La externalizaci¨®n de Bar?a TV
Como exdirector de comunicaci¨®n del FC Barcelona, observo con resignado desconcierto la cesi¨®n de Bar?a TV a la productora Mediapro, proceso con el que se inicia el desmantelamiento del departamento que contribu¨ª a impulsar y a crear en su actual configuraci¨®n. Y como periodista que sigue la actualidad del club azulgrana asisto con incredulidad a la renuncia que hace el club de una herramienta clave para su pol¨ªtica de comunicaci¨®n y creaci¨®n de identidad corporativa. Es una decisi¨®n leg¨ªtima, sin lugar a dudas, pero entiendo que se trata de un cambio estrat¨¦gico de dif¨ªcil justificaci¨®n, incluso atendiendo a las razones econ¨®micas esgrimidas por la directiva. A mi entender, es un error colosal.
En agosto de 2003, el FC Barcelona dispon¨ªa de un departamento encargado de las relaciones con la prensa que no ten¨ªa el control m¨ªnimo y necesario sobre los medios de informaci¨®n propios del club para ejercer una pol¨ªtica de comunicaci¨®n coherente. Por aquel entonces, la web del club depend¨ªa org¨¢nicamente del departamento de mercadotecnia. La revista bimensual que reciben los socios en su domicilio era una concesi¨®n al peri¨®dico Mundo Deportivo. El programa de mano que se distribu¨ªa los d¨ªas de partido en el Camp Nou hab¨ªa dejado de editarse, aunque hist¨®ricamente hab¨ªa sido tambi¨¦n una concesi¨®n a peri¨®dicos como Sport y Avui. El caso m¨¢s kafkiano era, sin embargo, el del canal televisivo. Jer¨¢rquicamente, tambi¨¦n depend¨ªa del departamento de mercadotecnia, como suced¨ªa con la p¨¢gina web, pero, adem¨¢s, aproximadamente la mitad de su personal -tanto redactores como t¨¦cnicos- pertenec¨ªa a Mediapro.
Tal panorama provocaba situaciones rocambolescas. Y es que, pese a ser el director de comunicaci¨®n, en teor¨ªa no estaba autorizado a dar ¨®rdenes al personal de Mediapro; deb¨ªa dirigirme a su delegado. No solo era un engorro y a mi entender una est¨²pida manera de perder el tiempo y de funcionar; en m¨¢s de una ocasi¨®n se crearon situaciones no deseables, m¨¢s que nada porque los periodistas de Mediapro gozaban de una iniciativa que no siempre discurr¨ªa por la direcci¨®n establecida por la comunicaci¨®n del club.
Otro punto de fricci¨®n eran las negociaciones con los responsables de mercadotecnia, cuya visi¨®n de la comunicaci¨®n era, por defecto, mucho m¨¢s comercial que la nuestra.
As¨ª las cosas, mi primer prop¨®sito fue el de recuperar para el departamento de prensa el control de todos los medios de comunicaci¨®n propios del club, desde la p¨¢gina web a la televisi¨®n, pasando por la revista bimensual y el diario del Camp Nou que sacamos en octubre de 2005. Es decir, convertir lo que cuando llegu¨¦ era un departamento de prensa en un verdadero departamento de comunicaci¨®n y que fuese tambi¨¦n una f¨¢brica de contenidos. Adem¨¢s, en el caso de Bar?a TV, terminamos con la situaci¨®n laboral tan incomprensible y de gesti¨®n imposible que nos hab¨ªamos encontrado. Todos los periodistas pasaron a ser trabajadores del FC Barcelona y Mediapro se convirti¨® en el socio tecnol¨®gico del canal. Y, seguidamente, intentamos dar a cada medio la funci¨®n adecuada a sus caracter¨ªsticas y audiencia dentro de una misma pol¨ªtica de comunicaci¨®n.
El proceso dur¨® unos cuantos a?os y se fue aplicando de manera progresiva, acorde a la situaci¨®n econ¨®mica de la entidad. Al final, culminamos la obra organiz¨¢ndonos en una redacci¨®n ¨²nica que daba cobertura a todos los medios de comunicaci¨®n del club.
Con la decisi¨®n tomada por la directiva de Sandro Rosell de ceder la producci¨®n, explotaci¨®n y difusi¨®n del canal Bar?a TV, a partir del 15 de noviembre a Mediapro, aquel camino que iniciamos en agosto 2003 y que prosigui¨® despu¨¦s de mi marcha en julio de 2008 hasta ahora, con un notable ¨¦xito gracias a la profesionalidad y calidad period¨ªstica de sus trabajadores, se va a deshacer irremisiblemente.
