Ver para creer

Como dec¨ªa aquel programa de televisi¨®n, esto es incre¨ªble. Por segunda vez consecutiva el Caja Laboral asalt¨® el Palau Blaugrana y se encuentra a una sola victoria de rematar lo que ser¨ªa una sorpresa may¨²scula. El mejor equipo de Europa, intratable durante toda la temporada, ganador de la Euroliga hace poco m¨¢s de un mes con un juego deslumbrante se ha derrumbado en el momento m¨¢s inesperado, justo cuando se encontraba a las puertas de completar una temporada redonda. La transformaci¨®n ha sido tan radical que resulta de dif¨ªcil explicaci¨®n incluso asumiendo la indigesti¨®n que le ha provocado un par¨®n de nueve d¨ªas sin competici¨®n. Si el jueves le cost¨® un mundo entrar en el partido, en esta ocasi¨®n dej¨® lo peor para el final, al que lleg¨® al borde de un ataque de nervios, tomando p¨¦simas decisiones y con sus jugadores decisivos muy desenfocados, en especial Navarro y Rubio.

Ser¨¢ dif¨ªcil asistir otra vez a una versi¨®n conjunta tan desacertada de Navarro y Rubio

Ser¨¢ dif¨ªcil asistir otra vez a una versi¨®n conjunta tan desacertada, poco productiva en cualquier faceta y con tama?o desatino en sus decisiones. Estuvieron tan fuera del partido que terminaron arrastrando a sus compa?eros, que hasta ese ¨²ltimo cuarto hab¨ªan aguantado m¨¢s que dignamente (53-47) gracias sobre todo a la superioridad de los hombres altos, Morris y Mickael especialmente, que no s¨®lo sumaron puntos sino que maniataron a Splitter hasta dejarlo en unos intrascendentes cuatro puntos.

Este dato, unido a los tres del otra vez err¨¢tico Teletovic, hace a¨²n m¨¢s meritorio el trabajo del Caja Laboral. Si en el primer partido fundamentaron su victoria en un arranque que les dio valor y confianza, en esta ocasi¨®n anduvieron agazapados esperando su oportunidad. Mantuvieron una distancia razonable y contrarrestaron siempre los arreones que de vez en cuando daban los azulgranas, sabedores que el golpe deb¨ªa ser tan certero como de dif¨ªcil recuperaci¨®n. No fue f¨¢cil pues el Barcelona, visto como andaba su pareja m¨¢s ilustre, decidi¨® cargar el juego por dentro, sobre todo cuando Splitter deb¨ªa descansar. Pero a cada golpe respondieron con inteligencia y saber estar, de la que Marcelinho y San Emeterio cuentan a raudales. Hasta que viendo a los azulgranas ya maduros se dispusieron para el asalto definitivo.

Lleg¨® a falta de tres minutos con una canasta de San Emeterio, imperial toda la tarde, que coloc¨® a los vitorianos por primera vez con el marcador favorable (61-62). Con el Barcelona en coma, nadie mejor y m¨¢s cualificado que Marcelinho, un hombre que adora estos territorios, para rematar una faena que una ¨²ltima jugada algo rocambolesca estuvo a punto de arruinar. Despu¨¦s de un par de decisiones arbitrales poco habituales, los azulgranas todav¨ªa contaron con un saque de banda en medio campo y 1.6 segundos (69-70) para obrar el milagro. Ricky Rubio rubric¨® su mala actuaci¨®n con un arriesgado pase que fue robado por Ribas consum¨¢ndose el doble fracaso.

La serie viaja ahora a Vitoria con el 2-0 previsto, pero al rev¨¦s. Nadie da por cerrada la final, pero la misi¨®n para el Barcelona resulta hom¨¦rica. Aunque tal y como se est¨¢ desarrollando esta final, cualquiera apuesta por algo.