Cristiano vuela en otro planeta

Cristiano Ronaldo tiene una causa, hom¨¦rica para cualquiera salvo para genios como ¨¦l. El portugu¨¦s ya firm¨® el ¨²nico t¨ªtulo de su equipo, la Copa del Rey, y ahora pretende igualar registros marcianos, como los de Zarra y Hugo S¨¢nchez (38 goles en las temporadas 50-51 -entonces con 16 equipos- y la 89-90, respectivamente). Con sus tres dianas de ayer, Cristiano ya lleva 36 en la cuenta oficial, porque el ¨¢rbitro concedi¨® la autor¨ªa de un tanto en Anoeta a Pepe. El asunto no es menor, por lo que el equipo se ha entregado a su cruzada particular. Con ello le bast¨® al Real Madrid para despachar al Getafe, que pas¨® de canto por Chamart¨ªn, sin chicha, sin sangre, como si fuera un invitado a una verbena veraniega. Su vecino puso m¨¢s empe?o en la Liga de Ronaldo que el Getafe en evitar un resbal¨®n definitivo hacia la segunda categor¨ªa.

El Madrid jug¨® con aire festivo, liberado de las tensiones de las ¨²ltimas semanas. Sin f¨®rceps, el grupo se solt¨® en favor de su gran estrella ante la complacida mirada de su adversario. Sin el Bar?a a la vista (al que le falta un punto para el t¨ªtulo), el Madrid ha cambiado la partitura. Ya lo hizo en Mestalla y en Nervi¨®n, como antes en Santander y San Mam¨¦s. Ante el Getafe no fue tan productivo, pero s¨ª un conjunto m¨¢s arm¨®nico, menos castrense. Con Mourinho gui?ando el ojo a uno de sus hijos, anoche recogepelotas junto a su banquillo, Xabi Alonso como gu¨ªa, ?zil al piano y Marcelo sin freno, el Madrid fue c¨®mplice de Ronaldo. Mucho, much¨ªsimo, tuvo que ver ?zil, maravilloso en los dos primeros goles del portugu¨¦s. En el primero, desde el costado derecho, el alem¨¢n, zurdo como es, dibuj¨® un pase sensacional con el empeine exterior de la pierna que mejor le obedece. CR se elev¨® por encima de Cata D¨ªaz y Miguel Torres y bati¨® a Ustari. Un dictado magistral de t¨¦cnica (?zil) y potencia (Ronaldo).

El gol no perturb¨® en nada al Getafe, un equipo de cart¨®n piedra de principio a fin. Un conjunto que poco a poco se ha marchitado y ahora tiene un nudo al cuello. No lo pareci¨® en Chamart¨ªn, donde no tuvo cuerpo en ninguna de sus l¨ªneas. Fue un grupo melanc¨®lico. Le falt¨® el colmillo necesario y Ad¨¢n, la gran novedad de Mourinho, no tuvo plano hasta que sufri¨® un choque involuntario con Colunga. Mej¨ªas, un juvenil, porque ayer tampoco estaba convocado Dudek, cogi¨® el testigo. No hubo futbolista del Getafe que tuviera peso, ni pretorianos como Casquero ni noveles como Parejo. Directamente, paralizado quiz¨¢ por sus angustias, el equipo no compiti¨®. Michel tiene tajo, mucho tajo, en las dos jornadas que restan.

Todo el inter¨¦s del juego recay¨® en el Madrid, que se abanic¨® cuanto quiso y mastic¨® el duelo a su antojo. Acampado en la periferia del ¨¢rea de Ustari, el equipo de Mourinho caz¨® el segundo tanto con los mismos protagonistas del primero. Higua¨ªn choc¨® con Ustari, la pelota qued¨® sin amparo y ?zil, que hac¨ªa un siglo que hab¨ªa visto a CR grapado en el punto de penalti, le obsequi¨® con el gol. Tampoco se inmut¨® el Getafe, espectador hasta el final de un repertorio de taquitos y rabonas de jugadores blancos, de trazadas de Di Mar¨ªa, de f¨²tbol geom¨¦trico de Xabi Alonso. A un extraordinario servicio del vasco respondi¨® Benzema con el tercer tanto. Un gol que reivindica una vez m¨¢s al franc¨¦s, despedido en el banquillo en la ida y vuelta de la semifinal de la Liga de Campeones.

Como broche, el Madrid, Cristiano, logr¨® amplificar su verdadero objetivo. Man¨¦ derrib¨® a CR y el portugu¨¦s aument¨® la gesta con un cierre final desde el punto de penalti. Ya lleva un gol por partido, siete en cuatro d¨ªas. Impresionante. Es de otro planeta. Del planeta Cristiano.

Real Madrid 4 - Getafe 0