El Liquigas reina en C¨®rdoba
El equipo de Nibali ataca en la bajada del puerto de San Jer¨®nimo y el italiano recorta 17 segundos con los favoritos.- Sagan vence la etapa y Lastras acaba segundo
La primera semana de la Vuelta est¨¢ demostrando que el m¨¢s m¨ªnimo despiste puede ser fatal para los favoritos. La etapa de hoy, entre ?beda y C¨®rdoba, con un solo puerto de segunda categor¨ªa, promet¨ªa dar algo de descanso tras dos d¨ªas de sobresaltos en la monta?a, pero relajaci¨®n es un t¨¦rmino que no existe sobre la bicicleta. El Liquigas, de Nibali, puso un ritmo endiablado en la bajada del Alto de San Jer¨®nimo, a 15 kil¨®metros de la meta, provoc¨® un corte formado por cuatro corredores de su equipo, entre ellos Nibali, y al que se uni¨® Pablo Lastras, y permiti¨® que el italiano ara?ase 17 segundos a Purito y a Scarponi, los otros favoritos. Nibali aventaja ahora en la general a Purito en siete segundos. Peter Sagan, por su parte, se apunt¨® la victoria de etapa, la primera que consigue en una grande, y Chavanel sigue l¨ªder. Antes del mazazo del Liquigas, la etapa hab¨ªa tenido ya un inicio el¨¦ctrico, en el que el l¨ªder, Sylvain Chavanel, y el vencedor de ayer, Purito Rodr¨ªguez, llegaron a estar escapados. Mientras, el propio Nibali, Menchov y Wiggins se quedaron cortados a casi medio minuto del pelot¨®n. Y todo eso antes de haber recorrido los primeros 50 kil¨®metros de la carrera. La tensi¨®n baj¨® en cuanto se escaparon cuatro corredores inofensivos para la general, que fueron cazados justo al pie del puerto, a 25 kil¨®metros de la llegada.
Muchos velocistas hab¨ªan apuntado esta sexta etapa como la primera oportunidad para lograr una victoria, m¨¢s a¨²n tras los abandonos del todopoderoso Mark Cavendish y de Matthew Goss, aunque el Alto de San Jer¨®nimo complicaba el objetivo. Los planes de los sprinters, sin embargo, comenzaron a nublarse en cuanto se dio la salida y atac¨® Alenxandre Geniez (Skil). El franc¨¦s desat¨® la lucha y ya no hubo qui¨¦n la parase. Las fugas se suced¨ªan mientras el pelot¨®n no daba abasto para manejar la carrera. El descontrol lo aprovech¨®, atento como pocos, Chavanel, al que no le pes¨® el maillot rojo para meterse en una fuga con otros 20 corredores. El gran grupo se tens¨® entonces y Nibali, Menchov y Wiggins, muy mal colocados, se quedaron cortados. El Liquigas tuvo que emplearse a fondo para conducirles de nuevo al grupo. Purito Rodr¨ªguez aprovech¨® tanto desconcierto y se fue con otros 17 ciclistas, aunque la osad¨ªa solo le dur¨® siete kil¨®metros. Un dato da idea de la celeridad de las primeras horas de carrera: la organizaci¨®n hab¨ªa calculado una velocidad media para hoy de unos 40 kil¨®metros por ahora. En la primera parte, sin embargo, se superaron los 50.
Tanta tormenta no pod¨ªa durar mucho y cuatro corredores fueron los encargados de llevar la calma. Aleksejs Saramotins (Cofidis), Yukihiro Doi (Skil), Adri¨¢n Palomares (Andaluc¨ªa Caja Granada) y Martin Kohler (BMC), todos a cerca de una hora del l¨ªder en la general, aprovecharon para atacar y el pelot¨®n, exhausto, les dej¨® ir sin oposici¨®n. Llegaron a disponer, de hecho, de m¨¢s de ocho minutos de ventaja. La paz dur¨®, sin embargo, lo que tardaron los equipos de los velocistas en tomar protagonismo y, sobre todo, Cancellara en ponerse en cabeza. El suizo, una aut¨¦ntica m¨¢quina, dio al traste con las ilusiones de los escapados. El puerto, de ocho kil¨®metros pero con rampas dur¨ªsimas, cercanas al 12%, dej¨® fuera a corredores con mucho que decir en las llegadas, como ?scar Freire o Alessandro Petacchi, y el Liquigas se lanz¨® hacia la meta como un rayo, a una velocidad que nadie, salvo Lastras, un especialistas en los descensos, pudo seguir. Nibali, tan contento.
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