El Rayo es de todos
La gente del barrio de Vallecas realiza una cadena humana en torno al estadio antes del duelo con el Granada y reivindica la marcha de la presidenta, que no paga al cuerpo t¨¦cnico ni a los jugadores
El Rayo y Vallecas, el barrio madrile?o que un d¨ªa m¨¢s ha demostrado su cari?o incondicional al equipo, siguen agarrados al sue?o de subir a Primera Divisi¨®n. Hoy, el equipo entrenado por Jos¨¦ Ram¨®n Sandoval ha empatado a uno contra el Granada, en un partido que ha dominado sin encontrar el golpe decisivo, y sigue primero en la Liga Adelante con un punto de ventaja sobre el Betis y tres sobre el Celta, tercero, a falta de nueve jornadas. Parece imposible; los jugadores y el cuerpo t¨¦cnico siguen sin cobrar por la dif¨ªcil situaci¨®n empresarial (Nueva Rumasa) de la familia Ruiz-Mateos. El futuro del club es incierto. La sociedad parece dispuesta a vender al Rayo a qui¨¦n pueda ofrecer cinco millones de euros y, de paso, ponga otros 22 para cubrir las deudas acumuladas con Hacienda y la Seguridad Social entre 2004 y 2008. Mientras, hay dificultades para recaudar el dinero incluso para los autobuses con los que se desplazan las diferentes categor¨ªas del club. Sin embargo, jugadores y t¨¦cnico pueden consolarse con la afici¨®n que les rodea, literalmente.
Antes del partido, cuando el barrio a¨²n se estaba desperezando -eran las 11 de la ma?ana-, la pe?a rayista se reuni¨® fuera del estadio para organizar una cadena humana, ¨²ltima de una serie de iniciativas para pedir a la familia de Ruiz-Mateos (su mujer, Teresa Rivero, es la presidenta) de abandonar el Rayo. "Esto es para abrazar al estadio y al equipo, para decir que pertenecen a nosotros y no a los empresarios. El Rayo es de Vallecas y de la gente obrera", reivindica Adela, una se?ora de 60 a?os que ha participado en la cadena humana y que ayer no pudo participar a otra manifestaci¨®n de protesta, que cont¨® con 2.000 personas, porque ten¨ªa el cumplea?os de su nieto.
La afici¨®n franjirroja siempre se ha caracterizado por su extracci¨®n social, fragu¨¢ndose en la clase trabajadora de los barrios al sureste de la capital. Las palabras de Adela se reflejan en las de Jos¨¦ Castro, mec¨¢nico de 30 a?os, que ha acudido al estadio con Izan, su hijo de tres: "Es una verg¨¹enza lo que est¨¢ haciendo esta familia". O con las de David, de 35 a?os, empleado en un circo, que cada domingo se desplaza con su familia desde Ciudad Real para ver al Rayo: "Es nuestro sentimiento lo que est¨¢ amparando al equipo". David habla mientras camina en medio de la cadena humana con sus dos hijos peque?os, uno por delante y uno por detr¨¢s, rodeando los bloques de apartamentos colindantes con el estadio, en la calle Teniente Mu?oz D¨ªaz. La comuni¨®n entre el barrio y el equipo se hace, en este momento, todav¨ªa m¨¢s patente.
Dentro del recinto deportivo, todo lo que no es f¨²tbol es protesta contra la propiedad. Teresa Rivero es recibida en el estadio que lleva su nombre con sonoros pitidos y el coro "?Teresa vete ya!", un cl¨¢sico. Los jugadores entran a calentar con una camiseta negra en la que se puede leer: "Ruiz-Mateos, p¨¢ganos ya", y salen al campo con una pancarta: "Rayo, soluci¨®n ya". En el minuto 15 de la primera y de la segunda parte, las gradas se colorean de blanco con pa?oladas a las que se suman hasta los 300 aficionados granadinos presentes. Tras la primera de las dos, los Bukaneros, la parte m¨¢s caliente de la afici¨®n del Rayo, saca un enorme tel¨®n con la imagen inmortal de la pel¨ªcula El Padrino acompa?ado por las palabras: "La Familia Ruiz-Mateos"; y m¨¢s abajo, una pancarta exhortativa: "Fuera de Vallecas". En el otro lado del estadio le hace eco un "?Mafiosos! El Rayo somos nosotros". El ¨²nico vestigio de la sociedad contra quien no se arroja la afici¨®n es el empleado disfrazado de abeja (el s¨ªmbolo de Nueva Rumasa). A los ni?os les gusta fotografiarse con ¨¦l.
Tras el partido, Sandoval ha aclarado que no es verdad que ¨¦l y sus jugadores hayan lanzado un ultim¨¢tum a la sociedad. "Hemos pedido que en 15 d¨ªas se clarifiquen las cosas, nada m¨¢s. El ¨²nico ultim¨¢tum lo tenemos entre nosotros con esta afici¨®n, a la que prometemos dejar la piel en el campo". Hoy el estadio estaba casi lleno (13.000 espectadores). La afici¨®n, que ha arropado al equipo sobre todo despu¨¦s de que la presidenta, hace dos semanas, acusara a los jugadores de que no quisiesen subir, hizo llegar en el vestuario un mensaje que Sandoval ha le¨ªdo en la rueda de prensa: "El dinero lo ganan muchos, la historia la hacen pocos". ?l, en su primer a?o en el f¨²tbol profesional, puede hacerla, reconduciendo al Rayo a Primera tras ocho a?os entre Liga Adelante y Segunda B. El abrazo de la afici¨®n cuenta mucho m¨¢s, por ahora, del desmadre econ¨®mico de la propiedad. Y Sandoval lo ha recordado despu¨¦s de que sus pupilos lo demostraron en el campo: "Aqu¨ª hay un sentimiento y no voy a permitir que se vaya al carajo".
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