El Bilbao arrasa a un Madrid menor
Los triples y la intensidad del equipo de Katsikaris pone contra las cuerdas al de Molin
El Bizkaia Bilbao dej¨® al Madrid para el arrastre en un partido sin medias tintas, decantado desde el principio y en casi todas las facetas del juego por el equipo que dirige Fotis Katsikaris. La paliza fue impresionante y deja al Madrid muy malparado en vistas al cuarto encuentro, de nuevo en Bilbao, donde estar¨¢ obligado a ganar si no desea quedar eliminado.
El estado de gracia del Bizkaia Bilbao es proporcional a la impotencia de un Madrid an¨¦mico, sin rebote, con una capacidad ofensiva bajo m¨ªnimos, una caricatura. Emanuele Molin, su entrenador, le dio vueltas al asunto, puso a tres peque?os en el tercer cuarto y se observ¨® una peque?a reacci¨®n (45-40 a un paso del ¨²ltimo cuarto). Un espejismo. El Bilbao volvi¨® a poner tierra de por medio como si nada (56-40) y dej¨® el partido resuelto mucho antes de los ¨²ltimos minutos.
BILBAO 68 - R. MADRID 51
B. Bilbao B.: Jackson (8), Blums (12), Mumbr¨² (8), Banic (13) y Mavroeidis (5) -cinco inicial-; Fisher (3), Warren (2), Vasileiadis (8), Hervelle (9) y V¨¢zquez (-).
Real Madrid: Prigioni (-), Llull (7), Su¨¢rez (5), Reyes (3) y Tomic (6) -cinco inicial-; Sergio Rodr¨ªguez (18), Tucker (2), Mirotic (4), Fisher (3) y Begic (3).
?rbitros: Amor¨®s, P¨¦rez P¨¦rez y Jim¨¦nez. Descalificado por personales Sergio Rodr¨ªguez (min.40).
8.510 espectadores en un Bilbao Arena pr¨¢cticamente lleno.
Un equipo como el Madrid no puede quedar reducido a los impulsos individuales de un Llull que se carg¨® pronto de faltas, o de un Sergio Rodr¨ªguez tan inspirado a veces como ofuscado otras. No puede ser el Madrid tan blando bajo los aros, que cace 13 rebotes menos que el Bilbao. No puede ser sacado de quicio hasta el punto de que Prigioni cometa una falta porque s¨ª o Fischer sea castigado con una antideportiva cuando su equipo se debate por recuperarse de la tunda.
No puede anotar ocho m¨ªseros puntos en todo un segundo cuarto. No puede permitirse el lujo de no defender encima a jugadores como Blums, Mumbr¨², Vasileiadis o Jackson, capaces de sumar diez triples. No puede combinar tan mal que ni es capaz de sacar canastas limpias cerca del aro ni afinar la punter¨ªa desde fuera del per¨ªmetro, con dos triples en sus 15 intentos. El desastre fue tan general en el Madrid que se impone un borr¨®n y cuenta nueva para el que no dispone de mucho tiempo: ma?ana se disputa el cuarto partido y tiene encima la espada de Damocles.
El Bilbao, en cambio, est¨¢ plet¨®rico. Hervelle es una lapa y un incordio para los p¨ªvots rivales, Jackson es un base capaz de todo, veloz, reboteador y que aporta sus puntos a pesar de que ante el Madrid fall¨® m¨¢s de la cuenta. Banic, con 13 puntos y 11 rebotes, se comi¨® a los p¨ªvots del Madrid y Blums fue una m¨¢quina de anotar. Dio la sensaci¨®n de que Katsikaris ten¨ªa un plan, con alguna defensa en zona, ritmo de juego y fases de presi¨®n que descentraron al Madrid. Molin se qued¨® imp¨¢vido, sobrepasado, como si no confiara, y poco, en un reducido grupo. Felipe Reyes y Begic jugaron poco y mal, m¨¢s o menos lo mismo que Mirotic y el equipo naufrag¨® en todas las l¨ªneas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.