Otra estocada de Fisher
Los Lakers toman el Garden con 11 puntos de su capit¨¢n en los seis ¨²ltimos minutos y una gran defensa a un Allen nefasto
Derek Fisher tiene 35 a?os y una rara cualidad, la de rematar partidos verdaderamente trascendentes. Lo era el tercero de la final entre los Celtics y los Lakers y all¨ª estuvo el capit¨¢n, una vez m¨¢s, listo para decidir, para anotar cuando m¨¢s ard¨ªa el bal¨®n, para penetrar cuando los Celtics hubieran matado para evitar otra canasta. Han pasado ya bastantes horas, pero la jugada del partido no se olvidar¨¢ f¨¢cilmente. Quedaban 48 segundos, los Lakers continuaban sinti¨¦ndose atosigados por las embestidas, feroces y desesperadas de los Celtics. Ray Allen fall¨® un triple vital. Era su octavo intento sin ¨¦xito alguno. El escolta pas¨® de h¨¦roe a villano en dos d¨ªas, del r¨¦cord de ocho triples anotados que decidi¨® el segundo partido para los Celtics, al fiasco absoluto del tercero, de los 32 puntos del domingo a la serie de 0 de 13 tiros de campo y s¨®lo dos tiros libres del martes. A pesar de eso, los Celtics segu¨ªan arremetiendo contra unos Lakers incapaces de rematar. Finalmente, Fisher lo consigui¨® por su cuenta y riesgo.
El capit¨¢n de los Lakers atrap¨® el rebote del tiro de Ray Allen escupido por el aro, atraves¨® la pista a toda pastilla, como si fuera Rondo, como si tuviera diez a?os menos, y se fue a poner una bandeja con tres posesos pis¨¢ndole los talones, Garnett, Ray Allen y Davis. No llegaron a tiempo m¨¢s que para cometer falta. El dos m¨¢s uno puso pr¨¢cticamente el cerrojo (80-87) a un partido que los Lakers dominaron todo el tiempo desde que dieron el tir¨®n en el primer cuarto con un parcial de 5-21 que encarrilaron una ventaja en el segundo cuarto de hasta 17 puntos (20-37) y varias fases en que tuvieron la ocasi¨®n de ponerse a salvo de cualquier apuro en los ¨²ltimos minutos.
Una vez m¨¢s, los Lakers dieron la sensaci¨®n de tomarse demasiado a la ligera el juego cuando dominan, de conceder demasiado a sus rivales, de ser incapaces de pasar el rodillo cuando las condiciones parecen id¨®neas, cuando Ray Allen estaba como estaba, Pierce tampoco acababa de despegar y se ve¨ªa en dificultades por la acumulaci¨®n de faltas y Rondo no estaba plet¨®rico como en el segundo partido. Pese a todos, eso los Lakers se dejaron comer el terreno, perdieron la compostura en sus ataques y acabaron en lo m¨¢s manido: encomendarse en exceso a Kobe Bryant.
No fue su d¨ªa. Se vio pronto. A pesar de eso el equipo insisti¨® en repetir la jugada 'Kobe', que no es otra que d¨¢rsela y que resuelva. Anot¨® 29 puntos pero su serie fue nefasta: 10 de 29, con uno de siete en triples. ?l solito tir¨® m¨¢s que Fisher, Gasol y Odom juntos. Si ganaron los Lakers fue probablemente porque lograron diversificar su ataque a tiempo tras haber sufrido lo indecible en el tercer cuarto, a medida que menguaba la diferencia, despu¨¦s de verle las orejas al lobo con canastas de Rondo (67-68) y de un sensacional Garnett (69-70).
Fue entonces cuando Fisher tom¨® la batuta y anot¨® 11 puntos en los seis ¨²ltimos minutos, intercalados con canastas de un Odom infalible y transformado tras sus dos nefastos primeros partidos, Pau Gasol y el propio Kobe Bryant, que no anot¨® en los diez primeros minutos del ¨²ltimo cuarto pero que, por supuesto, siempre ser¨¢ Kobe Bryant y raramente dejar¨¢ de lograr alguna canasta genial.
El final fue tremendo y los ¨¢rbitros tuvieron que recurrir al v¨ªdeo hasta en tres ocasiones para decidir en manos de quien pon¨ªan el bal¨®n. Los Celtics rozaron la remontada por ¨²ltima vez con una canasta de Garnett a falta de dos minutos (80-82). Despu¨¦s, el fallo de Ray Allen, el dos m¨¢s uno de Fisher y la puntilla.
