Fabuloso Madrid
El equipo madridista se da un homenaje ante el Zaragoza con m¨¢s f¨²tbol incluso que goles
De vuelta a la Liga, el Real Madrid fue un equipo magn¨ªfico, fascinante y cautivador, firme y autoritario, contundente y estilista. El equipo tuvo de todo; el Zaragoza no tuvo nada. Una sintomatolog¨ªa m¨¢s del trecho que se ha abierto en el f¨²tbol espa?ol, con clubes bajo tierra y otros en ¨®rbita. A los primeros, como el conjunto ma?o, tan deficitario en lo financiero como en lo futbol¨ªstico, se les acaba el ¨¢nimo en el calentamiento. M¨¢xime cuando un equipo como el Real Madrid no acostumbra a conceder ch¨¢chara alguna. As¨ª hizo en La Romareda, donde irrumpi¨® con una decisi¨®n extraordinaria desde el pitido inicial. La brusca entrada de Ju¨¢rez a Cristiano a los pocos segundos destap¨® el guion local: a falta de f¨²tbol, un poco de lija y a cruzar los dedos.
ZARAGOZA, 0 - R. MADRID, 6
R. Zaragoza: Roberto; Ju¨¢rez, Da Silva, Meira, Paredes; Ponzio; Pablo Barrera (Joel, min.82), Zuculini (Pinter, min.53), Abraham (Edu Oriol, min.53), Lafita; y Uche.
R. Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Carvalho, Marcelo; Di Mar¨ªa (Callej¨®n, min.71), Xabi Alonso, Coentrao, Ozil (Kak¨¢, min.77); Cristiano Ronaldo y Benzema (Higua¨ªn, min.74).
Goles: 0-1. min.24. Cristiano Ronaldo; 0-2. min.29. Marcelo; 0-3. min.65. Xabi Alonso; 0-4. min.71. Cristiano Ronaldo; 0-5. min.82. Kak¨¢; 0-6. min.87. Cristiano Ronaldo.
?rbitro: Mu?iz Fern¨¢ndez, del C. Asturiano. Amonest¨® a Meira, Abraham y a Carvalho.
Unos 28.000 espectadores en La Romareda.
No es el Madrid de esos equipos que se arrugan. Para nada. Tiene hueso y m¨²sculo para cualquier asalto. En Zaragoza respondi¨® a cada estacazo local con entereza, frialdad y buen juego, el mejor ant¨ªdoto. A partir del gobierno del bal¨®n, el grupo de Mourinho administr¨® el partido a su antojo. No fue el equipo precipitado y vertiginoso de otras jornadas. Esta vez tuvo pausa, enga?o y sabidur¨ªa. La que le proporciona el eje Xabi Alonso-?zil. Cuando el juego gravita a su alrededor, el Madrid es otro, afinan los violines, se engancha Benzema, al que le gusta la socializaci¨®n fuera del ¨¢rea, lo que permite que, a su espacio de ariete, lleguen en muchas ocasiones Cristiano -en plenitud- y Di Mar¨ªa -todav¨ªa en pretemporada-. Por esa v¨ªa, sin que nadie se tome veleidades a la carrera, el Madrid se vuelve coral y adversarios como el Zaragoza primero se angustian y luego se agotan. Le sucedi¨® al equipo ma?o, siempre fuera de foco, sin otro sost¨¦n que el de su portero. Roberto fue el ¨²nico dique.
Sinf¨®nico el Madrid, con un juego arquitect¨®nico, de pie a pie, en corto o en largo seg¨²n sabios int¨¦rpretes como Alonso y ?zil. Los dos primeros tantos evidenciaron que este Madrid tiene muchos registros, no es unidireccional, como pueda destilar en ocasiones. El primer gol lleg¨® por la v¨ªa r¨¢pida, como tanto le gusta a su t¨¦cnico, pero fue un aceler¨®n sutil y con varios futbolistas asociados. De entrada, Benzema, que definitivamente ha salido del invernadero, birl¨® la pelota a Ponzio en el centro del campo; se cit¨® con ?zil y este, con precisi¨®n de cirujano, esper¨® lo justo la llegada de Cristiano, al que filtr¨® un pase magn¨ªfico. La definici¨®n del portugu¨¦s no fue un vulgar brochazo. La jugada exig¨ªa el remate con la izquierda y en carrera. CR sent¨® c¨¢tedra.
De un gol trenzado de maravilla con mucha pradera por delante, a un tanto puramente arm¨®nico. El Madrid abanic¨® la pelota una y otra vez, con todos los rivales espantados. Hasta que Ronaldo, en el balc¨®n del ¨¢rea, advirti¨® el sprint de Ramos, cuyo servicio emboc¨® Marcelo en el punto de penalti. Los dos laterales visitantes incrustados en el ¨¢rea zaragocista. Entre gol y gol, Ponzio fren¨® con el codo un lanzamiento de falta de Cristiano. Un penalti may¨²sculo. Intrascendente cuando un equipo va tan sobrado como anoche el Madrid.
Resuelto el marcador y con el Zaragoza sin piernas ni alma, el Madrid no fue a la hamaca. Decidi¨® darse un homenaje hasta el final. Se ensa?¨® con su rival, con momentos fren¨¦ticos y otros virtuosos. Nunca se dio a la molicie y cada aventura ante Roberto multiplicaba su empe?o. Hasta Coentr?o se dej¨® ver en lo que le distingue, el despliegue por las orillas. Como mediocentro no tiene fundamentos para esponjar el juego. Tampoco Di Mar¨ªa est¨¢ en su mejor versi¨®n. El argentino lleva retraso tras su participaci¨®n en la Copa Am¨¦rica y no tiene la frescura de la ¨²ltima temporada. Hoy se enreda m¨¢s de la cuenta.
Lanzado el Madrid, prolong¨® su fiesta hasta el final, sumados ya Callej¨®n, Higua¨ªn y Kak¨¢, refrescos para el ¨²ltimo tramo. El Madrid termin¨® como empez¨®, como una marabunta, divertido y feliz. No solo fue el equipo eficaz que suele ser, el de la pegada demoledora, sino que todo lo hizo a partir del buen gusto, de un juego gremial, con constantes permutas en el frente de ataque, con todos en favor de todos.
Se dir¨¢ que enfrente no tuvo opositor. Pero no son pocas las ocasiones en las que un equipo es su propio enemigo, por desidia o por suficiencia. En nada de eso cay¨® el Madrid, que, pese a lo que parezca por el resultado, a¨²n tuvo m¨¢s f¨²tbol que goles. Lo que le concede a¨²n m¨¢s m¨¦rito. Poco hizo el Zaragoza, que bastante tuvo con mantenerse de pie. Y le costar¨¢ sobrevivir en la categor¨ªa, por m¨¢s remiendos que se haya puesto en verano y los que, como ya es tradici¨®n en sus ¨²ltimos cursos, se ponga en invierno. Es un equipo inestable sometido por un club inestable.
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