Stoner vuela, Rossi brinda espect¨¢culo

Dice Casey Stoner que no tiene ning¨²n arma secreta para ganar en Phillip Island, un circuito localizado en el coraz¨®n de una peque?a isla al sureste de Australia y que ha visto coronarse al piloto de casa los ¨²ltimos cuatro a?os. "No soy yo qui¨¦n tiene el r¨¦cord de la pista", se excusa, modesto, el australiano. La vuelta m¨¢s r¨¢pida a este trazado la tiene, cierto, el norteamericano Nicky Hayden. Aunque ¨¦l nunca ha ganado esta carrera. Stoner, s¨ª. Y hoy, como era previsible, repiti¨®. Se hab¨ªa apuntado la pole por m¨¢s de medio segundo de diferencia con la vuelta r¨¢pida de Jorge Lorenzo, campe¨®n del mundial. Y apenas se le vio el pelo cuando el sem¨¢foro se apag¨®. Se apunt¨® la tercera victoria del a?o y subi¨® al podio acompa?ado de un fant¨¢stico Lorenzo y un Rossi acostumbrado ya a las remontadas.

Stoner sobrevol¨® el circuito australiano. Lo recorri¨® a una velocidad endiablada y con una regularidad inusitada; rod¨® pr¨¢cticamente la mitad de la prueba por debajo del minuto y 30 segundos, tiempos s¨®lo posibles para Lorenzo, el ¨²nico que fue tambi¨¦n capaz de bajar del minuto 31 segundos, aunque no durante las suficientes vueltas. El mallorqu¨ªn trat¨® de cazarle en la salida. Pens¨® que podr¨ªa situarse en cabeza y tratar de frenar al de Ducati algunas vueltas. Pero cuando vio que en un solo giro Stoner ya hab¨ªa abierto un margen de m¨¢s de 1,5 segundos dio la victoria por imposible. "Apenas tuve esperanzas. Era el d¨ªa de Stoner". El camp¨¦on se rindi¨® a sus pies. A los pies de un chico capaz de ir muy r¨¢pido casi en cualquier circunstancia, talento puro, aunque con un inicio de temporada catastr¨®fico, con dos ceros en las tres primeras carreras.

Lorenzo no firm¨® en absoluto una mala carrera. De hecho la prueba pareci¨® haber terminado cuando, a la tercera vuelta, ya hab¨ªa abierto otra brecha, en este caso con el tercer piloto, de 1,3 segundos. Lorenzo no tuvo ocasi¨®n de incomodar a Stoner en su soledad. Pero tampoco nadie se atrevi¨® a incordiar al nuevo rey de la categor¨ªa reina, con un ritmo constante vuelta a vuelta, incansable. Cruz¨® la meta a 8,5 segundos del australiano. El espect¨¢culo, mientras tanto, corr¨ªa a cargo de Valentino Rossi, como ha ocurrido en las ¨²ltimas carreras. El de Yamaha arranc¨® mal, tambi¨¦n como ha pasado recientemente, pero parece haberle cogido el gusto a eso de las remontadas.

Rossi tom¨® la primera curva en el noveno puesto. Pero en la segunda vuelta ya hab¨ªa ganado una posici¨®n: adelant¨® a su compatriota Melandri; a su ex compa?ero Edwards en la tercera vuelta; a su amigo Simoncelli en la sexta; a su futuro compa?ero de equipo, Nicky Hayden, en la s¨¦ptima, con un interior marca de la casa, toque incluido, que hizo perder al americano alguna posici¨®n m¨¢s; y a sus sustituto en Yamaha, Ben Spies, en la octava. Ya era tercero. Y solo podr¨ªa ser tercero. Lorenzo estaba a m¨¢s de siete segundos, todo un mundo, y rodaba mucho m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l. Pero la historia no hab¨ªa terminado. Hayden busc¨® la revancha. Adelant¨® en un abrir y cerrar de ojos a Spies y a Simoncelli. Y se coloc¨® tras el italiano. Aguard¨® paciente, a escasas mil¨¦simas de aqu¨¦l. Y a falta de tres vueltas le adelant¨® en una curva a derecha. Rossi pens¨® que hab¨ªa ca¨ªdo en la batalla: perdi¨® una d¨¦cima en una vuelta. Pero a falta de unas curvas para cruzar la meta se hizo con ¨¦l. Encontr¨® un fin¨ªsimo hueco de ¨¦sos que s¨®lo ven tipos como ¨¦l, un hueco peque?¨ªsimo entre la Ducati de Hayden y la l¨ªnea en que terminaba el asfalto de ¨¦sos en los que s¨®lo osan meterse los campeones. El adelantamiento, espectacular, se produjo en el paso por curva, a escasos metros de enlazar con la recta de meta. Y fin de la historia.