Sturridge, un asunto de familia

Tras el abrazo de John Terry, pos¨® como un modelo en la l¨ªnea de cal y luego se se?al¨® su apellido en la zamarra para reclamar su cuota de protagonismo, para solicitar minutos en un equipo que se los negaba porque Drogba, Anelka y Kalou copaban la l¨ªnea de ataque, para poner, al fin, Sturridge en el mapa futbol¨ªstico. Era un gol ante el Preston, un gol en la FA Cup del curso anterior. Pero Daniel Sturridge (Birmingham, Inglaterra; 1989), sin minutos ni dianas, jam¨¢s se gan¨® su sitio en Stamford Bridge. Tampoco lo hizo en el Manchester City en los a?os anteriores, a la sombra de delanteros como Mpenza, Samaras, Corradi, Vassell, Bojinov, Robinho y Bellamy. Demasiadas suplencias para que en este invierno, cuando Fernando Torres lleg¨® al Chelsea, no solicitara un traspaso al Bolton, incentivado por una charla telef¨®nica que mantuvo con el t¨¦cnico Owen Coyle. Permiso concedido y Sturridge al poder. El ariete, cedido hasta final de curso, suma siete goles en nueve encuentros y ayer destroz¨® las pocas aspiraciones del Arsenal (2-1) en conquistar la Premier con un gol y un penalti, que luego fallar¨ªa Kevin Davies.

Para Sturridge triunfar en el f¨²tbol es un asunto de familia. Resulta que su padre, Michael, trat¨® sin ¨¦xito hacerse un hueco en el primer equipo del Birmingham a las ¨®rdenes del campe¨®n mundial Alf Ramsey, entre otros. Tampoco fue una estrella, aunque s¨ª que marc¨® una ¨¦poca en el Derby County con 32 goles en la Premier, su t¨ªo Dean. "Ellos son mi inspiraci¨®n. Yo juego para que mi padre, lleno de talento pero sin oportunidades, se sienta orgulloso de su hijo", reconoce el delantero, de melena hecha a base de rizos, explosivo en el arranque y certero en el remate, por m¨¢s que se enrede un poco en el regate.

El f¨²tbol no fue una opci¨®n para Sturridge, que a los 13 a?os ya hab¨ªa pasado por la escuela del Aston Villa, por la del Coventry City y, finalmente, por la del Manchester City, que pag¨® medio mill¨®n de euros. Parec¨ªa el mayor de los talentos, como se certific¨® en la Nike Cup, cuando, con 15 a?os, se convirti¨® en el mejor jugador del torneo. A los 17, desarrollado casi por completo, debut¨® con el primer equipo de los citizens, rodeado de flashes y contratos publicitarios. Pero al segundo duelo, una lesi¨®n en la cadera le aparto por completo de los terrenos de juego hasta la pr¨®xima temporada. Con 27 apariciones y cuatro goles, fue escogido en 2009 como el mejor joven del club, que acept¨® con los ojos cerrados los cuatro millones que le puso sobre la mesa el Chelsea, m¨¢s 700.000 euros por cada 10, 20, 30 y 40 partidos como blue. Pero Ancelotti no le dio apenas oportunidades en dos a?os. En este ejercicio, por ejemplo, solo hab¨ªa sido titular en cuatro partidos, saldados, eso s¨ª, con otras tantas redes. Dos al Zilina eslovaco en la Champions y otros dos al Ipswich Town, en la FA Cup. Por eso no se pens¨® dos veces la cesi¨®n al Bolton.

Aunque el elenco de delanteros de los trotters es sugerente, con Elmander, Klasnic, Kevin Davies y Obadeyi, el 15 del Bolton se gan¨® el sitio de buenas a primeras, con cuatro goles en cuatro encuentros. Coyle le ha dado la punta de ataque con Elmander y ha retrasado un ¨¢pice a Davies. Y funciona, con 13 puntos de los ¨²ltimos 21, a un paso de meter la cabeza en la zona burguesa, zona de la Liga Europa. El Reebok Stadium ya venera a Sturridge y desde el Chelsea se frotan las manos. "Aqu¨ª ten¨ªa poco sitio, pero esperemos que marque alg¨²n gol m¨¢s en el Bolton y vuelva en verano", asegur¨® hace poco Ancelotti. Sturridge no lo tiene claro porque el t¨¦cnico blue parece m¨¢s fuera que dentro del Chelsea, porque en el Bolton juega m¨¢s que nunca. Y que su apellido cobre fama pasa por los goles que marque, por las dianas que les faltaron a su padre y su t¨ªo.