A la velocidad de Uche

C¨®modo ya en situaciones embarradas, el Zaragoza afila sus botas cuando m¨¢s lo necesita. Se cierra con fiereza en posiciones retrasadas, no pretende ser lo que no puede y ha definido su estilo, tan sencillo como resolutivo, tan necesitado como agradecido. Defiende con todo y ataca con tres, con Uche como pieza capital a la que ha cogido el tono f¨ªsico. Y, de paso, cuando las cosas se complican, tira de piller¨ªa y poca deportividad, como lo es la acci¨®n de tirar un bal¨®n al c¨¦sped cuando el rival lanza un contragolpe. Suficientes armas para doblegar la escasa resistencia del Getafe, en ca¨ªda libre porque se le han agotado las ideas, los recursos y el f¨²tbol.

La cosa tiene miga. Iracundo porque le falta lo que le pertenece (950.000 euros), el presidente del Getafe, ?ngel Torres, exigi¨® de malas maneras que el Zaragoza no se demorara m¨¢s en abonar sus deudas y, de paso, que no jugara el delantero Uche, la ra¨ªz del problema, el traspaso impagado. La LFP tir¨® atr¨¢s la propuesta y Uche li¨® la mayor. Fuera de juego durante dos temporadas por su rodilla de Lego -operada en dos ocasiones-, el nigeriano era una ficha desconocida para el Zaragoza. Aparece la velocidad. Ya no solo en carrera, sino en el toque y en la ejecuci¨®n. Una guada?a letal para el Getafe, tan blandengue en el ataque como descompuesto en el ejercicio defensivo.

Ya no es ese que presum¨ªa de f¨²tbol atildado y juego sugerente. El Getafe es un equipo descarriado, perdida la confianza y el toque, con problemas serios para elaborar una jugada punzante. Incluso parece despojado de la valent¨ªa; son contadas las ocasiones en que al delantero le acompa?an dos jugadores en busca del remate. Solo Manu del Moral, que sale airoso de casi todos sus desbordes, da aire al juego, una v¨ªa de escape ante tanto barullo y falta de ingenio. Suyo fue el regate en el borde del ¨¢rea y suyo fue el centro al segundo palo que Colunga remat¨® al bulto. El rechazo, torpes los defensas del Zaragoza, fue al punto de penalti, donde Casquero arm¨® el disparo en un santiam¨¦n para batir a Doblas. Una llegada y un gol. Nada m¨¢s porque el Getafe, est¨¦ril, no descubri¨® la forma de desarbolar la abrigada zaga rival, generosa en los apoyos para provocar el dos contra uno.

M¨¢s movida andaba el ¨¢rea opuesta, donde Uche era un torbellino de dif¨ªcil detenci¨®n. Pero golpe¨® primero Ponzio, un francotirador que engatilla cualquier bal¨®n que se cruza por su camino. Acert¨® en el disparo y el cuero, que bot¨® en la zona cr¨ªtica para el portero, delante de sus narices, bes¨® la red tras sisearle al poste.

La hoja de ruta del Zaragoza, sin embargo, estaba clara. Condicionado porque no tiene pie para mezclar y romper las l¨ªneas adversarias con el juego corto, su idea pasaba por hurtar el cuero y lanzar un pase con intenci¨®n al movimiento de Uche. Para eso est¨¢ Ander Herrera ?que ha cuajado en Primera cuando ya tiene las maletas facturadas para Bilbao?, un quarterback estupendo al primer toque. As¨ª que la ecuaci¨®n era simple: robo, bal¨®n a Ander y pase a Uche. La variable era Bertolo, osado como pocos, que tira quiebros a diestro y siniestro. Y a la que se alinearon los tres, destrozaron al Getafe. Como en esa ocasi¨®n en la que Ander se la dio a Uche, que se la toc¨® de tac¨®n a Bertolo y que el bal¨®n no entr¨® de chiripa. A la siguiente, sin embargo, funcion¨®. Uno, dos y tres. Gol de Bertolo. Era el segundo tanto, el definitivo, por m¨¢s que Casquero probara fortuna con otro chut que repeli¨® Doblas.

Y cuando el peligro se ampli¨®, el Zaragoza, tramposo, tir¨® el bal¨®n al campo para evitar que jugara el rival. Una artima?a fea que no desluce, en cualquier caso, la faena de Uche.

Zaragoza 2- Getafe 1