M¨¢s all¨¢ del r¨¦cord
Un estudiante le pregunt¨® al fil¨®sofo Morris R. Cohen del City College de Nueva York en la clase de Metaf¨ªsica:
- Profesor Cohen, ?c¨®mo puedo saber que existo?
Y el agudo y anciano profesor respondi¨®:
- ?Y a qui¨¦n le importa?
Esa es la verdadera cuesti¨®n en todo lo que hoy en d¨ªa deviene medi¨¢tico: saber a qui¨¦n le importa tal o cual asunto, porque a veces hay algunos que no le importan a nadie, aunque finalmente, a base de machacar al lector, se consigue que importen mucho.
?A qui¨¦n verdaderamente le importa ese ruido medi¨¢tico que se ha generado despu¨¦s de que el Barcelona de Messi superara en la Liga el r¨¦cord de victorias consecutivas del Real Madrid de Di St¨¦fano? Obviamente a los seguidores del Bar?a y en menor medida a los del Madrid, pero en todo caso a casi nadie fuera de nuestras fronteras. Es un tema local, de poca monta comparado con temas de mayor empaque, tambi¨¦n de actualidad (como el hecho de que el Bar?a haya inscrito su nombre en la historias de las revoluciones -escasas- que ha conocido el juego del f¨²tbol desde que fue inventado).
Medi¨¢tica discusi¨®n provinciana y local fue tambi¨¦n la que gir¨® en torno a si Messi merec¨ªa o no el Bal¨®n de oro. Casi da hoy verg¨¹enza recordarla, la daba ya entonces cuando ocurri¨®. Evoco aquella pol¨¦mica y veo a Iniesta vestido de Cid Emperador. Pa¨ªs extra?o. ?Qu¨¦ ten¨ªan contra la l¨®gica de que se otorgara aquel Bal¨®n de oro a un jugador mundialmente reconocido como el mejor? ?Qu¨¦ no era de la roja? Jam¨¢s vi un provincianismo tan penoso. A m¨ª me hizo recordar el titular de una noticia que le¨ª en El Mundo Today: "Messi podr¨ªa ser argentino".
Exacto. Podr¨ªa serlo, como lo era Di St¨¦fano, aunque ¨¦ste se espa?oliz¨®. Cristiano Ronaldo en cambio no es argentino. Lo es Valdano, pero Cristiano Ronaldo no. Y llegados a este punto tan embrollado, vuelvo al profesor Cohen para preguntarme a qui¨¦n puede importarle esto fuera de Espa?a. A nadie. As¨ª que no sigo. Y no sigo, adem¨¢s, porque creo que si afuera alguien se enterara de que nos dedicamos a discurrir sobre estas cuestiones y que, por ejemplo, no hace mucho llegamos incluso a comparar a Messi con Robben -por cierto, que quienes impunemente soltaron esa comparaci¨®n, siguen libres, sin cargos-, se alarmar¨ªan tanto que se decidir¨ªan a intervenirnos, a acudir ya de inmediato a nuestro rescate.
M¨¢s all¨¢ de que el Bar?a de Messi y Guardiola haya superado el r¨¦cord liguero de aquel extraordinario Madrid y de que Cristiano Ronaldo pueda ser tan argentino como Valdano, est¨¢ el asunto que verdaderamente importa fuera de nuestras fronteras y que, resumido en cuatro palabras de Cruyff, ser¨ªa este: "Solo dos equipos, el Madrid de Di St¨¦fano y el Ajax de los a?os 70, hab¨ªan sido capaces hasta ahora de reinventar el f¨²tbol como lo est¨¢ haciendo el de Guardiola".
En un segundo plano estar¨ªa el Milan de Sacchi, equipo tambi¨¦n innovador, pues no hay que olvidar que Guardiola estudi¨® muy bien el sutil catenaccio de la famosa squadra de Van Basten y compa?¨ªa, lo estudi¨® tan bien que va camino de convertir a Abidal en un nuevo Baresi. Si lo lograra, asistir¨ªamos a uno de los momentos m¨¢s alucinantes de la era Guardiola. Ser¨ªa una prueba m¨¢s de que solo innovando (o reinventando, como dice Cruyff, aunque ese verbo se utiliza ya hoy en d¨ªa demasiado para todo) se puede uno divertir.
Abidal podr¨ªa ser Baresi, pero ?cabr¨ªa Maradona en este equipo? No quiero que nadie se indigne, solo lo pregunto, ?puedo preguntarlo, verdad? Cruyff, el inventor de la diversi¨®n, opina que quien crea que cualquiera puede jugar en el Bar?a actual no puede estar m¨¢s equivocado. Y yo, si me permiten que juegue un rato -en los art¨ªculos de f¨²tbol tambi¨¦n se puede jugar- les dir¨¦ que tengo la impresi¨®n de que de esa opini¨®n de Cruyff no se salva nadie, excepto Di St¨¦fano, que encajar¨ªa bien en este Bar?a y en todas partes y que, si fuera m¨¢s joven, desde luego ser¨ªa el 9 que necesita tanto Del Bosque, a quien le falta un jugador en esa posici¨®n y Messi no le sirve porque es (podr¨ªa ser) argentino.
Lo que importa en el f¨²tbol internacional es que si hasta ahora solo dos equipos, el Madrid de Di St¨¦fano y el Ajax de los a?os 70, hab¨ªan sido capaces de innovar verdaderamente en el terreno futbol¨ªstico, ahora hay que reparar en lo que est¨¢ aportando el equipo de Guardiola, un conjunto que ha ido muy lejos, ha perfeccionado el f¨²tbol total que propusiera Di St¨¦fano y aplicara a rajatabla Rinus Michels. En el Bar?a de hoy podemos ver al interior izquierda jugando de falso 9, al lateral derecho jugando ya no de extremo sino incluso de killer del ¨¢rea, y a la estrella del equipo haciendo de lateral izquierdo. Es un f¨²tbol total en su versi¨®n m¨¢s moderna y alucinante, y con sorpresas notables, como la de ver al reci¨¦n llegado Afellay combinando las virtudes de Cruyff, Cocu y Messi para sustituir a este ¨²ltimo en caso de que alg¨²n d¨ªa llegara esa emergencia. Lo de Afellay (como lo de Abidal) no lo esperaba nadie, creo.
Ah¨ª est¨¢ una de las gracias del asunto de innovar: que llegan cosas que nadie pod¨ªa esperar. Vemos que los centrales salen con el bal¨®n mejor que muchos centrocampistas y que los mediocampistas de t¨¦cnica m¨¢s depurada pueden llegar a jugar juntos y que los delanteros se intercambian posiciones y son defensas si es necesario, es decir, que ya no es como antes que s¨®lo Eto'o defend¨ªa delante. La constante creaci¨®n y recreaci¨®n, invenci¨®n y reinvenci¨®n de este Bar?a no conservador nos asombra a los que vemos cada d¨ªa como lo imposible se nos va revelando cada vez m¨¢s posible. Claro que al otro lado de nuestro asombro hay millones de almas enemigas, conspirando, d¨ªa y noche, para acabar con el juego, para acabar con la diversi¨®n.
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