La ansiedad arruina el juego

El hambre y las ganas de comer quedaron anoche para cenar y ninguna de las dos fue capaz de hincar el diente. El Getafe del cuestionado M¨ªchel y el Zaragoza del salvador Aguirre protagonizaron un partido alborotado, plagado de errores de bulto y ansiedad.

El boato balomp¨¦dico est¨¢ repleto de lugares comunes y topicazos, pero alguno de ellos esconde verdades irrefutables como aquella de que el f¨²tbol es un estado de ¨¢nimo. Anoche, el juego estuvo impregnado del desasosiego que invade el presente de ambos equipos.

Los acontecimientos de la semana pasada hab¨ªan distorsionado el paisaje hasta el punto de alterar la l¨®gica estad¨ªstica. El colista se presentaba moralmente reforzado ante un equipo que transita por la zona tranquila de la tabla. En el Zaragoza, Agapito Iglesias hab¨ªa puesto el contador de las angustias a cero tras la llegada de Aguirre en sustituci¨®n de Gay. Los precedentes respaldaban el entusiasmo aragon¨¦s con dos empates y una victoria en sus tres ¨²ltimas visitas al Colis¨¦um. Adem¨¢s, el porte, el discurso y hasta el acento del t¨¦cnico mexicano abrazan el optimismo de manera compulsiva.

En Getafe, mientras tanto, la rumorolog¨ªa se empe?aba en ajustar el nudo de la corbata a M¨ªchel alterando el ecosistema. ?ngel Torres se esmer¨® en garantizar el futuro de su t¨¦cnico poco antes del comienzo del duelo. Probablemente, la situaci¨®n de los azulones tenga tanto que ver con sus dem¨¦ritos como con el azar de un calendario que les aboc¨® a la inercia de la derrota cuando la mezcla a¨²n estaba por fraguar.

Ayer, el Getafe arranc¨® con el firme prop¨®sito de ahuyentar sus fantasmas, embisti¨® y domin¨®, pero confundi¨® la velocidad con la precipitaci¨®n y la intensidad con el ansia. Los zaragocistas esperaban su momento recogiditos en torno a Leo Franco, restituido en el cargo. Pero antes de que encontraran el tranquillo al partido se vieron con el regalo de Codina. El portero emprendi¨® una irresponsable excursi¨®n hasta la frontera de la medular en busca de un bal¨®n que no le pertenec¨ªa. Sali¨® escaldado. Choc¨® con Gabi y Bertolo se hizo con la pelota para embocarla a puerta vac¨ªa. El miedo barniz¨® la noche. El Zaragoza no se cre¨ªa su premio y el Getafe no asum¨ªa su castigo.

Tras el descanso, los de M¨ªchel tocaron a rebato, pero la prueba de car¨¢cter tuvo tanto empe?o como desorden. Primero se encontraron con la gentileza de Sinama en forma de improcedente entrada de k¨¢rate sobre Gavil¨¢n dentro del ¨¢rea. El penalti lo transform¨® Colunga. Despu¨¦s, el ¨¢rbitro allan¨® el camino a los locales con la meticulosa expulsi¨®n de Ponzio. Los de Aguirre se amurallaron en su ¨¢rea. Quedaba casi media hora, pero el Getafe convirti¨® su ataque en un front¨®n. El empate final no sacia las necesidades de ninguno.

Getafe 1 - Zaragoza 1