Coraz¨®n de la Real, botas del Rayo
Despu¨¦s de media vida como 'txuri-urdin', Labaka firma por el club de Vallecas
La huella que ha dejado Mikel Labaka (Azpeitia, Guip¨²zcoa; 1980) en el vestuario de la Real Sociedad es muy profunda. "Cuando nos despedimos, en la concentraci¨®n de Roma, se nos saltaban las l¨¢grimas a todos", confiesa su amigo Xabi Prieto; "es un chaval impresionante, uno de los m¨¢s respetados. Le echaremos mucho de menos". Labaka aterriz¨® en Zubieta hace 15 a?os, procedente del Lagun Onak, con el objetivo de hacerse un hueco en el club de sus amores. Y lo hizo. "Es imposible entender mi vida sin la Real. He estado all¨ª mucho tiempo y se me hace dif¨ªcil marchar, pero hay que dejar paso a los j¨®venes", se?ala el central, reci¨¦n instalado en Vallecas de la mano de su pareja y de su ojito derecho, la peque?a Irati. "Siempre te haces la idea de colgar las botas en tu tierra, pero era lo mejor para el club, para m¨ª, para todos", argumenta el futbolista, que se despide del equipo txuri-urdin con 181 partidos en Primera.
La llegada del nuevo t¨¦cnico, Phillip Montanier, y su desaparici¨®n progresiva de la pizarra en los ¨²ltimos tiempos le abrieron la puerta de salida. "Pasaban los d¨ªas y ve¨ªa que no ten¨ªa posibilidades, pero ¨¦l fue muy claro conmigo desde el principio. Se lo agradezco", explica Labaka, que tiene en Mikel Aranburu, con el que compart¨ªa el trayecto diario entre Donostia y Azpeitia en coche y muchas inquietudes, su socio ideal. "La distancia no importa. Me despido de la Real, pero no de ¨¦l", explica. Ambos, junto a Prieto, son los ¨²nicos vestigios de aquella Real que tute¨® al Madrid en 2002 y desfil¨® por la Champions la siguiente campa?a. "Una experiencia inolvidable", evoca el defensa, que, pese a su rictus serio e impenetrable, encaja de buen grado la sorna de Prieto. "Todav¨ªa recuerdo el penalti a Ronaldo. S¨ª, en ese partido del Bernab¨¦u [suspendido por una amenaza de bomba]... ?de seis minutos! No en serio, era inevitable. Si te encara un tipo as¨ª no hay forma de frenarle", justifica, con media sonrisa, el fino atacante de la Real. "Es una an¨¦cdota m¨¢s", replica Labaka.
Tampoco olvidar¨¢ el gipuzcoano aquel episodio en el que un adolescente de 17 a?os, pelirrojo, con cara de diablillo y apellidado Muniain, le dio un toque paternalista en la mejilla para reclamarle su sitio en el vestuario de San Mam¨¦s en los proleg¨®menos de un partido con la selecci¨®n de Euskadi. "Un chico simp¨¢tico", comenta Labaka, cuyo coraz¨®n siempre bombear¨¢ sangre txuri-urdin, pero que ahora espera encontrar cobijo entre la hinchada del Rayo. Un destino atractivo. "Se palpa much¨ªsima ilusi¨®n. El campo es caliente y el barrio tiene solera. Parece buena gente", matiza el vasco, que en el Teresa Rivero, que propicia el juego directo, podr¨¢ explotar sus mejores virtudes. "Va muy bien por arriba, pero yo destacar¨ªa sobre todo su concentraci¨®n. ?Sale siempre enchufad¨ªsimo!", explica Prieto, que suscribe el adi¨®s que brind¨® el presidente de la Real, Jokin Aperribay, al defensa: "Gero arte Mikel eta zorte asko izan" ["Hasta pronto Mikel, mucha suerte", en euskera]. Vallecas le aguarda.
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