La inspiraci¨®n de El Cohete
Nadal busca igualar a Laver, que impulsa a Federer a luchar contra las inundaciones que han dejado decenas de muertos en Queensland
El Cohete, The Rocket, estuvo en el principio de todo. Cuando la lluvia deja Queensland anegado de muertos, barro y casas destruidas, el suizo Roger Federer analiza con detenimiento un mapa. No ocupa su cabeza que ma?ana arranque el Abierto de Australia. No est¨¢ en su pensamiento que Rafael Nadal tenga la oportunidad de conquistar el Rafa Slam, Roland Garros, Wimbledon, el Abierto de Estados Unidos y el de Australia seguidos. Tampoco le preocupa la brevedad de su pretemporada, salpicada por tres exhibiciones.
Lo que le interesa al suizo son una ciudad y un h¨¦roe. Rockhampton es el lugar. Rod Laver, la respuesta a dos preguntas. ?Qu¨¦ mueve a Federer a convocar una multitudinaria exhibici¨®n para combatir la destrucci¨®n de las inundaciones? ?A qui¨¦n intenta cazar Nadal, qui¨¦n fue el ¨²ltimo en lograr cuatro grandes seguidos, all¨¢ por 1969? Laver, siempre Laver.
"Estaba en Qatar viendo las noticias, y vi que la lluvia hab¨ªa afectado a la ciudad de Rockhampton. Inmediatamente pens¨¦ en Rod Laver", cont¨® el suizo, quien, amigo del hijo predilecto de la ciudad australiana, ha convocado hoy a Nadal, Novak Djokovic, Andy Murray, Lleyton Hewitt, Justine Henin o Kim Clijsters para una exhibici¨®n ben¨¦fica. "Me puse en contacto con ¨¦l (Laver) para ver si necesitaba mi ayuda", continu¨®. "Entonces no sab¨ªamos lo grande que iba a ser la devastaci¨®n. Vamos a conseguir una gran cantidad de dinero que va a ser fant¨¢stica para toda la gente afectada".
Los dos mejores jugadores del mundo dedicar¨¢n la v¨ªspera del inicio del primer grande del a?o a un acto ben¨¦fico, estremecidos ambos por los efectos del agua en la ciudad de Brisbane. En 2010 participaron en un pu?ado de exhibiciones con ese mismo fin: Hait¨ª les ocup¨® a inicios de a?o; recaudar fondos para los proyectos de sus fundaciones en ?frica e India, en diciembre. Su actitud ejemplifica los nuevos par¨¢metros que rigen su deporte.
Est¨¢, por supuesto, la necesidad de publicitar el tenis con los dos mejores. Est¨¢, tambi¨¦n, la relaci¨®n de dos tenistas que han preferido vivir su rivalidad en t¨¦rminos amistosos, frente a los insultos y los desplantes de sus predecesores. Y est¨¢, finalmente, la figura que revolotea sobre sus carreras: Laver, el hombre que en dos ocasiones (1962 y 1969) encaden¨® los cuatro grandes seguidos y en el mismo a?o.
"Y si Nadal gana", reflexion¨® el tenista australiano desde su casa de Estados Unidos; "no ser¨¢ un verdadero Grand Slam. Eso es ganar los cuatro en la misma temporada, y nada m¨¢s. El Grand Slam empieza en enero y acaba en septiembre", continu¨®. "La intensidad que pone Nadal en la pista desde el principio hasta el final es incre¨ªble. Lo que est¨¢ a punto de hacer es grande. Nunca se rinde y pelea cualquier punto. Es preciso y s¨®lido. Es fant¨¢stico verle jugar".
Laver piensa y habla en California. Sus palabras, sin embargo, llegan y pesan en el lado opuesto del mapa: ma?ana, en Australia, los bulldozer siguen levantando barro, avanza un ej¨¦rcito de 20.000 voluntarios y los tenistas luchan por seguir la estela de El Cohete.
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