Apag¨®n en las alturas de Cornell¨¤

Admirable en la adversidad y en los momentos exigentes, el Espanyol penaliza desde la bonanza, cuando se supone que debe ratificar la jerarqu¨ªa adquirida en partidos de alto voltaje. Ocurri¨® contra el Zaragoza y ayer ante el resucitado Levante, al que le alcanz¨® con un buen ejercicio defensivo para recuperar su puesto en la denominada zona Champions.

Al Espanyol, ciertamente, le est¨¢ quedando un buen equipo con el paso de los partidos, acostumbrado a improvisar, a corregir sobre la marcha, a optimizar recursos, sostenido por la cantera de Sant Adri¨¤ y el plan de Pochettino. Tiene jugadores interesantes. Algunos, prestados, como Coutinho o Weiss; otros, prometedores, y tambi¨¦n los hay con espolones, como Uche. Los gestos t¨¦cnicos de Coutinho son especialmente agradecidos en un grupo tan intenso como el blanquiazul, manejado por la sabidur¨ªa y la experiencia de Verd¨². Empujan los centrales, aprietan los medios, trabaja Alvarito y, de vez en cuando, el brasile?o se marca un sombrero o una croqueta, a gusto con el papel de figura que la hinchada ha otorgado a Coutinho.

Tiene juego, elabora, combina y se gusta el Espanyol. Incluso se queja cuando el c¨¦sped no est¨¢ bien cortado, r¨¢pido, como ocurre ahora en Cornell¨¤-El Prat. Ha pasado de sobrevivir para evitar el descenso a columpiarse en los puestos de la Liga de Campeones: ahora dentro, despu¨¦s fuera. Y, desde la abundancia y la alegr¨ªa, ha perdido perspectiva, tensi¨®n competitiva y posicionamiento en el campo. Ayer afront¨® el partido como si no pasara nada, uno de tantos de la Liga, y se perdi¨® mucho rato en la cancha, especialmente porque el doble pivote no mezcl¨® bien con los dos futbolistas de la banda, Weiss y Coutinho, muy festivaleros, y la zaga no tuvo nervio. Lo pag¨® con un gol de Valdo despu¨¦s de una jugada mal contrarrestada por Javi L¨®pez.

A diferencia del Espanyol, el Levante es un equipo experto, duro en su ¨¢rea, pu?etero en la contra, y no hace concesiones. Aunque hab¨ªa descendido en la tabla despu¨¦s de acumular seis derrotas consecutivas, mantiene un tono interesante y no pierde su sentido de la solidaridad. No es un cualquiera, sino que exige mucha atenci¨®n del rival. Y el Espanyol se desorden¨® anoche, excesivamente alegre y desenfadado. Los jugadores se confundieron y cada uno aparec¨ªa por donde no deb¨ªa.

Hasta que se encendi¨® Weiss y Pochettino puso en escena a Uche. El partido, apagado hasta el descanso, sin una sola oportunidad, gan¨® en intensidad, tuvo m¨¢s ritmo. El eslovaco encar¨® y desequilibr¨® y, a cambio, los blanquiazules perdieron peso en la medular, circunstancia que habilit¨® las transiciones del Levante, ayer refrescado, lejos en cualquier caso del conjunto que tanta admiraci¨®n provoc¨® en la primera vuelta de la Liga

Los muchachos de Mart¨ªnez, gente de pierna fuerte, se batieron con fiereza, sabedores de que un gol de ventaja en Cornell¨¤ tiene su peso porque al Espanyol le cuesta mucho remontar los partidos. Kone se peleaba con los centrales con la misma intimidaci¨®n que Ballesteros limpiaba el ¨¢rea de Mun¨²a. No encontraba la l¨ªnea de pase el Espanyol, excesivo en la conducci¨®n de la pelota, sin desborde en los flancos. No aparec¨ªa Verd¨² ni tampoco Coutinho. No hac¨ªa da?o el Espanyol, pasivo en el campo y en la cancha, sorprendentemente medio vac¨ªa ante el excitante reto que se presentaba.

Ni siquiera el gol del empate activ¨® al equipo de Pochettino. Uche sac¨® un palmo a Ballesteros en el salto a la salida de una falta botada por Verd¨² y, por un instante, pareci¨® que el Espanyol iba a dar la vuelta al marcador. Falsa impresi¨®n. La reacci¨®n dur¨® muy poco porque el Levante marc¨® a bal¨®n parado, como antes el Espanyol, y rompi¨® su racha negativa. Rub¨¦n Su¨¢rez sac¨® un libre directo, la pelota dio en Verd¨² y sorprendi¨® a Casilla. Una jugada que retrat¨® perfectamente el desacierto del Espanyol, un equipo excesivamente irregular, sin suerte.