinario. Ha marcado cuatro goles, ha dado tres asistencias (dos de ellas en Mallorca el d¨ªa del hurac¨¢n Cristiano) y se ha desplazo del lateral (21 partidos) al centro de la zaga (12) con naturalidad.

ALBIOL. La seguridad. Lleg¨® procedente del Valencia con fama de central que juega con seguridad s¨®lo si tiene a alguien con experiencia al lado. Ha jugado a un nivel alt¨ªsimo incluso sin Pepe. Seguro, r¨¢pido y concentrado. S¨®lo tuvo un fallo, contra Osasuna en casa. Poca cosa en una temporada en la que ha disputado 33 partidos.

ARBELOA. El comod¨ªn. "Si me llegan a decir que juego tantos partidos no me lo creo", confes¨® el defensa en enero. El ex del Liverpool lleg¨® por cuatro millones y ha disputado 30 partidos, los que se ha perdido fueron por una lesi¨®n en la rodilla. Ha sido el jugador comod¨ªn de Pellegrini: ha disputado 17 encuentros en el lateral derecho y 13 en el izquierdo.

GARAY. La sorpresa. Fichado por Ram¨®n Calder¨®n, lleg¨® en verano con la idea de ser nuevamente cedido. Pellegrini se lo llev¨® a la pretemporada para estudiarlo desde cerca. El argentino no s¨®lo se qued¨® sino que sorprendi¨® a todos por su seguridad y soltura. Con 24 a?os ha suplido la baja de Pepe sin despeinarse. Ha jugado 19 partidos.

MARCELO. La progresi¨®n inesperada. Ha tenido la mayor progresi¨®n justo en el a?o que le ha faltado el apoyo de Pepe (su gu¨ªa dentro y fuera del campo). R¨¢pido, participativo y con alg¨²n fallo menos en defensa que otras temporadas. Es el m¨¢ximo asistente del equipo (7) junto a Kak¨¢.

METZELDER. El olvidado. Igual que a Dudek, le toc¨® vivir el alcorconazo. El central alem¨¢n s¨®lo ha disputado cuatro partidos, dos de Copa y dos de Liga.

DRENTHE. Ausente. El holand¨¦s apenas ha sumado 297 minutos. Ha jugado cuando no quedaba otra.

XABI. El faro. Ha sido el faro del centro del campo: recuperador y constructor. Es el ¨²nico del mediocampo al que se la ha visto tirar pases de 30 metros. Ha sido el que m¨¢s partidos ha jugado (34) despu¨¦s de Casillas y Marcelo. Se perdi¨®, por sanci¨®n, la vuelta contra el Lyon...

GAGO. Resucitado por obligaci¨®n. Fue titular en algunos partidos a principio de la temporada y luego desapareci¨® de los planes del t¨¦cnico. Forz¨® para marcharse en enero sin conseguirlo y se machac¨® en doble sesi¨®n de entrenamiento con vista al Mundial. Pellegrini le rescat¨® en el ¨²ltimo tramo de temporada despu¨¦s de los desplantes de Lass.

LASS. De m¨¢s a menos. No ha sido el todopoderoso Lass (f¨ªsicamente hablando) de la ¨²ltima temporada. Aun as¨ª ha sido un fijo para Pellegrini hasta el d¨ªa del Sporting, cuando se march¨® mosqueado por la sustituci¨®n en la segunda parte. Desapareci¨® de las convocatorias siguientes por unas extra?as lesiones.

GRANERO. La decepci¨®n. Rescatado del Getafe por petici¨®n popular el canterano ha jugado muy por debajo de lo que se esperaba de ¨¦l. Ha jugado 30 partidos, s¨®lo 20 de titular y no ha dejado huella.

GUTI. El genio rebelde. En su ¨²ltima temporada en el club, quiz¨¢s la m¨¢s complicada por lesiones y castigos, el chico de Torrej¨®n ha jugado tan s¨®lo 10 partidos de titular. Suficientes para dar tres asistencias de gol. Nadie olvidar¨¢ su taconazo en Riazor.

KAK?. Apagado. El Madrid pag¨® por ¨¦l 65 millones de euros y el brasile?o no ha respondido. Una pubalgia le ha mantenido lejos de los terrenos de juego casi tres meses, ha jugado 21 partidos de titular, ha dado siete asistencias, pero nunca ha llegado a convencer.

VAN DER VAART. La grata sorpresa. El club intent¨® venderlo como loco en verano sin conseguirlo. El holand¨¦s supli¨® con creces la baja de Kak¨¢ dando lo que buscaba Pellegrini: pausa, toque y visi¨®n de juego. Ha marcado seis goles.

DIARRA. Sin pena ni gloria. Ha jugado 512 minutos m¨¢s los 90 de Ly¨®n cuando, sorprendiendo a todos, Pellegrini lo lanz¨® al ruedo. Cumple en su tarea de recuperador pero poco m¨¢s.

CRISTIANO RONALDO. Ha ido de menos (por su lesi¨®n en el tobillo) a m¨¢s. Ha dejado un par de gestos feos por el camino: el codazo a Mtiliga y una patada por detr¨¢s a Juanma que le han supuesto dos expulsiones. Pero en los momentos m¨¢s delicados se ha colocado al equipo encima de los hombros y lo ha llevado con su habitual explosividad, fuerza y car¨¢cter. Ha marcado 26 goles en 29 partidos.

HIGUA?N. La confirmaci¨®n. Ha sido la temporada de su confirmaci¨®n. El Pipa, que en verano era el ¨²ltimo delantero de la plantilla, se ha ganado en el campo la titularidad: 32 partidos y 27 goles. Entre ellos, una preciosa vaselina en Mallorca.

BENZEMA. Desaparecido. Los 35 millones que el Madrid se gast¨® por ¨¦l no han sido rentabilizados. El franc¨¦s no se ha adaptado ni a la ciudad ni al equipo y no ha sido por falta de tacto de Pellegrini que le ha concedido un sinf¨ªn de oportunidades. Ha jugado 26 partidos pero s¨®lo 14 de titular y ha marcado tan s¨®lo 8 goles.

RA?L. El ejemplo. Ha sabido llevar su situaci¨®n de suplente con una elegancia innata. Ha vivido casi todos los partidos desde el banquillo (8 partidos de titular), sin parar de dar instrucciones. Pero, en el d¨ªa en que m¨¢s se le necesit¨®, marc¨® un gol cojo. Fue en La Romareda donde hace 16 a?os empez¨® su carrera.

DUDEK. V¨ªctima del alcorconazo. S¨®lo jug¨® dos partidos, lo que dur¨® la aventura del Madrid en Copa, y recibi¨® cuatro goles.

El Madrid, la cara amarga del subcampe¨®n