El Madrid encalla en Riazor

Riazor festej¨® durante a?os goleadas y desastres del Real Madrid, y ayer conmemor¨® como una haza?a el empate de su equipo ante un rival que pudo e incluso mereci¨® ganar, pero al que le falt¨® autoridad para imponerse a un rival que pelea por la pervivencia en la categor¨ªa. En esta Liga en la que lo cotidiano es que los dos grandes resuelvan con solvencia, y hasta con estr¨¦pito, incluso a domicilio, el Madrid tuvo un tropiezo de los que cuentan en la suma final. Ahora camina a siete puntos del Barcelona y la cuenta atr¨¢s no se detiene, sino que se ha descontado otra jornada.

El Madrid sali¨® al campo en estado de excitaci¨®n. Pudo ser por la victoria del Barcelona en Mallorca o por una cierta ansiedad por encarrilar el partido cuanto antes y asegurarse una noche pl¨¢cida ahora que el calendario demanda esfuerzos tan continuados. El caso es que parti¨® con prisa, pendiente de reclamar las p¨¦rdidas de tiempo del Deportivo, que siempre tuvo claro su papel, acelerado para que el bal¨®n se pusiera en juego con rapidez despu¨¦s de cada interrupci¨®n. El frenes¨ª devino en un ritmo alto en el movimiento del bal¨®n, en el intercambio de posiciones. Mourinho, que tiene pendiente encontrar acomodo a Kak¨¢ en el once, se lo busc¨® en una triple mediapunta en la que deb¨ªa evolucionar junto a Cristiano Ronaldo y ?zil. Hubo libertad para los tres, pero tambi¨¦n una querencia por buscar los territorios interiores. Y ah¨ª les esperaba medio Deportivo.

El equipo de Lotina decidi¨® aguardar en la frontal, con su zaga de cuatro bien cerrada y los dos mediocentros en l¨ªnea, nada de escalonamientos ni frusler¨ªas, solo trabajo en la trinchera y coberturas. No ten¨ªa salida por ah¨ª el Deportivo, pero tampoco pareci¨® importarle. Era el plan. Tampoco hubiera estado de m¨¢s que pusiera algo de f¨²tbol. Pero jugaron con el reloj. Los minutos pasaron y donde el Madrid comenz¨® gust¨¢ndose en el toque y la pared acab¨® con la sensaci¨®n de toparse con un muro. Las grietas fueron m¨ªnimas, apenas una combinaci¨®n de Kak¨¢ y Cristiano que este remat¨® a la red en fuera de juego y alg¨²n disparo lejano; las alternativas tambi¨¦n porque tanto talento ante la frontal fue incapaz de alzar la cabeza y otear hacia los flancos, donde Marcelo y Sergio Ramos pasaron inadvertidos.

Nada invit¨® a que el Depor se abriera. Cada vez que el bal¨®n le llev¨® a posiciones atacantes, sufri¨® para regresar, esclavo de la velocidad que imprime el Real Madrid a cada contra. Su her¨¢ldica, su superioridad y la disposici¨®n del rival orienta al equipo de Mourinho a afrontar este tipo de partidos a partir de un f¨²tbol combinativo en espacios reducidos, pero donde realmente se encuentra c¨®modo, donde explota su potencial, es en la r¨¦plica, en el pase de ?zil o Kak¨¢ y el galope de Cristiano Ronaldo. Sin campo abierto, Mourinho busc¨® galgos. Los ten¨ªa a su vera, que para eso entrena al Madrid y tiene de todo. Adebayor y Di Mar¨ªa salieron para abrir el campo a lo largo y a lo ancho, tambi¨¦n para resituar a ?zil y escorar a Cristiano, que comenz¨® en posiciones m¨¢s centradas, hacia la derecha. Pero el crono no paraba y el Deportivo, que hab¨ªa comenzado con las dudas propias de un equipo sometido, redobl¨® esfuerzos y hasta encontr¨® aliento para acercarse a Casillas, siempre con un objetivo m¨ªnimo: acabar las jugadas y al menos dar opci¨®n al repliegue.

Nivel¨® el partido el Deportivo, pero semejaba evidente que le aguardaba un final en el alambre. Adebayor remat¨® al palo y desat¨® la carga final del Madrid. La lider¨® Cristiano, que encontr¨® un fil¨®n en Morel, al que sac¨® las pegatinas en cada carrera. Era un fil¨®n previsible, pero Mourinho no lo explot¨® hasta la media hora final. Cristiano se fabric¨® un nuevo remate al poste apenas cuatro minutos despu¨¦s del de Adebayor. En la misma jugada Aranzubia sac¨® una mano prodigiosa para desviar a c¨®rner una volea de Di Mar¨ªa y poco despu¨¦s resolvi¨® ante Benzema, distra¨ªdo en la boca de gol. Fue ah¨ª, en ese arre¨®n final, cuando el Madrid, necesitado y enrabietado, mostr¨® todo el potencial que se le supone, esa fuerza y exuberancia que es se?a de identidad. Lo hizo demasiado tarde.

Deportivo 0 - Real Madrid 0