El Espanyol se despierta a tiempo

Un partido desnortado, con una manija cambiante y encajado en la volatilidad t¨ªpica de la Copa, se decant¨® por un arre¨®n del Espanyol que arras¨® las aspiraciones del Juan sin Miedo del torneo, el Mirand¨¦s, cuando m¨¢s cerca se ve¨ªa de cruzar el bosque. Un resultado abierto que aun deber¨¢ pasar por el filtro del Estadio Municipal de Anduva, territorio hostil hasta el momento.

El Mirand¨¦s se plant¨® ayer en Cornell¨¤ con esa estampa de pecho descubierto. S¨®lido en las funciones b¨¢sicas pero con v¨ªa libre para abrir las ventanas de par en par. Un estilo alejado de la categor¨ªa en la que milita. Con el bal¨®n como aliado y no como lanza, sin la necesidad de desplazarlo m¨¢s tiempo del debido. La incapacidad para adivinar sus entretelas provoc¨® en el Espanyol una sensaci¨®n de desasosiego, de la que no se apart¨® hasta el final. Ni siquiera el dominio del bal¨®n ofrec¨ªa ninguna garant¨ªa. Tan solo Weiss, jugador m¨¢s destacado y eje del ataque del equipo de Mauricio Pochettino, ofrec¨ªa alg¨²n tinte que descuadraba la paleta. Incisivo el eslovaco, arrastraba diagonales de trazo largo. Sin embargo, la escuadra mor¨ªa desafilada. Nadie recog¨ªa el espacio a la espalda. Con la baja de ¨²ltima hora de Sergio Garc¨ªa, que sali¨® de la convocatoria tras confirmarse ayer que padece una lesi¨®n en el menisco y que pasar¨¢ hoy por el quir¨®fano, el joven extremo se vio obligado a soportar un peso al que no est¨¢ aun acostumbrado. Con Thievy de falso extremo derecho, el apartado de la velocidad no se resinti¨® pero s¨ª el de la pausa, aun m¨¢s importante.

En medio de un dominio sin imposici¨®n, Forl¨ªn pein¨® hacia atr¨¢s un bal¨®n sin peligro que pas¨® entre las piernas de Moreno y que dej¨® s¨®lo a Alain ante Casilla. Su disparo raso terminaba dentro de la porter¨ªa y daba paso a la que parec¨ªa una nueva gesta del conjunto burgal¨¦s. Algo a lo que contribuy¨® tambi¨¦n diez minutos m¨¢s tarde la lesi¨®n de ?lvaro, que ca¨ªa al suelo aquejado de un pinchazo en el muslo. El h¨¦roe de Cornell¨¤ abandonaba el campo entre l¨¢grimas, y limitaba las opciones de los blanquiazules.

Transcurr¨ªan los minutos y el Mirand¨¦s no se limitaba a resistir, tanto que era habitual ver a Pablo Infante ayudando al lateral como adentr¨¢ndose en el ¨¢rea rival sin un suspiro de por medio. Un esfuerzo que se vio recompensado cuando Amat se quiso vestir con un traje de otra percha, la de Beckenbauer, que aun le queda grande, y regal¨® aun bal¨®n que Infante, que fr¨ªo como el hielo, levant¨® por encima de Casilla, a un palmo de distancia. En ese momento el conjunto de Carlos Pouso se sinti¨® grande.

Sin embargo, el sopapo iba a motivar una reacci¨®n en cadena. Primero con un saque en largo de Casilla que la defensa burgalesa no acert¨® a despejar y que Weiss trasform¨® por bajo tras enga?ar a Nauzet. Y despu¨¦s, en una internada de Romaric, Rui Fonte clavaba el gol del empate cuando apenas faltaban dos minutos para terminar el partido. Pero la Copa, indescifrable, sin memoria y cruel, no le ten¨ªa un lazo preparado al Mirand¨¦s. Verd¨², se aprovechaba de un mal despeje para dar la vuelta al partido, con el tercer gol en cuatro minutos. Son los detalles de una competici¨®n inigualable, a la que mira de cara a cara el Mirand¨¦s y que sonr¨ªe al Espanyol.