El Madrid se basta con lo justo
S¨®lido y consistente, el equipo de Mourinho gobierna como quiere a un Atl¨¦tico atrofiado
El Madrid ha cambiado de panor¨¢mica: la Copa ya no es una pedrea prescindible. El Atl¨¦tico, por su parte, va con las luces cortas y lo mismo se despe?a ante teloneros como el Aris de Sal¨®nica que evidencia su atrofia futbol¨ªstica frente a regimientos de la ¨¦lite. Lo es el equipo de Mourinho , que no necesit¨® de un m¨¢ximo nivel competitivo para cerrar el paso al conjunto rojiblanco. Ni siquiera recurri¨® a Benzema -condenado sin remedio- y Kak¨¢, ambos, ayer, en la sala de espera. Para el Madrid fue suficiente articular el juego con tacto, sentido y sabidur¨ªa. No fue un equipo celestial, pero s¨ª infinitamente superior a su rival, de nuevo impotente ante el monocultivo madridista en el que se han convertido estos derbis.
AT. MADRID 0 -REAL MADRID 1
Atl¨¦tico de Madrid: De Gea; Valera, Perea, Ujfalusi, Filipe Luis; Tiago (Juanfran, m. 67), Assuncao, El¨ªas; Fran M¨¦rida (Alberto Perea, m. 75); Reyes (Diego Costa, m. 25) y Forl¨¢n.
Real Madrid: Casillas; Ramos, Albiol, Carvalho, Arbeloa; Khedira (Gago, m. 81), Xabi Alonso; Di Mar¨ªa (Granero, m. 69), Ozil (Kak¨¢, m. 75), Marcelo; y Cristiano Ronaldo.
Gol: 0-1, m. 22: Cristiano Ronaldo remata un centro raso de Sergio Ramos.
?rbitro: Turienzo ?lvarez (C. Castellano-leon¨¦s). Amonest¨® a los locales Tiago (m. 33), Juanfran (m. 71) y Diego Costa (m. 89) y a los visitantes Arbeloa (m. 21), Marcelo (m. 45), Cristiano Ronaldo (m. 56) y Sergio Ramos (m. 74).
Incidencias: Partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa
del Rey, disputado en el estadio Vicente Calder¨®n ante unos 53.000
espectadores.
Hace tiempo que el Atl¨¦tico es un equipo deforestado. Frente a adversarios de enjundia como el Madrid no le alcanza siquiera con una mejor actitud que de costumbre y la combusti¨®n de la hinchada. Estos d¨ªas, al Atl¨¦tico solo le queda el dep¨®sito sentimental del Manzanares. Es un equipo invertebrado, an¨ªmicamente pendular y de f¨²tbol pagano, sin miras. Convaleciente como est¨¢ desde hace varias temporadas, contra su vecino se le vieron una vez m¨¢s todos los costurones, sus infinitas carencias t¨¦cnicas, su incapacidad para tejer dos pases, para dar geometr¨ªa al juego. Con el Kun se enmascara algo; sin ¨¦l, la pelota no tiene rumbo, es un ovillo en los pies de muchos de sus futbolistas. De De Gea, el otro h¨¦roe de la ida junto a Ag¨¹ero, no hubo ni noticias. Un hecho que retrat¨® al conjunto de Quique: el Madrid no necesit¨® dar la lata al meta local.
Entregados los rojiblancos por su falta de aptitud, del resto se encarg¨® el Madrid, que hizo un ejercicio muy profesional. No necesit¨® m¨¢s. Siempre predispuesto, al grupo de Mourinho le bast¨® con mantener en orden su nuevo mecano, sin Benzema ni Kak¨¢, con Marcelo de volante izquierdo y Cristiano y ?zil como arietes flotantes, postizos. Le falt¨® remate, nunca gobierno. El partido fue suyo de punta a punta, solo sobresaltado por una pifia de Casillas, que se abanic¨® ante la llegada de Reyes. El despeje de Iker rebot¨® en el extremo andaluz y la pelota hizo la comba rumbo a la red. Se salv¨® el Madrid, pero no espabil¨® el Atl¨¦tico, sonado cuando le coincidi¨® la lesi¨®n de Reyes con el gol de Cristiano. Demasiado azote para un equipo tan vulnerable.
En un duelo con muchas faltas, pero sin colmillo, Reyes, un agitador necesario para un equipo sin orfebrer¨ªa, se fue a la camilla tras una entrada de Arbeloa. De inmediato, el Madrid enhebr¨® su jugada m¨¢s sinf¨®nica y Ramos asisti¨® desde la orilla derecha a Cristiano, que sac¨® dos cuerpos de ventaja a Valera y remat¨® con estruendo. Primer remate, gol. Es el poder de equipos como el Madrid, de equipos que alistan a futbolistas como CR, apto para suplir a todos los arietes del planeta.
Con el gol del portugu¨¦s se marchit¨® definitivamente el equipo de Quique. Incapaz de dar puntadas, nada le duraba la pelota. Cada jugada evidenciaba sus carencias t¨¦cnicas; cada rebote subrayaba el mayor orden del Madrid, con sus chicos en el sitio preciso. Al comp¨¢s de Xabi Alonso -un centrocampista de autor, en el Calder¨®n, de nuevo un acad¨¦mico-, la pujanza de Marcelo, la ingenier¨ªa de ?zil y la celebridad de CR en cualquier zona del campo, el equipo de Mou negoci¨® de maravilla la eliminatoria, con la consistencia que otras veces no ha tenido en el medio campo y con el control absoluto. Sin ¨¦xtasis, pero con la diligencia suficiente de un conjunto que se siente superior y que este curso ha puesto la Copa en su diana, ya no es ese trofeo desde?ado otras temporadas. Elocuente: no ganaba fuera de Chamart¨ªn en la Copa desde 2006.
Como ant¨ªdoto, Quique envid¨® con Fran M¨¦rida y El¨ªas en el medio. Al primero se le espera desde principios de campa?a; el brasile?o, un reci¨¦n llegado, est¨¢ extraviado. Demasiadas rebajas para el Atl¨¦tico, que no tiene abundancia en el vestuario, pero s¨ª a Juanfran, cuya suplencia durante m¨¢s de una hora result¨® sorprendente. El chico ha llegado al Manzanares con el rodaje necesario en una Liga en la que no es un extra?o. No ofreci¨® respuestas el Atl¨¦tico, por m¨¢s que tuviera un poco m¨¢s de recorrido en el segundo acto, cuando solo le quedaba la heroica. Sin el Kun, este At¨¦tico no tiene muchas v¨ªas de asalto. Sus laterales -Valera y Filipe Luis- apenas tienen peso en el juego. Lo misma da la direcci¨®n, ya sea en la defensa o el ataque. Tampoco hay romance con Tiago, ingr¨¢vido en el eje, y Forl¨¢n vive contrariado. Salvo repunte, el mejor Atl¨¦tico se qued¨® en M¨®naco y ya han pasado cinco meses desde su conquista europea ante el Inter. En el Madrid, si se sofocan los debates internos, a¨²n puede estar por llegar lo mejor. Ese es el mejor recado para todos.
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