Espanyol de talla XXL

Algo se mueve en Cornell¨¤-El Prat. Algo bueno y nuevo. El Espanyol de los ni?os de Pochettino funciona de rechupete en el ataque, elegante y pertinaz, pero patina en defensa, novel y con pocas cicatrices. Su despliegue, en cualquier caso, fue m¨¢s que suficiente para rematar al Getafe, un equipo sin chicha ni limon¨¢ . Verd¨² movi¨® los hilos, Callej¨®n puso el picante y Osvaldo, el punto y final.

Ya no es un equipo menor. Quiz¨¢ los resultados resbalen a su f¨²tbol, pero el Espanyol mantiene una propuesta sugestiva, que se impone sobre cualquier rival que no sea burgu¨¦s, cuatro o cinco en toda la categor¨ªa. Juega el equipo blanquiazul con la pelota y el rival, a trav¨¦s de la posesi¨®n y el toque, con el cuero por bandera. Tiene, adem¨¢s, ¨ªtems innegociables que le convierten en un equipo seductor, con la presi¨®n adelantada, los movimientos al libre albedr¨ªo de sus tres media puntas y abundantes recursos ofensivos. Chirr¨ªa, sin embargo, en defensa; a la imberbe zaga le coge el tembleque cuando el adversario se le tira en tromba. Algo que el Getafe, d¨®cil, ni siquiera prob¨®.

Los vac¨ªos de Soldado (Valencia) y Pedro Le¨®n (Madrid) resultan profundos para el Getafe, que no encuentra en Borja el pase final ni en Miku la culminaci¨®n del juego colectivo. Les falta la pelota, pie y desequilibrio. A Boateng, que corre por cuatro, no le import¨® demasiado porque se siente c¨®modo de lado a lado, imponiendo su f¨ªsico sobre el juego. Pero sufri¨® Parejo, un fino estilista que persigui¨® a la pelota y no sus pases definitivos. Tan poco jug¨® el Getafe, que apenas s¨ª se le contabiliz¨® un par de disparos. Lo agradecieron Cristian ?lvarez y su zaga, un punto d¨¦bil a tener en cuenta.

Asumida la marcha de Pareja (Spartak Mosc¨²), el Espanyol aline¨® a cuatro canteranos en la primera l¨ªnea. Todos bajos, m¨¢s all¨¢ de los 185 cent¨ªmetros de V¨ªctor Ruiz, delicioso en la salida de la pelota pero que comete pifias puntuales que dejan en serio entredicho a sus compa?eros. Un s¨ªntoma, en cualquier caso, de lo que deriva este equipo, m¨¢s ofensivo que r¨¢cano. Tuvo, incluso, delirios de grandeza que la hinchada aprob¨® como naturales. Como ese c¨®rner que acudi¨® V¨ªctor Ruiz a rematar de volea fuera del ¨¢rea, al estilo del Queso Mec¨¢nico (Albacete) de Zalazar, o como esa jugada involuntaria de Callej¨®n que emul¨® por casualidad el regate sin tocar la pelota de Pel¨¦ sobre Mazurkiewicz en el Mundial de 1970, tambi¨¦n sin ¨¦xito. Pero para finalizar ya est¨¢ Osvaldo.

A la que Boateng se despist¨®, Verd¨² le rob¨® la cartera y asisti¨® a la carrera de Callej¨®n. Pase al otro lado y diana de Osvaldo. Y en un c¨®rner mal despejado por el Getafe, se present¨® de nuevo Osvaldo, que agujere¨® a Ustari. Un partido definido solo complicado por el tanto en propia puerta de Gal¨¢n y un disparo al palo de Colunga. Pero D¨¢tolo, a ¨²ltima hora, resolvi¨® un pase de Callej¨®n.

Osvaldo puso la dinamita, el Getafe la otra mejilla durante un buen rato y el Espanyol, el f¨²tbol.

Espanyol 3 - Getafe 1