Llorente, el otro 'siete' de Espa?a
Ante Escocia, el d¨ªa que Villa iguala el r¨¦cord goleador de Ra¨²l, el ariete vasco vuelve a ser decisivo
En Espa?a, en esto del f¨²tbol, los sietes maravillan. Desde Amancio y Juanito, hasta Ra¨²l y Villa. Estos dos ¨²ltimos, el segundo heredero del primero, discuten sin querer, m¨¢s bien para el imaginario popular, por el r¨¦cord goleador con Espa?a. Gui?os del destino: el d¨ªa que Villa alcanz¨® al madrile?o con 44 dianas, de nuevo los focos cayeron sobre Llorente, que lleva el n¨²mero 19, no el 7, pero es el depredador de moda. Est¨¢ iluminado. Lo mismo le da cazar goles desde la titularidad, como cuatro d¨ªas antes frente a Lituania, que desde la suplencia, como anoche en Glasgow. Tras propiciar una remontada escocesa que nadie preve¨ªa, la selecci¨®n se encomend¨® de nuevo al ariete del Athletic, que irrumpi¨® en el tramo final para dejar al equipo de Del Bosque a un par de cuadras de la Eurocopa de 2012. Una noticia tan positiva como que esta Espa?a suma y suma jugadores para la causa sin parar. La veta sigue, los sub 21 tambi¨¦n aprietan y Del Bosque tiene un caladero infinito.
Escocia 2 - Espa?a 3
Escocia: McGregor; Bardsley, Weiw, McManus, Whittaker; McCulloch; (Adam, min.46), Naismith, Fletcher, Morrison, Dorrans; y Miller.
Espa?a: Casillas; Sergio Ramos, Piqu¨¦, Puyol, Capdevila; Busquets, Xabi Alonso; Cazorla (Pablo Hern¨¢ndez, min.70), Iniesta, Silva (Llorente, min.76); y Villa.
Goles: 0-1, min.44, Villa; 0-2, min.55, Iniesta; 1-2, min.57, Naismith; 2-2, min.66, Piqu¨¦ (PP); 2-3, min.79, Llorente.
?rbitro: Massimo Busacca (SUI). Espuls¨® por doble amarilla a Whittaker (min.43 y min.89) y amonest¨® a Miller (min.73) por parte de Escocia.
Estadio: Hampden Park. 51.322 espectadores.
Quiz¨¢ por ello, en esta Espa?a de etiqueta ni siquiera dos goles en el partido precedente garantizan la titularidad. Le ocurri¨® a Llorente, s¨ªmbolo de las muchas teclas que puede manejar este equipo. No quiso Del Bosque que los centrales escoceses tuvieran una referencia como la del ariete del Athletic, lo que podr¨ªa hacer que el campe¨®n mundial galvanizara el juego hacia el techo de su delantero. Ocurre que nada agradecen m¨¢s los centrales brit¨¢nicos, no importa el rinc¨®n del que procedan. De cintura poco engrasada, disfrutan con el cuerpo a cuerpo y el juego a¨¦reo. Solo as¨ª se sienten protegidos. Los escoceses no son una excepci¨®n. Salvo por un matiz: Llorente tambi¨¦n tiene pies, su talla delata a un futbolista que no es. Se mueve, en el ¨¢rea y en el per¨ªmetro, con inteligencia, sin abusar de los recursos que no tiene. Sabe asociarse con el colectivo, descargar el juego cuando es preciso, y llegar puntual al remate, con la u?a o el flequillo, lo mismo da.
Sin Llorente, con Villa de relevo, el f¨²tbol espa?ol fue m¨¢s terrestre. Sin remedio para echar la pelota al vuelo, Espa?a se oblig¨® al juego geom¨¦trico, toque y toque, paredes y otras sutilezas. El bal¨®n cosido al pie hasta que Xabi Alonso intentaba romper la carpinter¨ªa escocesa con una asistencia a espaldas de los zagueros, ya fuera en las rupturas de Villa, Silva o cualquier otro de los volantes. Por esa v¨ªa llegaron las mejores ocasiones espa?olas, con el Guaje como protagonista principal. Al gol le ha dado por discutir con ¨¦l, pero el asturiano es tenaz, no tiene motivos para sentirse desvalido. El gol siempre ha sido su sustento. Cuesti¨®n de rachas, dice el abecedario futbol¨ªstico. Y as¨ª es. Despu¨¦s de tres intentos, Villa por fin acert¨®. Sus tablas con Ra¨²l -44 goles cada uno- lleg¨® de penalti. Lo mismo da, el penalti solo es un atajo hacia el gol. Un centro de Capdevila fue estrellado por Sergio Ramos en un brazo de Whittaker y a Villa le lleg¨® su turno.
El tanto del delantero azulgrana, cuando estaba a punto de bajarse el tel¨®n para el intermedio, subray¨® el dominio espa?ol en todas las facetas del juego. El equipo de Del Bosque se despleg¨® con el gobierno que le caracteriza, con Iniesta y Silva en los costados y Cazorla en esa rendija central que le ha buscado el seleccionador en ausencia de Xavi. Con Alonso de mariscal, Espa?a se dispuso a resolver el jerogl¨ªfico escoc¨¦s, de entrada siempre con nueve jugadores por detr¨¢s del bal¨®n. Una mejor¨ªa respecto a Praga, donde la semana pasada jug¨® sin delanteros. En Hampden Park hubiera sido un sacrilegio, as¨ª que se aline¨® Miller. Escocia es una selecci¨®n un tanto silvestre, con mucho esp¨ªritu y poco talento. Su se?a de distinci¨®n es ese aire proteico que impone en cada acci¨®n. De ese modo resisti¨® hasta el penalti. Y con ese ¨¢nimo indestructible logr¨® una remontada moment¨¢nea que parec¨ªa quim¨¦rica.
El gol de Iniesta tras el descanso pareci¨® que ser¨ªa la cornada definitiva. Pero en Escocia no se declina la palabra rendici¨®n. Con todo a favor, a Espa?a, la gran campeona, le pudo el espejo. El equipo perdi¨® el hilo, como si ya hubiera hecho cumbre. Perdi¨® tensi¨®n, se sinti¨® ganador antes de tiempo ante un adversario que apenas hab¨ªa mostrado mordida alguna. Ya no hab¨ªa los relevos necesarios en defensa. Sin la concentraci¨®n necesaria, la defensa consinti¨® un pase¨ªllo para Naismith, que cabece¨® a la red ante los morros de Casillas. Casi de inmediato, Morrison se descolg¨® por la derecha sin oposici¨®n y su centro, raso y potente, lo emboc¨® Piqu¨¦ en casa. El delirio en Hampden Park; la incredulidad en el bando espa?ol.
Lleg¨® el momento de medir a otra Espa?a, de ver su capacidad de sobreponerse a su autocomplacencia, su grado de ambici¨®n y hasta qu¨¦ punto es permeable ante un rival tan entusiasta en un escenario con tantos decibelios. Todas las respuestas espa?olas fueron las adecuadas. Pablo y Llorente sustituyeron a Silva y Cazorla, y Espa?a rem¨® hacia la victoria por la senda que mejor domina: el juego. De ello sac¨® provecho el chico de moda. Lo de Llorente, como la de todos los goleadores, tambi¨¦n es cuesti¨®n de rachas. Pero esta Espa?a tiene tanto arsenal que las positivas de unos equilibran las negativas de otros.
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