Sergio Rodr¨ªguez reivindica su talento
El Madrid, al que le cost¨® entrar en el partido, sufre hasta el final para derrotar al Gran Canaria (78-72)
Sergio Rodr¨ªguez es un jugador especial. Siempre lo ha sido y siempre lo ser¨¢. Y eso levanta sospechas. As¨ª ha sido durante toda su carrera. Alrededor de su juego y tambi¨¦n de sus decisiones vitales. En pleno proceso de formaci¨®n decidi¨® inesperadamente ir contracorriente y cruzar el charco. Cuatro a?os despu¨¦s volvi¨® intentando convencer que su paso por la NBA hab¨ªa sido satisfactorio. Costaba creerlo m¨¢s all¨¢ de la experiencia personal, pues deportivamente hab¨ªa perdido buena parte de su encanto, adem¨¢s de su puesto en la selecci¨®n. Aquel jugador fresco, intuitivo y travieso se hab¨ªa convertido en un jugador demasiado dubitativo y hasta atormentado como para mantener la imprescindible ligereza de su juego. El inicio de temporada confirm¨® esta impresi¨®n pero desde hace un par de semanas han aparecido brotes verdes que florecieron a¨²n m¨¢s en el primer compromiso del Madrid en esta Copa, en los cuartos frente al Gran Canaria.
REAL MADRID 78 - GRAN CANARIA 72
Real Madrid (14+25+17+22): Tomic (12), Prigioni (2), Su¨¢rez (12), Reyes (8) y Llull (14) -equipo inicial-, Mirotic (6), Rodr¨ªguez (17), Velickovic, Vidal, Fischer (2) y Tucker (5).
Gran Canaria 2014 (21+13+17+21): Green (10), Wallace (9), Carroll (30), Beir¨¢n (5) y Rey (8) -equipo inicial-, Bramos (1), Bellas, Nelson (9) y Moran.
?rbitros: Francisco de la Maza, Miguel A. P¨¦rez y Carlos Peruga. Sin eliminados.
Incidencias: Segundo partido de cuartos de final de la 75 edici¨®n de la Copa del Rey disputado en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid ante unos 12.500 espectadores
Su segundo tiempo fue excelente en cuanto al comportamiento ofensivo. Sergio despleg¨® todo su arsenal de quiebros, entradas a canasta, manejo de las dos manos y hasta un tiro de distancia que ejecut¨® con gran confianza. Durante unos minutos, el tiempo retrocedi¨® cuatro a?os. Ya solo le falta sonre¨ªr, lo que le vendr¨¢ muy bien para acelerar la etapa de recuperaci¨®n que ha emprendido con su vuelta a Espa?a.
De la mano de Sergio arregl¨® el Madrid un partido en el que le cost¨® un mundo meterse. La Copa tiene sus tiempos y tampoco es cuesti¨®n de salir como un cohete, pero ni tanto ni tan calvo. A la puesta en escena del juego madridista le sobr¨® apresuramiento y le falt¨® claridad de ideas para martillear desde el comienzo los alrededores de la canasta, zona donde cuentan con mejor arsenal que el equipo canario. Durante el primer cuarto (14-21) fue m¨¢s bien lo contrario. A veces cuesta trabajo encontrar la raz¨®n por la que la alimentaci¨®n de balones a Tomic es tan escasa a tenor del rendimiento que saca cuando est¨¢ bien abastecido.
El partido transcurri¨® por caminos bastante tortuosos, la mejor noticia para el Gran Canaria, un equipo muy digno. Alrededor de la voracidad anotadora de Carroll, una m¨¢quina de hacer puntos, y la direcci¨®n de Green, se articulan una serie de jugadores, en su mayor¨ªa estadounidenses, con oficio suficiente para ofrecer resistencia a poco que el rival ande algo descosido. Ninguno parece capaz de comerse el mundo, pero entre todos y con la ayuda de Beir¨¢n, intenso chico para todo y que en un solo cuarto de partido es capaz de gesticular m¨¢s que su padre en toda su carrera, nunca pierden la entereza. Su pertinaz presencia en la Copa unida a su constante eliminaci¨®n en los cuartos hace pensar que su techo se encuentra en presentar batalla en el primer d¨ªa de competici¨®n. Que tampoco es poco.
Visto como estaba el patio, Messina no tard¨® ni cinco minutos en comenzar el cl¨¢sico ir y venir de jugadores en busca de un quinteto que encajase bien todas las piezas. El primero fue Felipe, que dio la alternativa a Mirotic, uno de los focos de atenci¨®n en esta Copa. No fue su mejor d¨ªa, no porque no estuviese desacertado, sino porque no tuvo la presencia de los ¨²ltimos partidos. Aun as¨ª est¨¢ claro que este chico tiene talento, movimientos, desparpajo y la suficiente garra para pelear en este baloncesto de forzudos.
Con el Madrid jugando a rachas y el Gran Canaria supliendo con un encomiable esfuerzo sus desventajas, el partido mantuvo sus constantes hasta el ¨²ltimo cuarto. El Madrid parec¨ªa dominar m¨¢s en el marcador que en la cancha, sobre todo por el martirio que estaba sufriendo para parar a Carroll, que dio un curso de recursos ofensivos. Hasta que Sergio Rodr¨ªguez decidi¨® tom¨¢rselo como algo personal. Pidi¨® la pelota y traspas¨® todo su sufrimiento defensivo con Carroll a la defensa canaria, incapaz de evitar los desperfectos que provocaba.
A falta de seis minutos el partido parec¨ªa encarrilado para el Madrid (66-54) aunque al final se lio un poco m¨¢s de la cuenta, lo que tampoco sorprende por lo habitual. Total, que el Madrid da el primer paso y despu¨¦s de la victoria, la excelente versi¨®n de Sergio es la mejor noticia que se lleva al vestuario.
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