El 'chico malo' del Reyno
Aranda, que desarbol¨® al Madrid, encuentra la estabilidad en Osasuna tras dejar atr¨¢s su convulso pasado y un baile de equipos
Un d¨ªa m¨¢s, el sol invade hasta el ¨²nico recoveco de El Palo, una humilde barriada situada al norte M¨¢laga en la que la precariedad laboral y las escaramuzas est¨¢n a la orden del d¨ªa. All¨ª, entre motocicletas y delincuencia, se forj¨® un joven indomable de trayectoria tempestuosa que con el paso de los a?os ha ganado poso y al que el f¨²tbol, y la vida, le han brindado una segunda oportunidad. Impetuoso sobre el c¨¦sped, franco lejos del verde. As¨ª es Carlos Aranda (M¨¢laga, 1980), ariete de Osasuna que el domingo desarbol¨® al Real Madrid con un sutil golpe de cadera y sus galopadas el¨¦ctricas.
Muy lejos queda ya una adolescencia traum¨¢tica, marcada por la prematura muerte de su madre, adicta a las drogas, y la inexplicable hu¨ªda de su progenitor. Refugiado en sus abuelos, las malas compa?¨ªas y su pasi¨®n por el f¨²tbol, un partido de regional cambi¨® de forma repentina su destino. "Ganamos a un gran futbolista y salvamos a una persona maravillosa", acostumbra a recordar Vicente Del Bosque, en su d¨ªa director general de la pedrera blanca y al que no le tembl¨® el pulso para reclutar a aquel muchacho altivo, de gran potencia y capacidad goleadora, que agitaba los domingos matinales en El Palo.
No fue sencillo adaptarse a la gran urbe, alejado de la playa y la gente del barrio. Sus recurrentes ausencias a las clases obligaron al club a ponerle un profesor particular y a ponerle en vereda. Los resultados no tardaron en llegar. En 166 partidos en las distintas categor¨ªas, Aranda marc¨® 66 goles e incluso debut¨® con el primer equipo en la Champions. Sin embargo, el rutilante desfile de estrellas le cerr¨® las puertas y se transform¨® en un n¨®mada. Numancia, Villarreal, Albacete, Sevilla, Granada y su desembarc¨® final en Osasuna, en 2009, por petici¨®n expresa de Jos¨¦ Antonio Camacho.
All¨ª, en Pamplona, arropado por su t¨¦cnico y el calor de la grada, el andaluz ha encontrado la estabilidad que demandaba. En su primera campa?a ya ofreci¨® destellos de su buena adaptaci¨®n, aunque sus n¨²meros fueron discretos: 5 goles en 29 partidos. Esta temporada, m¨¢s asentado y con mayor peso espec¨ªfico en el vestuario, acumula ya 4 goles en 18 partidos de Liga. Por si fuera poco, su exhibici¨®n ante el Madrid ha reforzado su identificaci¨®n con la grada, que jalea el juego f¨ªsico y directo del atacante y que tan bien encaja con la idiosincrasia del club navarro.
Poco dado a los elogios, todav¨ªa embargado por la sobredosis de adrenalina que acumula sobre el terreno de juego, el delantero esbozaba una amplia sonrisa en la zona mixta del Reyno de Navarra. No es para menos. Fue su gran d¨ªa. "Me ha faltado el gol, pero creo que he hecho el mejor partido desde que juego aqu¨ª", relataba. "Es el partido que m¨¢s he trabajado, el que m¨¢s he corrido y el que m¨¢s he tenido que aguantar la pelota para darle salida a los compa?eros", explicaba el delantero, que junto a Camu?as fabric¨® una acci¨®n diab¨®lica que resquebraj¨® la zaga blanca.
Con los de Mourinho maniatados y los hinchas castigando sus gargantas, Ricardo despej¨® con fiereza la pelota en un lance aislado. El esf¨¦rico dibuj¨® un interminable escorzo y Pandiani, bien ubicado, lo pein¨® en busca de apoyo. Aranda amortigu¨® la pelota con un control exquisito, y, sin apenas dejarla caer al suelo, a bote pronto, el ariete traz¨® un bello pase con el exterior que desarm¨® a los centrales y habilit¨® a Camu?as para que batiese a sangre fr¨ªa a Casillas. Una hermosa jugada de corte brit¨¢nico que dio a Osasuna el triunfo y le permite tomar una bocanada de aire.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.