El ¨²nico vicio de Messi es el f¨²tbol
El Barcelona aumenta su colecci¨®n de t¨ªtulos con la Supercopa de Europa ante el Oporto (2-0).- La Pulga y Cesc firman el triunfo azulgrana
Aumenta sin parar la colecci¨®n de trofeos del Bar?a y la cuenta goleadora de Messi. Nada distrae a La Pulga, ni siquiera el lujo y ostentaci¨®n de M¨®naco, una especie de balneario para ricos que se pasean por la calle con un Ferrari y tienen atracado un yate de cien metros de eslora en el balc¨®n del mar, imagen hasta cierto punto obscena en tiempos de tanta carest¨ªa. La distracci¨®n es m¨¢xima en Montecarlo. Ni siquiera la cancha del Louis II invita a jugar a f¨²tbol. Messi, sin embargo, solo tiene el vicio de la pelota.
El c¨¦sped del estadio monegasco es el mejor de los pastos para las palomas y el juego est¨¢ en sitios como los hoteles o el Casino. A Messi le dio lo mismo porque convirti¨® un obsequio de Guar¨ªn en gol. Le faltaba marcar solo en un torneo, la Supercopa, y no dej¨® pasar una nueva ocasi¨®n para dejar su firma y mantener al Bar?a en el trono de Europa. El c¨ªrculo victorioso azulgrana gira a la misma velocidad que antes, hace ya tiempo, daba vueltas el de la derrota. Ya son 12 t¨ªtulos sobre 15 con Guardiola.
RESULTADO
Barcelona, 2: Vald¨¦s; Alves, Mascherano, Abidal, Adriano (min.63); Sergio Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro (Cesc, min.80), Villa (Alexis, min.61) y Messi.
Oporto, 0: Helton; Sapunara, Rolando, Otamendi, Fucile; Souza (Fernando, min.77), Guar¨ªn, Moutinho; Hulk, Cristian Rodr¨ªguez (Varela, min.69) y Kleber (Belluschi, min.77).
Goles: 1-0: Messi, min.39. 2-0: Cesc, min.88.
Arbitro: Bj?rn Nijhuis (HOL). Mostr¨® tarjeta amarilla a Cristian Rodr¨ªguez (min.30), Iniesta (min.51) y Guar¨ªn (min.82) y expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Rolando (min.65 y min.86) y por roja directa a Guar¨ªn (min.90).
Incidencias: Estadio Luis II de M¨®naco, 18.000 espectadores.
A cada partido, encuentran los azulgrana un punto de motivaci¨®n colectiva y diferentes retos individuales para mantener su jerarqu¨ªa. Ahora es el momento de Messi, tambi¨¦n de Iniesta, el chico de la final, y sobre todo de Cesc, que aparece en el tramo final de cada encuentro para certificar el triunfo. Anoche, volvi¨® a marcar un golazo despu¨¦s de un pase, naturalmente de Messi. La verticalidad de Cesc puede ser fundamental para que tenga continuidad la racha del Bar?a, ayer afortunado, a¨²n en rodaje.
Al Barcelona le cost¨® Dios y ayuda entrar en juego ante el fiero Oporto. No se sabe muy bien qu¨¦ pretend¨ªa Guardiola con la alineaci¨®n de Keita, salvo que quisiera resguardar al equipo por dentro y compensar su falta de altura, una deficiencia muy a tener en cuenta en las jugadas de estrategia, punto fuerte del campe¨®n portugu¨¦s, un plantel muy bien trabajado y organizado, valiente en el campo, intimidador con su l¨ªnea de tres delanteros.
A cambio de ganar f¨ªsico, los azulgrana perdieron cintura sin Busquets. La ausencia de centrales naturales, especialmente de Piqu¨¦, y de un volante de creaci¨®n, desdibuj¨® la l¨ªnea de pase y su f¨²tbol perdi¨® armon¨ªa y creatividad, entregado exclusivamente a la clarividencia de Iniesta. A los interiores nos les llegaba la pelota, mayormente en cancha barcelonista, y Messi quedaba muy desconectado, de manera que el partido fue durante un buen rato un excelente mon¨®logo t¨¢ctico del Oporto.
Apretaban muy arriba los dragones, no sal¨ªan de su patio los azulgrana y las faltas t¨¢cticas, saques de esquina y fueras de banda se suced¨ªan ante Vald¨¦s. Los portugueses fueron tan genuinos y se gustaron tanto que se suicidaron en una jugada propia de los equipos que tienen querencia por el cuero, incapaces de tirar al bulto, nada de patear la bola. Guarin quiso jugar para su portero sin advertir la presencia de Messi, que se interpuso para dejar un gol delicioso, muy sutil. La Pulga qued¨® habilitado por el error del volante colombiano, apretado por Pedro, y se sac¨® al portero que se le echaba encima con un regate para adentro, un recorte muy messiano, para quedar encarado a porter¨ªa y adornar el regalo. La finura y la velocidad del argentino, desequilibrante en sus aceleraciones, redimieron al Barcelona, falto de ritmo, desfigurado por las excelentes prestaciones del Oporto.
El gol de Messi, en cualquier caso, no alter¨® el guion del partido, de manera que el Oporto sigui¨® dale que te pego y Messi continu¨® con un repertorio que no siguieron Pedro ni Villa. Guardiola no tard¨® en recurrir a Alexis y sacar a Busquets, para calmar el choque y ayudar a Iniesta, figura y punto de luz azulgrana en la divisoria. Al rato se a?adi¨® Cesc, ya con el equipo m¨¢s puesto y espabilado, y el partido vir¨® del lado del Bar?a.
Cesc le da verticalidad, profundidad, llegada y gol al Barcelona. Huele la porter¨ªa, y su olfato fue al final decisivo para cerrar una contienda mal arbitrada y, por tanto, a expensas durante una hora de cualquier error. A Abidal, por ejemplo, muy bien le pudieron pitar un penalti por una tonter¨ªa que el colegiado ignor¨® para suerte azulgrana. La salida de Cesc acab¨® con la incertidumbre y el Oporto, siempre generoso, se puso a dar patadas, cosa que le cost¨® la expulsi¨®n de Rolando.
No est¨¢ todav¨ªa fino ni en forma el Bar?a. Tiene, sin embargo, jugadores como Iniesta, Messi y Cesc para ganar los trofeos en juego, de momento las dos supercopas, la cuarta de Europa despu¨¦s de ocho finales. Ya son 15 t¨ªtulos continentales en total. No para Messi y no se detiene el Barcelona.
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