El Bar?a tiene un agujero

A la italiana, con un c¨®rner cabeceado por Thiago Silva en el ¨²ltimo minuto, empat¨® el Milan en el Camp Nou. Los azulgrana, al fin y al cabo, estuvieron expuestos durante toda la noche a cualquier sobresalto, tambi¨¦n a la estrategia, incapaces de marcar diferencias, ahora mismo fuera de onda. As¨ª que el gol pudo haber llegado antes o incluso despu¨¦s, porque el partido siempre estuvo abierto. Jug¨® mal el Bar?a, al que se le exige mucho, y poca cosa necesit¨® el Milan, que no precis¨® ni siquiera de Ibrahimovic.

No cierra bien el Barcelona desde hace ya tiempo, sobre todo porque no da con los centrales, torturado por las lesiones, y el entrenador insiste en poner a Keita de volante en lugar de Busquets, pareja ayer de Mascherano. El tri¨¢ngulo defensivo azulgrana fue desmontado nada m¨¢s ponerse la pelota en juego por la velocidad de Pato. Un regate en la divisoria y un cambio de ritmo en la l¨ªnea de tres cuartos le alcanzaron al brasile?o para encarar al portero y poner el bal¨®n recuperado por Van Bommel en la red de Vald¨¦s.

El gol fue tan r¨¢pido y sencillo que provoc¨® el escalofr¨ªo de la hinchada del Camp Nou. El Mil¨¢n repiti¨® siempre que pudo la jugada: recuperaba la bola en la medular, aceleraba Pato y no pod¨ªa Busquets. La ayuda de los laterales impidi¨® que aumentara la ventaja italiana hasta que se perdi¨® el brasile?o. Alborotados y desordenados, los azulgrana perdieron el sitio en la cancha, no encontraban la l¨ªnea de pase, no alcanzaban el ¨¢rea y en cambio habilitaban la contra del Milan. Incomodados, los barcelonistas se vieron condenados a sobreesfuerzo antes de firmar el remonte.

Muy retrasados, los italianos se encomendaron a una zaga tensa y experta, curtida en partidos exigentes, individualmente interesante por la presencia de Nesta y Thiago Silva. Hasta que el Bar?a no abri¨® el campo con Alves y Villa, el Milan tap¨® muy bien los pasillos interiores y apenas concedi¨® un par de faltas a Messi. El catenaccio se impuso al rombo inicialmente dispuesto por Allegri y en punta ya solo quedaba Pato, retrasado el marginal Cassano. Ensanchada la cancha, al Bar?a le faltaba paciencia, finura y f¨²tbol.

No atacaba bien el Barcelona y no sal¨ªa de casa el Milan. No quedaba m¨¢s remedio que encomendarse a Messi. La Pulga calent¨® a Abbiati con un par de tiros de media distancia para despu¨¦s armar una jugada celestial, m¨¢s que nada porque levit¨® cuando penetr¨® el ¨¢rea mientras los zagueros se quedaban petrificados. Ni Nesta, ni Abate ni Abbiati pudieron detener la arrancada del argentino en la frontal: un par de toques para conducir, la aceleraci¨®n hasta alcanzar la l¨ªnea de fondo, el centro con la zurda, la pelota que queda muerta y Pedro que pone el pie.

Pedro fue el ¨²nico que no qued¨® hipnotizado por la acci¨®n de Messi. Hasta la afici¨®n se paraliz¨®, incapaz de soplar para empujar la pelota, todos los espectadores sobrecogidos. Nadie despert¨® del todo hasta que los del gol sur se dieron cuenta de que se hab¨ªa lesionado de gravedadIniesta. Tanta tralla pasa factura y los azulgrana cuentan una baja por partido desde el regreso de M¨®naco. Ante tanta calamidad, la reaparici¨®n de Puyol pareci¨® una bendici¨®n para un equipo d¨¦bil en su ¨¢rea y poco r¨¢pido en los extremos.

A Villa le cuesta combinar, su f¨²tbol ha menguado. Tiene, sin embargo, una excelente pegada. Marc¨® un golazo en el Bernab¨¦u y ayer repiti¨® en un libre directo. Los azulgrana, sin embargo, se volvieron a parar despu¨¦s de darle la vuelta al marcador. Las p¨¦rdidas de bal¨®n se acumularon en el bando local y el forastero se estir¨® despu¨¦s de una buena contenci¨®n a base de faltas t¨¢cticas. Aunque para nada parece un equipo del otro mundo, el Milan puso en aprietos al Bar?a.

La falta de clarividencia y punter¨ªa azulgrana permiti¨® que el Milan se mantuviera en el partido hasta el ¨²ltimo momento, a la espera de su jugada epis¨®dica. Bien que lo sab¨ªa el Bar?a y nada hizo para evitarlo. Los barcelonistas necesitan tiempo para recuperar jugadores y sensaciones, v¨ªctima como es del estr¨¦s, falto de velocidad mental y f¨ªsica, atrapado por un rosario de lesiones, nada que ver con el campe¨®n de Wembley, que defend¨ªa bien porque atacaba mejor, siempre de forma colectiva y coral. Lo ¨²nico extraordinario del equipo es de momento Messi. El Bar?a tiene un agujero.