El desencuentro de Marcelino y Kanout¨¦
El t¨¦cnico del Sevilla, descontento con el modo de entrenarse del delantero, le env¨ªa al gimnasio
El vestuario del Sevilla anda muy revuelto. Tres de los cuatro capitanes, Palop, Escud¨¦ y Kanout¨¦, rescoldos del pasado m¨¢s glorioso, no juegan. El portero tiene un problema f¨ªsico tras otro en las ¨²ltimas semanas y Varas es indiscutible. Escud¨¦, titular en M¨¢laga, lleva con dignidad su ostracismo. Por ¨²ltimo, Kanout¨¦, considerado por buena parte de la afici¨®n como el futbolista m¨¢s importante de la historia del club, acaba sus d¨ªas en el equipo justamente como no quer¨ªa, sin relevancia alguna y en el banquillo. Navas, el cuarto capit¨¢n, tan buen futbolista como flojo de car¨¢cter para manejar el grupo, es poco asidero para Marcelino Garc¨ªa Toral en la caseta y con los pesos pesados mirando hacia otro lado. Al t¨¦cnico se lo tragan los acontecimientos.
Marcelino, el escogido por el presidente, Jos¨¦ Mar¨ªa del Nido, y el director deportivo, Monchi, tras la negativa de Marcelo Bielsa, pudo dar este mi¨¦rcoles un paso en falso casi definitivo en su trayectoria sevillista. Escenific¨® a la vista de todos su desencuentro con Kanout¨¦, al que, no precisamente contento con su forma de ejercitarse en el entrenamiento, mand¨® al gimnasio por sus dolencias en la espalda. El Sevilla, por su parte, envi¨® un comunicado negando la discusi¨®n y una mala relaci¨®n entre ambos: "No existen problemas personales entre los dos".
Los aspavientos de Marcelino reflejaron mucha tensi¨®n, la que se viene acumulando entre ambos desde que el pasado 11 de enero el t¨¦cnico sacara a Kanout¨¦ a 19 minutos del final de la vuelta de los octavos de final de la Copa ante el Valencia. Ni el jugador ni el club ni la afici¨®n entendieron la tardanza en realizar un cambio que se consideraba vital para tratar de remontar la eliminatoria tras el 1-0 de la ida. Dos semanas despu¨¦s, Kanout¨¦ ve¨ªa su quinta tarjeta amarilla en el duelo contra el Espanyol y se perd¨ªa, por tanto, el derbi contra el Betis. "Yo no concibo que un futbolista no sepa que est¨¢ apercibido de sanci¨®n", dijo Marcelino, muy enfadado con la actitud de Kanout¨¦.
La semana pasada, despu¨¦s de haberse entrenado con total normalidad, el africano no viaj¨® a M¨¢laga por unos dolores en la espalda de los que no se ten¨ªan noticias. Sin embargo, el mismo domingo se preparaba en la ciudad deportiva. Esas mismas molestias provocaron este mi¨¦rcoles que Marcelino mandara al gimnasio a Kanout¨¦.
Pese a su ocaso, el franc¨¦s de ascendencia maliense sigue siendo el m¨¢ximo goleador del Sevilla, con siete goles (tres en la Liga, tres en la Copa y uno en la fase previa de la Liga Europa). Negredo, el segundo, lleva seis.
Con el equipo und¨¦cimo en la Liga, la batalla con Kanout¨¦ arroincona m¨¢s a Marcelino, al que mantiene en el cargo, de momento, la fe depositada en ¨¦l por Del Nido y Monchi. Kanout¨¦ acaba su contrato el 30 de junio y su deseo era abandonar el Sevilla por la puerta grande. Ahora, a medida que se enturbia su relaci¨®n con Marcelino, ese planteamiento se diluye poco a poco. Lleg¨® al club en 2005. Desde su primera temporada seleccionaba de forma cuidadosa sus entrenamientos para competir a fondo en los partidos. Nunca fue un tit¨¢n, pero lo supl¨ªa con goles. Juande Ramos, Manolo Jim¨¦nez, Antonio ?lvarez y Gregorio Manzano lo entendieron. A Marcelino le est¨¢ costando y quiz¨¢ sea demasiado tarde para ¨¦l. Al gigante africano le avalan 135 goles.

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