Los Lakers ataron en corto a los tiradores de los Celtics, especialmente a Ray Allen y en eso tambi¨¦n sobresali¨® Fisher. Los Celtics dependieron en exceso de Garnett. Ten¨ªa ganas de revancha, de demostrar que puede con Pau Gasol. Su equipo interpret¨® a las mil maravillas la situaci¨®n y deposit¨® en ¨¦l los primeros balones con un resultado espectacular, los seis primeros puntos fueron suyos. Acab¨® con 25 puntos y d¨¢ndole un trabajo enorme a Gasol, menos brillante que en los dos primeros partidos pero siempre contribuyendo, especialmente en el rebote, junto a Bynum, Kobe y Odom, en otro aspecto fundamental para el triunfo de los Lakers al igual que el defensivo, retratado en los pobres porcentajes de los Celtics: un 43% en el tiro con un 22% en los triples, y encima rematado por su escaso tino en los tiros libres con ocho fallos en sus 24 lanzamientos.
Ganaron los Lakers y vuelven a tener de cara la final aunque los dos pr¨®ximos partidos tendr¨¢n el mismo escenario y no se presagia, como siempre, que los Celtics vayan a ceder con facilidad ante su gente.
Fisher emula su milagro
Cuando Fisher ejecut¨® a los Celtics con esos 11 puntos en los ¨²ltimos seis minutos, cuando anot¨® el dos m¨¢s uno que dej¨® el partido visto para sentencia, muchas mentes recordaron el momento estelar de su vida, la canasta ganadora que anot¨® faltando cuatro d¨¦cimas de segundo y que elimin¨® a los Spurs en la final de Conferencia Oeste en 2004. "Me parece que esa jugada, simplemente ha decidido el partido", dijo Rajon Rondo. "Derek ha marcado la diferencia. Es un jugador instintivo, grandioso, que ha destripado el partido", afirm¨® con admiraci¨®n Doc Rivers, el entrenador de los Celtics.
Los compa?eros de Fisher no se quedaron atr¨¢s en las alabanzas a su compa?ero. "Es nuestro l¨ªder vocal. Es el tipo que tira de todos juntos y siempre nos transmite una energ¨ªa positiva. Yo soy lo opuesto", explic¨® Kobe Bryant, el mismo que hace tres a?os cuando quer¨ªa abandonar los Lakers, harto de la mediocridad en que se debat¨ªa el equipo y sumido en sus problemas personales, dec¨ªa: "Al ¨²nico que escucho es a Fisher. Los dem¨¢s son un pu?ado de j¨®venes. ?l y yo llegamos a la liga juntos. Pasamos muchas noches juntos cuando ¨¦ramos novatos, batallando el uno contra el otro, jugando unos contra uno en toda la pista, y es por eso que puede venir y decirme: Kobe, la has pifiado".
El ascendente de Fisher sobre sus compa?eros y sobre los rivales es evidente, no en vano es el presidente de la asociaci¨®n de jugadores. No siempre ha estado en los Lakers, el equipo que lo eligi¨® en el n¨²mero 24 del draft de 1996 procedente de la Universidad de Arkansas Little Rock. En 2004 fich¨® por Golden State Warriors, equipo en el que fue suplente de Baron Davis. Luego entr¨® en un intercambio de jugadores y fue enviado a Utah. Con este equipo protagoniz¨® un episodio muy especial cuando, el d¨ªa del segundo partido de las semifinales de la Conferencia Oeste, preciamente contra Golden State, tuvo que estar en Nueva York junto a su hija Tatum de diez meses cuando recib¨ªa un tratamiento especial contra el c¨¢ncer. Eso fue por la ma?ana; por la tarde, Fisher regres¨® a Salt Lake City, jug¨® y fue decisivo en el triunfo de su equipo en la pr¨®rroga. En el verano de 2007 regres¨® a los Lakers. Nada m¨¢s finalizar el partido, entrevistado junto a Kobe Bryant, todav¨ªa en la cancha, Derek Fisher no pudo evitar las l¨¢grimas. "Me gusta este juego, me gusta este equipo, amo a este tipo (Kobe) y me gusta lo que hago y nada significa m¨¢s para m¨ª que ayudar a ganar a mi equipo". A fe que lo consigui¨® en el siempre dif¨ªcil Boston Garden, donde la pr¨®xima madrugada (3.00, Canal +) aguarda una nueva batalla, la cuarta de la serie.
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