El Madrid patina en casa del pobre

El p¨²blico de pie, exultante, para despedir a un equipo que hab¨ªa volado muy por encima de sus posibilidades. Y sus jugadores abraz¨¢ndose unos a otros, y a los corteses rivales que se dignaron a saludarlos (Xabi Alonso y Pedro Le¨®n), entusiasmados, conscientes de haber logrado una gesta. Anular al gigante madridista. Mourinho se qued¨® sin excusas. Ni el campo ni la acumulaci¨®n de partidos ni el s¨²rsum corda. El Madrid se atasca fuera de casa, donde a duras penas ha empatado en Mallorca, ha ganado sin merecerlo en Anoeta y ayer volvi¨® a igualar ante el equipo m¨¢s pobre de la categor¨ªa, hecho de retales de aqu¨ª y all¨¢, de jugadores que no quer¨ªa nadie, dirigidos por un capit¨¢n de 35 a?os, Ballesteros, cabecilla de un grupo muy orgulloso de su trabajo. Fuera del Bernab¨¦u, ?zil desaparece y Khedira enlentece la salida del bal¨®n. A eso se uni¨® el mal estado de Higua¨ªn y la falta de punter¨ªa de Ronaldo. Pedro Le¨®n fue la mejor noticia para el Madrid: entr¨® para el arre¨®n final y cre¨® media docena de ocasiones de gol. Eso, y la vuelta a la posici¨®n de central de Sergio Ramos, muy riguroso en la labor defensiva.

El Levante plant¨® dos l¨ªneas defensivas de cuatro tan juntas como le era posible, abriendo y cerrando el acorde¨®n. Aunque eso supusiera apenas salir de su campo. Su p¨²blico, consciente de la distancia sideral de potencial, no se lo iba a reprochar. La intensidad defensiva es m¨¢xima en el Levante, que subi¨® a Primera en gran parte gracias a ella, y Ballesteros as¨ª se lo hizo saber a Juanlu, el interior izquierda, en una bronca que no admiti¨® r¨¦plica. Feliz del 0-0, la grada granota despidi¨® a su equipo en el descanso con una ovaci¨®n.

A pesar de su control de centro del campo, el Madrid encontr¨® pocos espacios. Casi siempre por las esquinas, bien Di Mar¨ªa por la derecha bien Ronaldo por la izquierda, habilitados por el fino pase de ?zil o por el desplazamiento en largo de Xabi Alonso. Cristiano volvi¨® a asumir casi todo el protagonismo, por las buenas o por las malas. Desafortunado en el remate final, su productividad no admite dudas. Es el atacante m¨¢s activo del Madrid: cabecea cruzado (y detiene Reina en una gran estirada), remata desviado ante la salida del meta tras un enorme env¨ªo de Alonso, sirve con un pase a Di Mar¨ªa...

Pero tambi¨¦n en esa vena arrabalera que le llev¨® a pegarle una patada a Del Horno cuando el bal¨®n estaba en otro lado. Se salv¨® porque no lo vieron los ¨¢rbitros. Pero no evit¨® que Mourinho se encarara con Del Horno (viejos conocidos de su estancia en el Chelsea) y, a continuaci¨®n, Luis Garc¨ªa, el t¨¦cnico granota, se lo recriminara a gritos a su colega. Un espect¨¢culo de esos en los que despu¨¦s Mourinho, sentado en su casa, no se reconoce. Tal vez avergonzado, el t¨¦cnico luso se pas¨® el resto de la primera parte sentado en el banquillo.

El Levante estaba tan crecido que Ballesteros se puso a vacilarle a Ronaldo en la salida del bal¨®n de la defensa granota. Una paradita con el pecho por aqu¨ª y un toquecito sutil por all¨¢. Y la grada se entreg¨® definitivamente a su equipo, que sali¨® ganando con el cambio de Nacho Gonz¨¢lez, lesionado, por el mucho m¨¢s veloz Rub¨¦n, hijo de Cundi, aquel lateral izquierdo del Sporting.

Como ve¨ªa que se le iba el partido, Mourinho agit¨® el banquillo y recurri¨® Benzema y Pedro Le¨®n, recibido entre aplausos por su pasado levantinista. Sacrificados Di Mar¨ªa y ?zil, Mou mantuvo, sin embargo, a Khedira, poco fluido en las transiciones defensa-ataque. Y s¨ª, Pedro Le¨®n ense?¨® ese centro enroscado que patent¨® en el Getafe, pero Benzema se durmi¨® en el remate.

A falta de cinco minutos, el Levante empez¨® a acusar el esfuerzo. Y cada ataque del Madrid, sobre todo por el magn¨ªfico pie de Pedro Le¨®n, se convirti¨® en una amenaza, defendida con el alma por la exhausta zaga granota. Una defensa ¨¦pica que encendi¨® el Ciutat de Val¨¨ncia.

Levante 0 - Real Madrid 0