Fr¨¢gil Valencia

Con uno menos el ¨²ltimo cuarto de hora, el Zaragoza apenas sufri¨® en su porter¨ªa e incluso se descolg¨® en ataque. El cuadro de Gay complet¨® un encuentro muy serio, impropio de su situaci¨®n en la cola. Favorecido por una versi¨®n fantasmal del Valencia, partido en dos, desnortado y sin fuelle para abatir ni siquiera al colista. El equipo de Emery se ha ca¨ªdo estrepitosamente desde que se fundiera en la segunda parte en el Camp Nou. Desde entonces y sin contar la Copadel Rey, sus tres ¨²ltimos goles han sido uno de penalti frente al Mallorca y dos en propia puerta: Edu con el Rangers y Lanzaro con el Zaragoza. Parece un conjunto muy fr¨¢gil mentalmente, incapaz de reaccionar cuando el rival le toma la delantera. Superado por la agresividad de su hinchada. Una mala tarde de sus hombres de banda, tanto los laterales como los extremos, le coloc¨® al borde del precipicio.

Fue el inicio so?ado por Gay: armado con cinco defensas, en la primera subida de uno de sus tres centrales a rematar un c¨®rner, encontr¨® el gol. No exactamente en el saque de esquina, sino a continuaci¨®n. Lanzaro se encontr¨® solo ante Moy¨¤ porque la defensa local hab¨ªa tirado mal el fuera de juego: Miguel se durmi¨® en la salida. Al zagueroitaliano le dio tiempo a elegir el palo por el que quer¨ªa marcar. El Zaragoza disfrut¨® de 10 minutos muy intensos en los que primero Lafita y despu¨¦s Braulio dispusieron de sendos uno contra uno con Moy¨¤. Mestalla bramaba contra su equipo. Pero el portero mallorqu¨ªn alarg¨® los pies justo para desviar ambos disparos rasos.

El Valencia ya jug¨® acelerado toda la primera parte, con la amenaza de bronca que se cern¨ªa sobre ¨¦l. Especialmente cuando la pelota pasaba por Miguel y Mestalla estaba a punto de hacer aflorar sus bajos instintos. El lateral derecho portugu¨¦s tuvo uno de esos d¨ªas, una de esas jornadas en las que no da pie con bola. El Zaragoza sigui¨® acerc¨¢ndose a Moy¨¤ con cierta facilidad, transiciones c¨®modas desaprovechadas en el ¨²ltimo momento. Y el Valencia actu¨® demasiado largo, a pesar de los intentos de Ever Banega y de Topal por juntar al equipo. Los extremos, sin embargo, apenas desbordaron y Mata tampoco consigui¨® enlazar con Aduriz. Al menos hasta que, desesperado, busc¨® colgar un bal¨®n al ¨¢rea desde el callej¨®n del ocho, uno de esos centros a pie cambiado, con el efecto hacia adentro que tanto da?o hacen en las defensas rivales. Como pudo comprobar Lanzaro, que pein¨® hacia atr¨¢s la pelota y marc¨® en propia puerta.

Gay quiso dar un paso adelante en el descanso. La entrada de Ander Herrera deber¨ªa proporcionarle m¨¢s precisi¨®n en el ¨²ltimo pase. Al principio, el Zaragoza dio un paso atr¨¢s y ya no sali¨® con la frescura de la primera parte. Topal y Ever Banega se fueron apropiando del choque a pesar de que al Valencia le sigui¨®, pero segu¨ªa faltando fluidez por las alas. De ah¨ª de que el cambio de Pablo por Joaqu¨ªn estuviera cantado. Casi a petici¨®n popular. El siguiente era el de Soldado por el otro desafortunado extremo, Vicente. Pero antes el Zaragoza perdi¨® a Herrera al ser expulsado por una entrada por detr¨¢s a Mata. Cabr¨ªa esperar una avalancha valencianista, pero casi sucedi¨® lo contrario. El Zaragoza comenz¨® a respirar pegado a la bota de Jorge L¨®pez, que movi¨® con sabidur¨ªa a su equipo desde la banda derecha. La ¨²ltima incorporaci¨®n valencianista, la de Fernandes por Banega, tampoco aument¨® la rapidez en la circulaci¨®n de la pelota. A los cinco minutos de entrar, el portugu¨¦s ya parec¨ªa cansado. Y el Valencia lo fio todo a las acciones individuales de Joaqu¨ªn, insuficientes ante la falta de colaboraci¨®n de algunos de sus compa?eros. En el Zaragoza, en cambio, todos cumplieron su parte. Y se llevaron un empate m¨¢s que merecido.

Valencia 1 - Zaragoza 1