Benzema no sale de la depresi¨®n
El delantero franc¨¦s se mostr¨® deca¨ªdo y acab¨® siendo sustituido ante un Murcia que le neg¨® los espacios al Madrid
Luciano y Amaya se curtieron en las carreteras secundarias del f¨²tbol espa?ol. Llevan a?os en el laberinto de la Segunda Divisi¨®n B y saben lo que vale un buen contrato. Son esa clase de jugadores que no dejan de recoger los frutos cuando la carrera les brinda la ocasi¨®n. No han gozado de muchas oportunidades de sentirse dichosos y, si la visita del Madrid en la Copa les puso en alerta, el encuentro con Benzema les ofreci¨® las condiciones ideales para darse una satisfacci¨®n. El delantero franc¨¦s se movi¨® sin fe. Demasiado indolente para buscar los desmarques, incapaz para jugar de espaldas, sin decisi¨®n para presionarlos cuando sal¨ªan con el bal¨®n jugado. Hac¨ªa falta algo m¨¢s para medirse a dos tipos como los centrales del Murcia. Algo m¨¢s que un chico que sobre el campo recuerda a un ser deprimido, exang¨¹e, casi una momia.
Murcia 0 - Real Madrid 0
Real Murcia: Dani Hern¨¢ndez; Ander Gago, Luciano, Iv¨¢n Amaya, ?scar S¨¢nchez; Carles, Richi, Miguel Albiol, Dani Aquino (Pedro, minuto 57); Ca?adas (Mario Mar¨ªn, minuto 64) y Kike (Rosquete, minuto 77).
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Ra¨²l Albiol, Arbeloa; Mahamadou Diarra, Granero (Khedira, minuto 62), Pedro Le¨®n, Canales; Cristiano Ronaldo (De Mar¨ªa, minuto 69) y Benzema (Higua¨ªn, minuto 62).
?rbitro: Miguel ?ngel Ayza G¨¢mez, del comit¨¦ valenciano. Mostr¨® la tarjeta amarilla a los locales Dani Aquino (44'') y Carles (90') a los visitantes Mahamadou Diarra (19'') y Canales (74'').
Incidencias: Partido de ida de dieciseisavos de final de la Copa del Rey que se disput¨® en el estadio Nueva Condomina de Murcia ante 20.674 espectadores.
Benzema represent¨® las penurias del Madrid en la Copa del Rey, un torneo en el que le cuesta soltarse. En los cinco ¨²ltimos a?os, el conjunto blanco no ha podido ganar en el primer partido del torneo (tres empates y dos derrotas). El Murcia obr¨® con disciplina, orden y prudencia. Sus jugadores se desplegaron por detr¨¢s del bal¨®n y esperaron firmes a ver lo que hac¨ªa su adversario sin espacios para correr. Miguel Albiol, el hermano de Ra¨²l, es interior. Su entrenador, I?aki Alonso, le puso a seguir a Cristiano Ronaldo por todo el campo, de modo que el portugu¨¦s nunca pudiera hacer el uno contra uno. La medida surti¨® efecto porque Cristiano fue ayer el ¨²nico regateador natural entre los titulares de su equipo. Sobre plano, el jugador m¨¢s apto para desbordar por fuera y centrar, algo que tem¨ªa el Murcia. No sucedi¨®. El Madrid comenz¨® por administrar el bal¨®n lejos de la porter¨ªa de Hern¨¢ndez, con pases rutinarios, y acab¨® por perder la paciencia. Aparte de un disparo de Cristiano desde fuera del ¨¢rea y de un remate de Granero al palo tambi¨¦n desde la media distancia, el Madrid no dispuso de ocasiones.
Diarra nunca se caracteriz¨® por iniciar las jugadas con criterio y da la impresi¨®n de que no le han bastado 15 a?os de carrera para tomar conciencia de sus limitaciones. A sus problemas habituales une cierta rigidez y el declive de su vigor. Ya no recorre la cancha como un cicl¨®n. Es una presencia doliente y sus socios no le aliviaron. A su alrededor, los encargados de articular el juego entre l¨ªneas no aclararon el camino. Granero, Pedro Le¨®n y Canales se esforzaron sin ¨¦xito para combinar, para tirar paredes o para habilitar al punta. Cuando el punta es Benzema, las dificultades se agravan. Mourinho prometi¨® al delantero franc¨¦s que le dar¨ªa 90 minutos. No tard¨® una hora en incumplir su palabra y en sustituirlo por Higua¨ªn. La situaci¨®n era preocupante.
El Madrid se obstin¨® en conducir las jugadas por el centro y all¨ª le esper¨® la muchedumbre del Murcia. Bajo la direcci¨®n de Richi, mediocentro avispado, los embates de los visitantes se desvanecieron como un r¨ªo en el arenal. Cada vez que un jugador del Madrid recib¨ªa el bal¨®n, lo encimaban. Si se giraba, descubr¨ªa que le esperaba un uno contra tres, cuatro, cinco contrarios...
El Murcia basculaba con aplicaci¨®n. No precis¨® hacer muchas faltas para defenderse. Le bast¨® con dejar que el Madrid siguiera entregado a las maniobras predecibles, siempre por el medio, sin que sus jugadores hicieran los movimientos necesarios para generar espacios. Arbeloa y Sergio Ramos intentaron abrir el campo, pero sin demasiado ¨¦xito. Cristiano no fue capaz de asociarse con nadie que le ayudara a desembarazarse de Miguel Albiol y tambi¨¦n acab¨® siendo sustituido.
Antes de irse al banquillo maldiciendo su suerte, Cristiano lanz¨® una falta que exigi¨® la intervenci¨®n de Hern¨¢ndez. El portero venezolano se convirti¨® en el h¨¦roe de la noche en la continuaci¨®n de la jugada. En el rechace. Lo pill¨® Pedro Le¨®n, que enganch¨® el remate con el guardameta vencido. Eso parec¨ªa hasta que sac¨® el pie izquierdo y desvi¨® el remate sobre la raya de gol.
Con los minutos, Hern¨¢ndez tuvo m¨¢s trabajo. Casillas, por el contrario, vivi¨® una noche tranquila. No le tiraron ni una sola vez. La defensa del Madrid no se dej¨® sorprender mientras contemplaba al Murcia resistir imbatido hasta el final.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.