Silva baila al Villarreal

El Manchester City bail¨® en El Madrigal al son de Silva, despedido con honores en el segundo periodo, cuanto todo estaba ya listo para el conjunto ingl¨¦s. Silva y Yaya Tour¨¦ dejaron en nada a un Villarreal menor, con demasiadas ausencias, con escaso potencial y sin ¨¢nimo para presentar batalla ante un rival superior de principio a fin. El certificado de defunci¨®n del conjunto castellonense se comenz¨® a redactar tras el sorteo de la Liga de Campeones. Nadie esperaba, en cambio, que la realidad final fuese m¨¢s dura que la apariencia para un equipo lejos de ser el que fue y que est¨¢ fuera de la Champions y, seguramente de Europa, con cero puntos a falta de dos jornadas.

Para colmo de las desgracias, Bruno cay¨® de la lista a ¨²ltima hora, aquejado de una gastroenteritis. Con ocho ausencias, Garrido dispuso de lo que pudo para intentar detener la m¨¢quina del City. Pero solo pudo contenerla media hora. Sin ning¨²n tipo de l¨ªrica, al Villarreal le quedaba la ¨¦pica. Y esta no le dio ni para causar escozor a un conjunto complet¨ªsimo, poderoso en todas sus l¨ªneas y que posee un duende de carne y hueso de nombre David Silva, que jug¨® lo que quiso e hizo jugar a todos sus compa?eros.

Tal rebaja en la alineaci¨®n del Villarreal propici¨®, como estaba escrito, que la iniciativa la tomase el City, retocado en el once por Mancini, que ten¨ªa a todo el mundo disponible, incluido Balotelli, vencida ya la sanci¨®n de la UEFA que arrastraba desde el curso pasado. El ariete se situ¨® como ¨²nica referencia en el ataque ingl¨¦s, y dej¨® de inicio en la suplencia a Dzeko y Ag¨¹ero, que apareci¨® en el segundo periodo y al que la grada recrimin¨® la supuesta desconsideraci¨®n que tuvo con los jugadores castellonenses en el encuentro disputado en Manchester dos semanas atr¨¢s.

Fuerte en defensa y en el eje del centro del campo con De Jong y Yaya Tour¨¦, la segunda l¨ªnea de ataque del City, formada con tres mediapuntas de gran movilidad como son Milner, Nasri y el omnipresente Silva, supon¨ªa el gran quebradero de cabeza del Villarreal, inferior en lo f¨ªsico y en lo t¨¦cnico. Concentraci¨®n en defensa, voluntad m¨¢xima e ilusi¨®n era todo lo que pod¨ªa ofrecer el conjunto castellonense, con demasiados jugadores en el terreno de juego con escaso vuelo en la ¨¦lite, mucho menos en la Liga de Campeones y con tal hueso delante. Para ejemplo Joselu, un chaval de 20 a?os que sin debutar en la Liga hac¨ªa su bautismo en Europa. De Segunda, de la que es moment¨¢neamente m¨¢ximo goleador con ocho tantos, a la Champions y ante el Manchester City. Demasiado salto.

Joselu pudo tener un estreno dorado. Los primeros minutos del City fueron de tanteo, mientras el Villarreal esperaba. Un robo de bal¨®n del equipo amarillo cay¨® a los pies de De Guzm¨¢n, que envi¨® en largo por detr¨¢s de los centrales celestes. Les gan¨® la espalda el joven delantero de Cartaya. Pero a Joselu, que se mueve con criterio al l¨ªmite del fuera de juego, se le fue unos metros el control del esf¨¦rico al intentar amortiguarlo.

Y con la acci¨®n de Joselu se acab¨® el repertorio de ataque del Villarreal, que resisti¨® lo que pudo, es decir, media hora. El periodo que tard¨® el City en engrasarse, el momento en que Silva se dijo que ya estaba bien de ch¨¢chara y de contemplaciones. El jugador canario comenz¨® a mover el esf¨¦rico y sus compa?eros bailaron alrededor de ¨¦l. Silva hizo la pausa y Yaya Tour¨¦ se adentr¨® en el ¨¢rea y esper¨® el pase del exvalencianista. Al costamarfile?o no le qued¨® otra que batir a Diego L¨®pez de disparo duro y cruzado. Para entonces el Villarreal ya andaba desquiciado con el colegiado, que mantuvo a Mario en la banda varios minutos sin que le permitiese entrar en el terreno de juego, y entend¨ªa que era condescendiente con el City y demasiado meticuloso con los amarillos.

En el fondo todo era impotencia. Sin llevar un ritmo fren¨¦tico, sin alcanzar un f¨²tbol preciosista, los citizens ten¨ªan sometidos a un Villarreal, en un duelo que no era tal, como si de un partido de juveniles contra cadetes se tratase. E infantil result¨® Musacchio, que zancadille¨® a Balotelli cuando se adentraba por una esquina del ¨¢rea tras realizar un ca?o a Gonzalo. El ¨¢rbitro portugu¨¦s vio lo que pocos apreciaron. El mismo Balotelli marc¨® el penalti, con gran tranquilidad y sutileza. Luego abri¨® los brazos desafiando a la fr¨ªa afici¨®n del Madrigal. Fue el punto y final para el Villarreal, demasiado triste y deprimido, incapaz ante el mazo ingl¨¦s y la varita m¨¢gica de Silva.