El Caja Laboral impone sus galones
Dirigido por la batuta de Prigioni, el conjunto vitoriano supera (75-62) a un meritorio Lagun Aro
Siendo cierto que en el baloncesto actual cualquier equipo es capaz de amargar la noche a los grandes, llegadas las citas de enjundia entran en juego otras cuestiones que tienen que ver con la experiencia, el control emocional y la capacidad para manejar situaciones de m¨¢xima exigencia. Ah¨ª prevalecen los galones ganados anteriormente. Si bien el Lagun Aro mostr¨® durante bastantes minutos las razones de su presencia en esta Copa e hizo sospechar que podr¨ªa alterar los pron¨®sticos, en cuanto el partido se puso serio terminaron por v¨¦rsele las costuras. Todo lo contrario que al Caja Laboral, que tuvo que ver las orejas al lobo para espabilarse. Le cost¨® en los dos primeros cuartos, dominados por el ¨¢nimo general del cuadro donostiarra y el acierto de Baron, un tirador excelso que provoc¨® un buen roto en la defensa vitoriana, incapaz de parar los tan poco acad¨¦micos como certeros lanzamientos del escolta norteamericano. El Caja Laboral acusaba el mal d¨ªa de San Emeterio, que se prolong¨® todo el partido y si la cosa no fue a mayores (28-38, final del segundo cuarto) fue porque Prigioni mantuvo la compostura y Teletovic su frecuencia anotadora.
- CAJA LABORAL, 72 - LAGUN ARO, 65
- CAJA LABORAL: Prigioni (15), Oleson (9), San Emeterio (-), Teletovic (17), Golubovic (-) --cinco inicial--; Ribas (2), M.Bjelica (22), Heurtel (4), Lampe (-) y N.Bjelica (3).
- LAGUN ARO: Salgado (4), Papamakarios (-), Vidal (9), Panko (14), Betts (2) --cinco inicial--; Neto (8), Doblas (2), Baron (22) y Lorant (4).
- PARCIALES: 17-16, 11-22, 27-11 y 17-16.
- ARBITROS: Mart¨ªn Bertr¨¢n, Jim¨¦nez y Ara?a. Sin eliminados.
- Palau Sant Jordi. 11.400 espectadores
Pero lleg¨® el descanso y, mientras unos celebraban su excelente comportamiento, los otros decidieron que hasta aqu¨ª hab¨ªa llegado la cosa. Es muy probable que en la mayor¨ªa de los partidos de baloncesto casi todo lo que ocurre en los dos primeros cuartos sea remediable, pero a partir del tercero suele ser diferente, pues entras en zona peligrosa. As¨ª lo entendi¨® el Caja Laboral, o sea, Prigioni, que puso a todos a currar. Primero en la defensa y luego masticando mejor los ataques. Teniendo la direcci¨®n en sus manos y el tiro en la mu?eca de Teletovic, faltaba un apoyo interior y entonces apareci¨® Bjelica, que se puso las botas hasta completar un partido para enmarcar.
Elevado el grado de exigencia, el Lagun Aro entr¨® en crisis. En una de las gordas. Ya no hab¨ªa noticias de Baron, ni de Panko ni tampoco de Vidal, por lo que tampoco es de extra?ar que en ocho minutos encajasen un dur¨ªsimo 23-3 de parcial (51-41).
Prigioni era el amo del cotarro y estamos hablando de un jugador que, cuando coge el partido por las asas, no suele dejarlo escapar. As¨ª fue, aunque para ello tuvieron que superar el peque?o susto que provocaron dos triples seguidos de Baron y Panko a falta de poco m¨¢s de cinco minutos para el final (59-58). Como de equipo curtido y bien trabajado es saber a las manos de qui¨¦n han de llegar determinados balones, el mal trabajo lo solucion¨® el Caja Laboral con dos asistencias de Ribas y Prigioni al hombre en racha, de nombre Bjelica. El resto lo puso la inexperiencia del Lagun Aro, que encaden¨® costosos errores en el terreno de la resoluci¨®n, ese universo escaso en minutos, pero que es el que separa a unos equipos de otros.
El partido se extingui¨® mansamente, aceptando unos y otros su propia realidad y probablemente satisfechos de haber cumplido las expectativas. El Lagun Aro, plantando cara para caer dignamente. El Caja Laboral, sufriendo para terminar imponiendo sus galones. Esos que representa mejor que ninguno un jugador que se llama Prigioni.
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