Un lazarillo en el Calder¨®n
Una picaresca genial de Messi decide para el Barcelona un partido muy disputado El Atl¨¦tico puso mucha bravura y se qued¨® a un paso del empate (1-2)
Los genios son a¨²n m¨¢s genios si tienen un gen suburbial. Es el caso de Messi, rosarino de barrio cuya mejor academia fue el recreo, cualquier callejuela. Ah¨ª aprendi¨® el f¨²tbol en lat¨ªn y todav¨ªa lo practica. Enclaustrados el Bar?a y el propio Messi por la eficaz barricada del Atl¨¦tico, cuando los azulgrana definitivamente se quedaban a toda una Liga del Madrid, La Pulga tir¨® de cat¨¢logo quevediano y dobleg¨® a los rojiblancos al ejecutar de forma magistral una falta directa. Los locales esperaban un centro, porque la falta era lateral, en el ala derecha de Courtois. Tambi¨¦n quisieron creer que alguien habr¨ªa pedido pasos para una barrera. A lo suyo, ajeno a todas las ch¨¢charas, Messi ejecut¨® al Atl¨¦tico con un gol imposible cuando ya todos sudaban como una regadera.
ATL?TICO, 1 - BARCELONA , 2
Atl¨¦tico: Courtois; Juanfran, Miranda, God¨ªn, Filipe Luis; Tiago, Gabi; Koke (Salvio, m. 77), Arda Turan (Silvio, m. 86), Adri¨¢n; y Falcao. No utilizados: Asenjo; Dom¨ªnguez, Perea, Mario Su¨¢rez y Assun??o.
Barcelona: V¨ªctor Vald¨¦s; Alves (Cuenca, m. 71), Mascherano, Puyol, Abidal; Xavi, Busquets, Iniesta; Cesc (Pedro, m. 77), Messi y Alexis (Piqu¨¦, m. 84). No utilizados: Pinto; Adriano, Keita y Thiago.
Goles: 0-1. M. 36. Alves, a pase de Messi. 1-1. M. 48. Falcao, en un c¨®rner. 1-2. M. 81. Messi, de falta directa.
?rbitro: P¨¦rez Lasa. Amonest¨® a Juanfran, God¨ªn, Tiago, Turan, Koke, Falcao, Messi (un partido de sanci¨®n), Cesc, Alves, Alexis y Busquets.
Con Messi al rescate, no se rinde el Bar?a, que m¨¢s que un t¨ªtulo con el imparable Real Madrid, que va como un rayo, disputa una Liga con Guardiola. La fe, el ¨¢nimo, la resistencia a abdicar de sus chicos ser¨¢ capital en la decisi¨®n del t¨¦cnico sobre si perpetuarse o no en el banquillo. Lo saben los futbolistas, que encuentran en su entrenador una prima extra. Del compromiso que demanda el m¨ªster no hay mejor retrato que el de Piqu¨¦. En el Calder¨®n, otra vez suplente. Guardiola quiere respuestas en el campo, no ante los micr¨®fonos de un acto publicitario. Ante el Atl¨¦tico, el Bar?a le dio muestras de profesionalidad, fue el equipo ajedrecista que acostumbra y jug¨® con una paciencia infinita. Se demor¨® m¨¢s de la cuenta ante Courtois por su inclinaci¨®n por la ret¨®rica y por la telara?a rojiblanca.
De entrada, el Atl¨¦tico se dej¨® el bal¨®n en el Cerro del Espino, donde debi¨® practicar toda la semana ante sombras. Taladr¨® sus l¨ªneas delante de su portero y no le import¨® tener a Vald¨¦s a varias cuadras. El plan de Simeone pasaba por anular a los azulgrana, candar todos los diques del Manzanares. ?Y la pelota? Nada de caricias, reventada a cada puntapi¨¦ local. El Atl¨¦tico jug¨® a despejar, v¨ªa por la que hasta el gol de Alves apenas sufri¨® su portero, salvo una picaresca de Messi, que con su manotazo no burl¨® a P¨¦rez Lasa, sagaz ¨¦l para anular con justicia el gol.
La resistencia a abdicar ser¨¢ clave para la continuidad
Recluido el grupo de Simeone, que se atrincher¨® por dentro y por los costados, con Falcao en propio campo con el pico y la pala, los barcelonistas custodiaron el bal¨®n y levitaron hasta que lleg¨® su momento. Un rondo propio del cat¨¢logo del Bar?a. Hasta que, por una vez, Messi se pudo dar la vuelta en el balc¨®n del ¨¢rea de los colchoneros. Cesc le dio hilo por el atajo izquierdo y Alves, un extremo camuflado de lateral, lleg¨® con aire por la derecha para soplar el bal¨®n a la red. Un gol al temple, a la flema, al sosiego frente a la bravura. Cuesti¨®n de estilos.
Como el f¨²tbol no es un observatorio cient¨ªfico, el primer c¨®rner del segundo acto fue un toque de corneta para el Atl¨¦tico. Busquets despej¨® con la corcova y Falcao, un depredador, despert¨® al equipo. En este deporte, el gol no es siempre hijo del juego, tiene vericuetos insondables. Otra evidencia en el Manzanares: cada uno leg¨ªtimamente a lo suyo, uno abrochando la pelota y otro abrochando al adversario y el marcador igualado.
El conjunto rojiblanco cerr¨® todos los diques y jug¨® a despejar, sin el bal¨®n
El gol del colombiano no alter¨® el ecosistema el Atl¨¦tico, pero ya le cost¨® menos mirar de frente a su rival. Para sacudirse los fantasmas y las tiritonas, nada mejor que el gol. Tras la diana de Falcao, con su f¨²tbol de trazo largo, el Atl¨¦tico tuvo otra pujanza al cruzar la frontera azulgrana. El empate tambi¨¦n hizo mutarse al Bar?a, que dej¨® el tendal defensivo reducido a Puyol, Mascherano y Abidal, con Busquets de auxiliar. Pese a los nuevos moldes de unos y otros, se mantuvo el guion principal del partido, con el conjunto de Simeone siempre firme en defensa, sin conceder una baldosa. En la zaga el equipo es simeonista total, se despliega con la pierna fuerte y la decisi¨®n del Cholo jugador. Por ese sendero, poco a poco logr¨® desconectar al campe¨®n actual, al que siempre le falt¨® remate. Por ah¨ª le venci¨® el Atl¨¦tico, cuyos centrales y pivotes defensivos se llaman como al inicio del curso, pero en nada se parecen. Su abnegaci¨®n es conmovedora. El Atl¨¦tico despega desde la cueva, m¨¢xime si le falta Diego como faro.
Hasta Messi, no encontr¨® consuelo el Bar?a, que en ataque exigi¨® m¨¢s al ¨¢rbitro que a Courtois. Incluida la jugada final que dio el triunfo al Bar?a cuando mejor se sosten¨ªa el Atl¨¦tico. Con un lazarillo como Messi nadie est¨¢ a salvo. Ni siquiera este Atl¨¦tico con tantos alientos que acab¨® arremolinado ante Vald¨¦s y reclam¨® con raz¨®n un penalti por mano de Busquets.
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