Mourinho y las conspiraciones
El t¨¦cnico del Madrid, tras cargar contra los ¨¢rbitros y los rivales del Bar?a, critica ahora a quienes fijan los horarios, lo que es lo mismo que deslizar la supuesta falta de peso de sus dirigentes ante las instituciones
Valiente como dice ser ¨¦l y plagia su entorno, cuando Jos¨¦ Mourinho arremete contra los estamentos administrativos y arbitrales ello supone un azote a quien debe defender los intereses de la instituci¨®n en las ventanillas oportunas: Florentino P¨¦rez. Si el Madrid, como presupone Mou, no tiene altavoz ante quien fija los horarios o ante quien designa a ese cuarteto arbitral al que ¨¦l martiriza, ?es porque los mandatarios del club son tomados a chirigota? En absoluto.
Eso es lo que, siguiendo su guion victimista, calla el t¨¦cnico portugu¨¦s, que desliza, antes y despu¨¦s de los partidos, una conspiraci¨®n en contra del Madrid. Si fuera as¨ª, presupuestada su singular gallard¨ªa, deber¨ªa poner en la diana a los d¨¦biles defensores de la instituci¨®n: Florentino P¨¦rez y Jorge Valdano a la cabeza. Ya lo hizo, sin dar nombres pese a su publicitada sinceridad, con el volc¨¢nico fichaje de Adebayor. Aquella cruzada le sirvi¨® para postergar a Valdano; la de ahora, contra colegiados y federativos manipuladores del calendario, no le servir¨¢ contra Florentino P¨¦rez. El Madrid, con urnas y mucho abolengo, no es el Chelsea o el Inter.
Por si acaso, ese Mourinho, dicen en su coro medi¨¢tico, que se expresa sin escupir un pelo, resulta que no ha puesto en la diana a su presidente. Una cautela impropia de quien se ve un revolucionario con claveles. Un silencio inesperado para quien se atreve a azuzar ante las c¨¢maras al cuarto ¨¢rbitro como si aquel, caso del de Riazor, le debiera complicidad alguna. Un enmudecimiento inapropiado de quien se arroga la potestad de pedir m¨¢s patadas a Messi -pero se niega a comentar la que le dio Ujfalusi- o a solicitar m¨¢s tarjetas para el Bar?a -pero nada afirma sobre que al Madrid le hayan pitado seis penaltis a favor y uno en contra por dos y tres a los barcelonistas-.
A tenor de las palabras de Mourinho, los siete puntos que le separan del Bar?a tienen culpables: Valdano no le defendi¨® lo suficiente en los fichajes invernales y, aunque no lo diga, se desprende de su queja que Florentino P¨¦rez tiene desamparado al Madrid. Mou, el gran mosquetero, tan quijotesco dicen sus propagandistas, limita sus cr¨ªticas a Pedro Le¨®n, Canales, Albiol y Valdano, que tampoco es el titular, aunque sea el brazo derecho del presidente.
A la espera de que Mourinho, que nunca se corta, dicen, se atreva o no a culpabilizar a Florentino P¨¦rez, quiz¨¢ fuera injusto pensar que haya tenido un repentino ataque de victimismo. Triunfador como es, habr¨ªa que deducir que, a la vista de su extraordinario verbo sin tapujos, las quejas de Mou tienen que ver con su condici¨®n de estratega ¨²nico del f¨²tbol. Es un hombre tan met¨®dico que, como en Lyon, asiste al calentamiento de su equipo rodeado por un jefe de seguridad, un jefe de prensa y un instructor arbitral (Mej¨ªa D¨¢vila). Lo quiere tener todo bajo control. Por eso lo mismo consulta con el empleado de prensa qu¨¦ dicen las radios tras un gol en fuera de juego de CR en Riazor como tiene al instante un parte de agravios arbitrales despu¨¦s de un partido con el Sevilla.
?Y si, pese a sus dotes de estratega, ¨¢rbitros, directivos y operadores se estuvieran tomando mal estas cargas de Mou? ?Y a qui¨¦n atribuir que al Madrid le reciban en cada campo como un equipo demasiado crecidito? ?Es semejante indefensi¨®n culpa de Florentino P¨¦rez, que en toda la temporada solo se ha expresado en el campo del Lyon? Si hay conspiraci¨®n, que Mou, ¨²nico y especial, denuncie la ingravidez de quien fue elegido para, entre otras cosas, contratarle a ¨¦l. Si no, que calle y respete a una instituci¨®n y sus dirigentes con mucho m¨¢s pedigr¨ª que ¨¦l. Hay coartadas mejores. Y m¨¢s sinceras. El Madrid no llora, su grandeza no se lo permite. No lo hacen Florentino, Valdano, Di St¨¦fano, Zidane, Butrague?o o Pardeza, madridistas hasta el tu¨¦tano. El Madrid es un equipazo y, a la hora que sea, gana m¨¢s que pierde. O tiene mala fortuna, como en Riazor, donde solo Aranzubia conspir¨® en su contra.
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