El River Plate dio un paso hacia el peor momento de su historia
El hist¨®rico equipo pierde 2-0 ante el Belgrano en el primer partido de la promoci¨®n para dirimir si sigue en primera
El River Plate dio otro paso hacia el cadalso, hacia el peor momento de su historia. Uno de los dos equipos m¨¢s populares de Argentina, y el que m¨¢s ligas ha ganado (33), perdi¨® ayer 2-0 ante el Belgrano en C¨®rdoba en el primer partido de la promoci¨®n para dirimir cu¨¢l jugar¨¢ la pr¨®xima temporada en Primera Divisi¨®n y cu¨¢l en el Nacional B (Segunda). El papel¨®n del River se complet¨® cuando tres miembros de su barra brava ingresaron al campo de juego para recriminar entre insultos y empujones a sus jugadores. El partido debi¨® ser suspendido durante 20 minutos. Los hinchas del club de Buenos Aires comenzaron a arrojar objetos y a patear la alambrada rota que separaba las tribunas del campo. La Polic¨ªa cordobesa s¨®lo atinaba a pedir calma, mientras los rostros de los futbolistas del River, la mayor¨ªa j¨®venes, evidenciaban el susto. Ya no era s¨®lo el miedo a perder un partido sino a acabar golpeados. Se trat¨® de otra de las escenas m¨¢s desagradables del f¨²tbol argentino, de ¨¦sas a las que esta liga est¨¢ tristemente acostumbrada.
"El River no se va a ir a la B porque todo el f¨²tbol est¨¢ arreglado", era quiz¨¢ la frase m¨¢s escuchada entre los seguidores de la liga argentina. Pero la realidad est¨¢ echando por tierra toda suspicacia en un pa¨ªs donde, de los ¨²ltimos diez torneos, s¨®lo tres fueron ganados por los grandes (en 2007, el San Lorenzo y en 2008, el River y el Boca). La liga argentina se ha democratizado.
En el v¨ªa crucis de los millonarios aparecieron los piratas del Belgrano, uno de los dos clubes m¨¢s importantes de la segunda ciudad de Argentina, esa que de momento no tiene ning¨²n representante en Primera ni nunca ha logrado que ninguno de sus equipos se consagraran campeones nacionales. El Belgrano, que hab¨ªa terminado cuarto en el Nacional B, sab¨ªa que jugada ante un River nervioso y aprovech¨® la ocasi¨®n. Al due?o de casa no le pesaba el aliento de los 25.000 hinchas que llegaron al llamado Gigante del barrio de Alberdi porque sab¨ªa que los 3.000 del River supon¨ªan una presi¨®n mayor para los jugadores dirigidos por Juan Jos¨¦ L¨®pez. Para el Belgrano, todo se daba por perdido, menos la ilusi¨®n de dar la sorpresa y de hundir al club que lleva en su pasado una Copa Intercontinental y dos Libertadores de Am¨¦rica.
El River nunca mostr¨® jerarqu¨ªa en el partido, busc¨® el gol sin efectividad y golpe¨® a sus rivales como si el grande fuera el peque?o. Los nervios cund¨ªan en los jugadores del plantel millonario y entonces el defensa paraguayo Adalberto Rom¨¢n toc¨® en forma absurda el bal¨®n en su ¨¢rea. En el minuto 25 del primer tiempo, el medio C¨¦sar Mansanelli marc¨® de penalti el primer tanto del Belgrano, que sue?a con su cuarto ascenso a la Primera. El River quiso reaccionar, pero ni sus juveniles como Mauro D¨ªaz y Erik Lamela ni su veterano Mat¨ªas Almeyda pod¨ªan doblegar al pirata.
En el segundo tiempo, en lugar de llegar la r¨¦plica del River, un tiro de esquina a los dos minutos acab¨® en otro tanto del Belgrano, del Picante C¨¦sar Pereyra. El segundo gol celeste encendi¨® la ira de los hinchas de la banda roja, tan acostumbrados a las victorias y tan intolerantes a las derrotas catastr¨®ficas. El River nunca descendi¨® en su historia. Entonces, a los 7 minutos de la segunda etapa, tres ultras millonarios rompieron la alambrada y entraron a los saltos y a los manotazos, como si fueron primates, a insultar a sus jugadores. Uno de ellos, encapuchado, empuj¨® a Rom¨¢n por haber cometido el penalti. Entonces se suspendi¨® el partido y durante 20 minutos los polic¨ªas intentaron domar a los hinchas del club porte?o. No es la primera vez que los simpatizantes del River no soportan una derrota. En la final de la liga nacional de 1984, incendiaron en pleno partido el estadio del Ferro Carril Oeste, cuando este club porte?o lo derrotaba en forma contundente. Claro que la ca¨ªda de ayer fue mucho peor: no se trat¨® de perder un campeonato sino de dar un paso firme hacia la Segunda.
Cuando se reanud¨® el partido, el River atac¨® una y otra vez a puro coraz¨®n, sin orden, con el ingreso de Leandro Caruso. El Belgrano estaba acorralado, pero a los porte?os no les alcanz¨® para superar la porter¨ªa de Juan Carlos Olave. El pr¨®ximo domingo, en su estadio Monumental, del barrio de N¨²?ez, deber¨¢ ganarle al Belgrano por dos goles de diferencia para mantenerse en la Primera. El equipo cordob¨¦s donde jugaron Osvaldo Ardiles, Jos¨¦ Luis Cuciuffo y Jos¨¦ Luis Villarreal est¨¢ cerca de lograr la victoria m¨¢s trascendente de su historia.
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