Djokovic es un rayo

El jugador que abruma 6-3 y 6-3 en 71 minutos al suizo Roger Federer en la final de Dub¨¢i viene de vivir una "cat¨¢strofe": la barra de la exigencia del serbio Novak Djokovic est¨¢ tan alta que no le vale con haber ganado a Tomas Berdych en semifinales (ese es su desastre: el checo se retira tras ver a Nole fallando una pila de reveses); con haberse impuesto en la Copa Davis y el Abierto de Australia en los tres ¨²ltimos meses; o con sumar 12 victorias y ninguna derrota en 2011. El n¨²mero tres olfatea el segundo puesto del escalaf¨®n, y rebosa tanta energ¨ªa, juega con tanta convicci¨®n, que lo quiere todo y ante nada cede, hambriento e insaciable, insatisfecho permanentemente.

"Novak ha madurado a nivel de cabeza, est¨¢ m¨¢s centrado", explica Francisco Pato Clavet desde Dub¨¢i, donde Feliciano L¨®pez, su pupilo, se llev¨® al serbio hasta la tercera manga en un partido tremendo. "El talento lo ha tenido siempre, pero ten¨ªa lagunas de concentraci¨®n", contin¨²a el ex n¨²mero 18. "Ahora, desde que gan¨® la Davis, es constante mentalmente. El problema que ten¨ªa con el saque lo ha solucionado, y ha mejorado la derecha. Est¨¢ m¨¢s s¨®lido y hace m¨¢s da?o con el drive".

El tenis es un deporte de automatismos. Las dificultades que ha pasado Djokovic hasta llegar a su esplendoroso presente demuestran los peligros que encierra tocar una sola tuerca del mecano. Se atrevi¨® a cambiar de raqueta y de saque, atra¨ªdo por los cantos de sirena de los patrocinadores y por los consejos de Todd Martin, su exentrenador. Su derecha, el golpe con el que constru¨ªa los puntos a partir de la ventaja generada con el servicio, se resinti¨® inmediatamente. Su rev¨¦s paralelo, "un golpe asesino", que le dec¨ªa el venerable Philippe Bouin, columnista de L'Equipe, desapareci¨® del mapa. El complejo sistema de equilibrios de su juego se llen¨® de ¨®xido. ?Qu¨¦ ha cambiado?

"Soy un jugador f¨ªsica y mentalmente diferente, m¨¢s experto", dijo el serbio al comparar su triunfo en el Abierto de Australia 2008 con el de 2011. "Entonces me sent¨ª satisfecho. No consegu¨ª manejar mis emociones. Ahora soy m¨¢s fuerte f¨ªsicamente y estoy muy en forma... y no quiero sentirme demasiado feliz con mi ¨¦xito".

As¨ª, mientras Djokovic se procuraba 10 pelotas de break sobre el servicio de Federer ("tiene una elasticidad impresionante, llega a bolas imposibles", recuerda Clavet); mientras conced¨ªa solo dos y compet¨ªa con una velocidad de juego insuperable para el suizo, desarbolado, a¨²n resonaban las palabras de L¨®pez, que en Dub¨¢i tambi¨¦n vio pasar a un expreso, al tren de las cinco, corriendo a toda mecha. "Ahora mismo, Djokovic se mueve tan deprisa que no hay nadie m¨¢s r¨¢pido que ¨¦l en el mundo desde la l¨ªnea de fondo", explic¨® el toledano, que a buen seguro siguir¨¢ la final que esta noche disputan Nicol¨¢s Almagro y David Ferrer en Acapulco. "Est¨¢ en mejor forma que nadie: un poquito por delante de los dem¨¢s".