En su nota oficial, el FC Barcelona afirma que el club mantiene la propiedad del canal y que "fijar¨¢ y tutelar¨¢ la l¨ªnea editorial". Sin embargo, puesto que el acuerdo implica a 32 trabajadores de los 40 adscritos al departamento de comunicaci¨®n -que pasar¨¢n a ser empleados de la filial de Mediapro TVF-, por la herencia recibida en 2003 y la experiencia vivida, considero que en la pr¨¢ctica el control sobre los contenidos ser¨¢, en el mejor de los casos, muy d¨¦bil y dif¨ªcil de ejercer. Y, adem¨¢s, parece claro tambi¨¦n que la p¨¦rdida de un n¨²mero tan alto de empleados obligar¨¢ al club a externalizar muy pronto el resto de sus medios de comunicaci¨®n.
Las razones esgrimidas para justificar este cambio de orientaci¨®n estrat¨¦gica del departamento de comunicaci¨®n son de naturaleza econ¨®mica. El club aduce que con esta medida se ahorrar¨¢n entre seis y siete millones de euros anuales. Desconozco cu¨¢les son los n¨²meros de Bar?a TV y del resto de medios de comunicaci¨®n del club azulgrana hoy, pero s¨¦ que esta era ya una discusi¨®n recurrente en mi ¨¦poca. Porque es muy dif¨ªcil llevar la contabilidad real de unos medios de comunicaci¨®n de un club de f¨²tbol, puesto que su capacidad de generar ingresos publicitarios est¨¢ condicionada por la pol¨ªtica de mercadotecnia en su conjunto y porque los beneficios que genera interna y externamente, la cohesi¨®n y la expansi¨®n social que impulsa, no se pueden cuantificar f¨¢cilmente. La producci¨®n de un aparente simple v¨ªdeo de resumen de una temporada para ser proyectado en los marcadores del Camp Nou durante los festejos de un final de curso triunfal puede ocasionar tal cantidad de quebraderos de cabeza internos que solo pueden ser comprendidos y somatizados por la complicidad de un personal propio y comprometido con el club y su pol¨ªtica de comunicaci¨®n.
El ejemplo m¨¢s parecido y di¨¢fano ser¨ªa renunciar al patrocinio de Unicef con el argumento de que el club ahorrar¨ªa el mill¨®n y medio de euros con el que contribuye anualmente en el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. En este caso, aunque el club tambi¨¦n ha optado por un cambio significativo en cuanto al uso del activo publicitario de la camiseta, no ha llegado a renunciar del todo al acuerdo con Unicef, puesto que su acierto y beneficio es universalmente reconocido.
Es indiscutible que el momento tan dulce que vive el club internacionalmente se debe casi por completo a los ¨¦xitos del primer equipo de f¨²tbol. Pero es un error may¨²sculo creer que los medios del club no han contribuido en una parte de ese casi que falta para completar el c¨ªrculo. La globalizaci¨®n del FC Barcelona no puede explicarse de manera completa sin sus medios de comunicaci¨®n, la televisi¨®n y la web mayormente (la p¨¢gina en ingl¨¦s es la m¨¢s le¨ªda con diferencia), que han expandido el mensaje y la imagen concreta que se ha querido transmitir: el m¨¦s que un club en el mundo y sus numerosas declinaciones. El papel de los medios de comunicaci¨®n propios de un club de f¨²tbol para su expansi¨®n y consolidaci¨®n internacional es una cuesti¨®n que ha sido muy estudiada en el ¨¢mbito universitario y que el Manchester United aplic¨® antes que nadie. Y, a?ado, que es de una ceguera incomprensible no darse cuenta de la importancia de contar con unos medios propios potentes y bajo control del club cuando los resultados deportivos no acompa?an. Es entonces cuando act¨²an de red de seguridad. Porque los medios de comunicaci¨®n del club son altavoz de los ¨¦xitos y colch¨®n de los fracasos.
Y, sin embargo, nada de lo dicho es m¨¢s grave que el pecado que trasluce la decisi¨®n de externalizar el departamento de comunicaci¨®n. Para m¨ª, como exdirector de comunicaci¨®n pero, sobre todo, como periodista, lo peor es la mercantilizaci¨®n de la informaci¨®n que conlleva el acuerdo. Porque lo que se comprende es que la directiva actual concede a sus medios de comunicaci¨®n un valor de intercambio y le niega, por ignorancia o por inter¨¦s propio, el valor de uso y de servicio social que tienen en esencia. A menudo, se afirma que los gabinetes de comunicaci¨®n son una amenaza para el oficio de periodista. Ser¨ªa un debate interesante, pero largu¨ªsimo. Mucho m¨¢s pernicioso es convertir la informaci¨®n en mercanc¨ªa con la que comercializar favores. Y este es un error y un pecado que se comete a un lado y otro de la informaci¨®n.
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