Un d¨ªa de extra?as parejas de baile

Marcel Granollers, el n¨²mero 42 del mundo, llega a Melbourne Park cargando con la bolsa de la ropa sucia, como diluido entre el torrente de grandes campeones que inunda los pasillos. Su nombre, sin embargo, pertenece ya a la historia en letra peque?a del primer torneo grande del a?o. En el Abierto de Australia 2010, Granollers, espigado tenista de sutil mu?eca, elimin¨® en primera ronda al sueco Robin Soderling. Los ecos de su triunfo provocaron un peque?o terremoto: hab¨ªa abierto su lado del cuadro eliminando a uno de los favoritos al t¨ªtulo. A la vuelta de 12 meses, el catal¨¢n no ha tenido mejor suerte que hace un a?o: el lunes, en el partido estrella de la primera jornada del Abierto de Australia, se enfrenta al serbio Novak Djokovic.

"Y siempre es mejor jugar contra alguien as¨ª en primera ronda, porque viene con menos ritmo", se resigna ?scar Serrano, el t¨¦cnico del espa?ol, que lleg¨® a Melbourne arrastrando problemas de tobillo. "Yo intento convencer a Marcel de que se dedique a atacar m¨¢s, porque ha madurado, pero le queda creerse que puede ganar a cualquiera", contin¨²a el entrenador. "Contra Djokovic, no puede renunciar a su juego".

El catal¨¢n se enfrenta a un 'imposible': imponer su esquema de ataque, imperativo el asalto de la red, incre¨ªble su capacidad para la volea, frente a uno de los mejores pasadores del circuito, coronado el a?o pasado como campe¨®n de la Copa Davis. No ser¨¢ el ¨²nico tenista con problemas inesperados en la primera ronda. Melbourne est¨¢ lleno de jugadores prestigiosos que hace ya tiempo que vivieron sus mejores a?os. Hay campeones de torneos grandes que no son cabezas de serie. Hay estrellas que se cruzan con estrellas ya en primera ronda. Hay parejas impensables en tan tempranero instante.

Est¨¢, por ejemplo, el australiano Lleyton Hewitt, ex n¨²mero uno del mundo, que jugar¨¢ contra el argentino David Nalbandian, nada m¨¢s y nada menos. "Va a ser duro", dijo. Est¨¢ el alem¨¢n Rainer Schuettler, ex n¨²mero cinco, que jugar¨¢ contra Fernando Verdasco, de nuevo rapado como un mohicano. Y est¨¢, ya en la segunda jornada, la belga Kim Clijsters, doble campeona del Abierto de Estados Unidos, que se enfrentar¨¢ a la ex n¨²mero uno rusa Dinara Safina. No ser¨¢n, por supuesto, los ¨²nicos protagonistas del arranque del Abierto de Australia, en el que debutar¨¢ el suizo Roger Federer contra el eslovaco Lacko.

Bajo el sol australiano, por ejemplo, la danesa Wozinacki estrenar¨¢ en un grande su n¨²mero uno y contra la argentina Dulko, que en Madrid recibe a los tenistas argentinos junto a su pareja, el futbolista Fernando Gago. De noche, la estadounidense Venus Wiliams debutar¨¢ contra la italiana Sara Errani, 'Poco Gigante', que le dicen, una peque?a jugadora (1,64m) enfrentada a una apisonadora. Y despu¨¦s, la belga Justine Henin, finalista el a?o pasado, jugar¨¢ contra una tenista proveniente de la clasificaci¨®n.

Esto es Australia: un inmenso escenario que levanta el tel¨®n lleno de extra?as parejas de baile.