El Atl¨¦tico, al abordaje
Manzano realiza dos retoques ofensivos y el equipo recobra el gol y la victoria ante un Levante que fue a remolque
Se dej¨® de remilgos Manzano y el Atl¨¦tico, que descubri¨® que ataca mejor sin un delantero centro fijo, recobr¨® el color y la victoria. Dos movimientos t¨¢cticos valientes bastaron para que el equipo recuperara el toque en campo ajeno, para que se definiera en el ¨¢rea rival. Cost¨® materializar el gol porque no estaba Falcao -delantero que tiene siempre a punto la ganz¨²a-, pero lleg¨® por la insistencia, porque si el Atl¨¦tico atiende al frente y no al retrovisor, tiene casi siempre las de ganar; el bal¨®n suele ser propiedad privada, suele ser suyo. Lo aclar¨® ante el Levante, equipo revelaci¨®n que se desbrava con las jornadas, que se mostr¨® m¨¢s disciplinado que efectivo, r¨¢cano en la propuesta y sin ambici¨®n. Lo contrario que el Atl¨¦tico.
ATL?TICO, 3 - LEVANTE, 2
Atl¨¦tico: Courtois; Silvio (Perea, m. 60), Miranda, Dom¨ªnguez, Filipe; Tiago (Pizzi, m. 46), Mario, Arda Turan; Salvio (Reyes, m. 64), Diego y Adri¨¢n. No utilizados: Asenjo; Gabi, Koke, Juanfran.
Levante: Mun¨²a; Javi Venta, Nano, Ballesteros, Juanfran; Farin¨®s, Xavi Torres (Rub¨¦n, m. 77); Valdo, El Zhar (Iborra, m. 66), Barkero (Aranda, m. 76); y Kon¨¦. No utilizados: Navas; Pedro L¨®pez, Pallard¨® y Wellington.
Goles: 1-0. M. 69. Pizzi. 1-1. M. 72. Xavi Torres. 2-1. M. 75. Adri¨¢n. 3-1. M. 83. Diego. 3-2. M. 92. Rub¨¦n.
?rbitro: P¨¦rez Montero. Amonest¨® a Arda Turan, El Zhar, Adri¨¢n, Dom¨ªnguez y Pizzi.
Vicente Calder¨®n. 35.000 espectadores.
Reformul¨® Manzano una vez m¨¢s la t¨¢ctica, exigido por la lesi¨®n de Falcao, y propuso, coherente con el f¨²tbol que pretende -de toque reincidente-, un 4-3-3 sin una boya en el ataque. Situ¨® a Diego como falso punta y a dos extremos profundos, Adri¨¢n y Salvio, de movimientos distintos. Su idea pasaba por mezclar hasta el ¨¢rea rival, por engatusar al contrario a trav¨¦s del pase. Lo consigui¨® a ratos, pero faltaba el remate definitivo, remol¨®n como acostumbra.
A Falcao, siempre escaso de centros, le acecha el s¨ªndrome Ibrahimovic, ese que espera sin ¨¦xito el bal¨®n y que cuando sale del ¨¢rea a buscarlo, queda debilitado. Y sin ¨¦l sobre el tapete, el Atl¨¦tico pareci¨® otro. Sobre todo cuando Manzano, intervencionista, volvi¨® a darle una vuelta de tuerca a la t¨¢ctica, de perdidos al r¨ªo. Entendi¨® que el Levante no se significaba en ataque, m¨¢s all¨¢ de las jugadas a bal¨®n parado -un buen sobresalto dio Barkero con un disparo lejano- y una opci¨®n abortada por Courtois en un mano a mano con Valdo, por lo que prescindi¨® de uno de los dos mediocentros. Tiago por Pizzi, con dos volantes (Arda Turan y Diego) que bien pod¨ªan ser mediapuntas, con un equipo tan atildado en el ataque como partido en defensa. Un Atl¨¦tico que fue, en cualquier caso, al abordaje.
Diego entr¨® por todos los lados; Adri¨¢n sali¨® por donde nadie se lo espera; Reyes -indultado al fin por el entrenador- corri¨® por los flancos; y Pizzi aguard¨® el remate. Un ataque sin referencia fija, una ofensiva por momentos indescifrable para el Levante, que no supo por d¨®nde le llegaban.
Con Diego como director de orquesta porque con tres opciones de pase se sinti¨® el rey, el equipo result¨® un cicl¨®n. Fue cuando el 10 filtr¨® un pase interior que Adri¨¢n no culmin¨®, cuando Arda Turan chut¨® torcido, cuando el propio Diego solt¨® tres disparos sin tino -uno al cuerpo de Mun¨²a; otro desviado; y el ¨²ltimo a la pierna de un zaguero, en la l¨ªnea de gol-, cuando el Atl¨¦tico expres¨® que es temible, que tiene de todo menos un delantero centro con gol. Pero apareci¨® Pizzi para resolver un contragolpe, Adri¨¢n para cabecear un centro de Turan y Diego para puntear un error del Levante. Tres goles como soles, solo ensombrecidos porque el Atl¨¦tico evidenci¨® que con todo no puede, que si ataca sin reparos, perezosos algunos en el repliegue, se fractura en defensa. As¨ª, Xavi Torres y Rub¨¦n marcaron tras dos contragolpes.
Fueros dos sustos que no pasaron a mayores porque al Levante le falt¨® empuje y presencia en terreno rival, porque siempre fue a remolque en cuanto a juego y resultado. No era su partido, como lo fueron tantos otros al inicio del curso; era la noche de Manzano y el Calder¨®n, hasta el punto de que nadie pens¨® ni reclam¨® el claro penalti de Farin¨®s sobre Adri¨¢n -obviado por el colegiado, justo delante de la acci¨®n- porque el Atl¨¦tico no lo necesit¨®. Ya ten¨ªa el gol.
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