Mambo en el Camp Nou

Nada mejor para combatir la angustia presente y recuperar la alegr¨ªa pasada que espantar el miedo y recurrir a la versi¨®n m¨¢s atrevida y futbolera del Barcelona, un club extremista por naturaleza. A partir del idealizado dream team, un cruyffista radical como Guardiola ha montado para la presente temporada un equipo estupendo: alegre, din¨¢mico y efectivo. Ya jug¨® de manera estupenda contra el Villarreal. Ocurre que no se supo m¨¢s del 3-4-3 y del famoso rombo, porque se supone que no se puede jugar de la misma manera contra los distintos rivales de la Liga y de la Champions, hasta que compareci¨® Osasuna.

Apremiado por dos empates consecutivos, resultados que obligaron a preguntar por la alineaci¨®n a Guardiola, el Bar?a fue ayer nuevamente un plantel reconocible e imparable, incluso mejorado, precioso est¨¦ticamente, sobre todo por su versatilidad. Los azulgrana devolvieron por duplicado cada uno de cuantos goles hab¨ªan encajado malamente por detalles bien tontos y falta de atenci¨®n, como si necesitaran responder a las dudas planteadas.

Imposible replicar al arrebato barcelonista por parte de Osasuna, desbordado. Nada tuvo que decir, salvo despu¨¦s de sacar de centro. Aunque tard¨® un minuto y medio en salir de su cancha, tiempo suficiente para que la presi¨®n navarra provocara un error de Abidal y un centro pasado al larguero de Nino, el Bar?a se despleg¨® con la elegancia y armon¨ªa del partido contra el Villarreal. Con atrevimiento y tambi¨¦n con ortodoxia, actu¨® con una intensidad y sincron¨ªa sobrecogedoras, como requiere un dibujo tan exigente como el expuesto.

Los barcelonistas cerraron con tres centrales (Puyol, Mascherano y Abidal) y no concedieron ocasiones a Osasuna. Abrieron el juego con un medio centro natural (Busquets) y dos interiores de toque y fluidez (Thiago y Xavi), tres futbolistas que generan mucho f¨²tbol. Profundizaron con un lateral (Alves) y un extremo (Villa) agresivos y dif¨ªciles de defender. Y remataron la formaci¨®n con dos atacantes cuya manera de entender el juego es tan parecida que se confunden (Messi y Cesc). A veces parecen el mismo futbolista. No se sabe muy bien si quien ha tocado el bal¨®n ha sido Cesc o Messi, porque se mueven en la misma onda. Ya se sabe que La Pulga es ¨²nico. Cesc, sin embargo, agranda a¨²n m¨¢s la figura del argentino al tiempo que ennoblece la suya por la facilidad para combinar, desmarcarse, llegar y marcar, como si fuera Messi.

Los goles fueron cayendo de forma serena y exacta, como el a?o pasado y el anterior, y el de m¨¢s all¨¢, quiz¨¢ ahora con m¨¢s precisi¨®n. El cat¨¢logo se ampl¨ªa con el paso del tiempo y los recursos son muchos y variados, sobre todo por el nuevo registro que Cesc le da al Bar?a. El toque gunner, la competitividad y din¨¢mica ganadas en Londres, convierten al volante en un jugador agradecido para un equipo a veces excesivamente ret¨®rico. Aunque malabarista, Cesc es muy concreto. Messi, por su parte, siempre fue un goloso, tambi¨¦n anoche, genial toda la noche. Ambos estuvieron ayer muy bien activados por Busquets, excepcional en la divisoria. La jugada del 1-0 parti¨® de sus botas y, a su alrededor, el equipo se anim¨® hasta completar una bonita obra coral y solidaria. Hubo goles de todos los colores, algunos de bricolaje, bien elaborados, la mayor¨ªa limpios, a excepci¨®n del que se meti¨® Roversio. El Bar?a, muy fino y concentrado, bord¨® el f¨²tbol, porque atac¨® muy bien y nadie repar¨® en la defensa.

La voracidad del Bar?a no se acab¨® con el 5-0 del descanso, sino que continu¨® despu¨¦s con la rueda de cambios. El resultado fue cruel con el guion de Mendilibar: "Si aprietas, el Bar?a te mete ocho, y si esperas, tambi¨¦n". No par¨® el Bar?a hasta cantar mambo.

Villa y Messi se pusieron las botas, y tanto Alves como Abidal celebraron su partido n¨²mero 100 en la Liga con una actuaci¨®n plet¨®rica. Al equipo entero le sali¨® un partido redondo por la electricidad con la que jug¨®. Enchufado desde la salida, estuvo profundo y r¨¢pido de pies y cabeza, enfadado por haber cedido dos empates en partidos aparentemente f¨¢ciles. Ayer, en uno parecido a los anteriores, no tuvo misericordia con Osasuna ni con cuantos murmuran sobre su juego. No se sabe qu¨¦ ganar¨¢, pero su f¨²tbol vale mucho la pena. Funcion¨® la terapia.

Barcelona 8 - Osasuna 0