El Gamper de F¨¤bregas

El Gamper dej¨® de ser lo que era hace a?os, cuando la econom¨ªa invit¨® a suprimir la doble jornada y la tele entr¨® a saco en la pretemporada, neg¨¢ndole la categor¨ªa de acto de presentaci¨®n de los ¨²ltimos fichajes. Pero no deja de ser una fecha se?alada en el calendario barcelonista, una fiesta tradicional a medio camino entre un partido de Festa Major y una excusa para que el entrenador haga pruebas. Aunque ya no acuden al Camp Nou solo los socios, que mayormente prefieren seguir de vacaciones, verlo por la tele y de paso, ahorrarse la entrada, suelen ser noches alegres. Las entradas las pagan los guiris y los pe?istas y acuden los ni?os. El ¨²nico que no debi¨® enterarse de que el Gamper es un partido intrascendente fue el ¨¢rbitro, que le hizo quitar una pulsera a Lavezzi antes de empezar y que a los diez minutos anul¨® un golazo de chilena a Cavani que remat¨®, bien es cierto, a un cent¨ªmetro de la cabeza de Piqu¨¦.

Como manda la tradici¨®n, la noche de un Gamper el Barcelona presenta alguna cara nueva. La de ayer fue la de Kiko Femen¨ªa, fichado este verano para el filial procedente del H¨¦rcules, que debutaba en el Camp Nou. Y, tambi¨¦n, la de Montoya, un lateral que ya hab¨ªa jugado con el primer equipo, pero nunca en el coliseo barcelon¨¦s. En cualquier caso, quedar¨¢ como el Gamper de F¨¤bregas, ex capit¨¢n del Arsenal, hijo pr¨®digo de vuelta a casa, que en su primer partido como titular ejerci¨® de delantero centro postizo, a lo Messi.

F¨¤bregas se movi¨® tanto que no hubo quien le echara el guante. Contra el N¨¢poles, tercero la pasada temporada en la Serie A italiana, dej¨® claro que interpreta la partitura del Barcelona como si los ¨²ltimos a?os, en vez de haberse hecho mayor en la Premier y con los gunners, hubiera tocado en la que siempre fue su casa. Era Cesc cuando de ni?o ve¨ªa el Gamper en la grada con su padre y ayer, en el c¨¦sped, demostr¨® que por algo lleva escrito su apellido sobre el n¨²mero 4. No es casualidad. Futbolista grande, tiene mucho que aportar en el equipo campe¨®n de Europa.

F¨¤bregas siempre juega f¨¢cil, porque intuye sin aparente esfuerzo lo que en cada momento le reclama el partido. Sabe cuando toca presionar y cuando debe replegar velas; sabe cu¨¢ndo debe caer a zonas interiores, cuando debe buscar por las bandas u ocuparlas ¨¦l, y sobre todo, tiene claro que el fin ¨²ltimo, jugando como ayer tan cerca de la porter¨ªa, pasa por llegar al ¨¢rea en busca del remate, una de las suertes que m¨¢s y mejor us¨® en el norte de Londres. En su segundo partido en el Camp Nou ?se estren¨® a lo grande contra el Madrid? abri¨® el marcador aprovechando una jugada profunda de Adriano, culminada con un pase de la muerte que remat¨® a puerta vac¨ªa. Jug¨® 55 minutos y ninguno fue intrascendente. Era su fiesta y obr¨® en consecuencia. El partido tuvo a F¨¤bregas como protagonista, hasta que a la hora dej¨® el puesto a Messi, su leg¨ªtimo due?o.

Keita, en otra jugada cl¨¢sica, muy parecida a la que sirvi¨® para ganar la ¨²ltima Liga en el campo del Levante, aliment¨® la fiesta barcelonista con el segundo gol, a la que se sumaron Pedro y Messi, con dos goles, ya en el segundo tiempo. De hecho, si el N¨¢poles no se llev¨® m¨¢s fue, en parte, porque en el arranque del segundo tiempo el Barcelona bati¨® el record de remates a los palos: tres en tres minutos. Result¨® evidente, visto lo visto, que los de Guardiola llegan finos a la final de la Supercopa de Europa, que el viernes le disputa al Oporto en M¨®naco.