Robben, casi el mejor
El extremo holand¨¦s pone en entredicho a la zaga espa?ola pero le falta definir
Arjen Robben lo tuvo al alcance la mano y se qued¨® sin nada. Primero perdi¨® con el Bayern la Copa de Europa a manos de Inter. Y ayer roz¨® la Copa del Mundo, pero se le escap¨® entre las piernas milagrosas de Casillas, que le sac¨® dos mano a mano prodigiosos. A¨²n as¨ª, Robben no solo fue el m¨¢s peligroso de los holandeses, sino tambi¨¦n el m¨¢s elegante. Acept¨® la derrota como una consecuencia natural de la sabidur¨ªa de los maestros espa?oles, con Iniesta a la cabeza. Y fue abrazar a sus rivales, ¨¦l que hab¨ªa sido la pesadilla naranja para la defensa espa?ola. Una temporada que pod¨ªa haber sido fabulosa para ¨¦l se qued¨® en una derrota tras otra. Fue el h¨¦roe derrotado.
Holanda se fue satisfecha al descanso porque consigui¨® lo que le interesaba: muchas faltas y poca fluidez en el juego. Una estrategia que le ha funcionado a la oranje en las seis victorias anteriores y que iba a aplicar con m¨¢s ¨¦nfasis ante Espa?a, la reina del bal¨®n. Colabor¨® el ¨¢rbitro, Howard Webb, muy permisivo con las faltas de los holandeses. No porque no las se?alara, sino porque fue muy generoso con las sanciones. Sobre todo en dos. El hachazo de De Jong al pecho de Xavi Alonso le sali¨® muy barato: tarjeta amarilla al medio centro del Manchester City. Fue una patada con todos los tacos por delante que impact¨® violentamente contra el pecho de Alonso, que necesit¨® varios minutos para recuperarse. Antes de recibir el golpe, Alonso hab¨ªa tocado el bal¨®n con la cabeza y al ataque espa?ol se le hab¨ªa abierto un camino muy franco hacia la porter¨ªa de Stekelenburg. Lo par¨® Webb, desconocedor de la ley de la ventaja. Ten¨ªa todo el tiempo del mundo al acabar la jugada para haber sancionado a De Jong. Sin llegar a tanto, justo antes del final de la primera parte, Sneijder le clav¨® los tacos en la rodilla de Busquets. Esta vez no hubo ni amonestaci¨®n. Webb le peg¨® la charla, pero no le sac¨® la tarjeta.
Robben jugaba otro partido. Muy abierto a la banda derecha, para ensanchar el campo, el extremo del Bayern busc¨® siempre el uno contra uno con Capdevila, que recib¨ªa la ayuda normalmente de Xabi Alonso. El lateral izquierdo catal¨¢n empez¨® muy crecido, atrevi¨¦ndose a regatear al propio Robben, en un ejemplo del cazador cazado, pero el delantero holand¨¦s fue creciendo a medida que avanzaba el partido. De menos a m¨¢s, Robben ya avis¨® en un disparo muy ajustado al palo izquierdo que Casillas sac¨® con las yemas de los dedos. Las diagonales de Robben empezaron a hacer da?o.
A pesar de que los espa?oles, avisados por Del Bosque, sacaban las faltas con la m¨¢xima rapidez, la guerra de guerrillas continu¨® en la segunda parte. Y Heitinga golpe¨® por detr¨¢s a Villa sacando de quicio a Xavi, que se quej¨® de la infinidad de faltas. Y de que, tras tirar Espa?a el bal¨®n fuera en la zona de tres cuartos holandesa, Van Bommel lo devolviera a la esquina derecha de la defensa espa?ola. Del Bosque aplaudi¨® ir¨®nicamente la escasa deportividad de Van Bommel.
Robben estaba ya desatado cuando recibi¨® un magn¨ªfico pase de Sneijder que parti¨® la defensa espa?ola por la mitad. Aturdido de un manotazo anterior de Kuyt, Piqu¨¦ perdi¨® de vista a Robben, que se encamin¨® solo hacia su ex compa?ero Casillas. El Soccer City vivi¨® unos segundos de una intensidad m¨¢xima. En unos instantes pod¨ªa resumirse toda la Copa del Mundo. Quiso colocar Robben a la derecha del meta espa?ol, que salv¨® con el pie derecho. Con ese andar deprisa que tiene, Robben va buscando siempre la espalda del contrario, un resquicio por donde colarse.
Ya casi en posici¨®n de lateral derecho, Robben se contagi¨® del esp¨ªritu defensivo de la oranje y tambi¨¦n baj¨® a echar una mano. Pero inmediatamente se lanz¨® al ataque y le gan¨® la carrera a Puyol antes de que Casillas le volviera a robar la cartera en el ¨²ltimo suspiro. Sus diagonales causaron terror en la zaga espa?ola. Y sus compa?eros, que lo sab¨ªan, fueron en procesi¨®n de a uno a animarlo en el descanso previo a la pr¨®rroga. Sab¨ªan que pod¨ªa ganarles la final. Hasta tres hombres dedicaba Espa?a para pararlo.
El penalti de Heitinga sobre Xavi fue tan claro, que hasta Del Bosque perdi¨® los nervios. Y se encar¨® con el cuarto ¨¢rbitro. Heintinga se empe?¨® en que lo expulsaran y lo consigui¨® en la segunda parte de la pr¨®rroga tras agarrar a Iniesta. M¨¢s indulgente con Robben, Webb le perdon¨® la tarjeta tras perder tiempo.
El ¨²nico holand¨¦s que no perdi¨® la cabeza tras el golazo de Iniesta fue Robben, que se puso de cuclillas y se qued¨® pensando. Sobre todo lo que pudo haber sido y no fue.
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