Robben decide en Wembley
La inexperiencia y la situaci¨®n de interinidad condenan a Inglaterra frente a Holanda
La zurda de Robben y la cabeza de Huntelaar acabaron con la imprevisible Inglaterra despu¨¦s de un sorprendente partido en Wembley. A falta de f¨²tbol de equipo, sobresalieron las jugadas individuales. Hubo momentos especialmente celebrados tras ratos de mucho tedio. Los goles disimularon las carencias de los ingleses de la misma manera que las figuras marcaron la diferencia para los holandeses.
A punto de cumplirse la hora de partido, Robben y Huntelaar aparecieron para resolver con dos jugadas tan previsibles como dif¨ªciles de contrarrestar, sobre todo para la improvisada zaga local. El extremo tom¨® la pelota en su propia cancha y atraves¨® el campo hasta llegar al ¨¢rea, mientras Huntelaar se llevaba a los centrales, y engatill¨® un zurdazo imposible para Hart. Ya se sabe que Robben corre, regatea y chuta como pocos delanteros en el mundo. Acto seguido, Huntelaar se anticip¨® a Smalling y cabece¨® a la red un centro desde la derecha de Kuyt. El ariete es un martillo: ya lleva 31 goles con Holanda.
Inglaterra, 2 - Holanda, 3
Inglaterra: Hart; Richards, Smalling (Jones, m. 62), Cahill, Baines; Parker, Barry (Milner, m. 46); A. Young (Downing, m. 63), Gerrard (Sturridge, m. 32; L. Walcott, m. 88), A. Johnson (Downing, m. 65); y Welbeck (Campbell, m. 80).
Holanda: Stekelenburg; Boulahrouz (Vlaar, m. 81), Heitinga, Mathijsen, Pieters (Schaars, m. 46); Van Bommel; De Jong; Kuyt, Sneijder (Emanuelson, m. 76), Robben; y Van Persie (Huntelaar, m. 46; L. de Jong, m. 63).
Goles: 0-1. M. 57. Robben marca tras una jugada individual. 0-2. M. 58. Huntelaar, de cabeza. 1-2. M. 85. Cahill, en fuera de juego. 2-2. M. 90. Young, a pase de Jones. 2-3. M. 94. Robben, a servicio de Van Bommel.
?rbitro: Brych (Ale.). Amonest¨® a Richards.
Unos 75.000 espectadores en Wembley.
Huntelaar fue decisivo despu¨¦s de sustituir a Van Persie, que no toc¨® la pelota, lastrado por una lesi¨®n. Al equipo de Van Marwijk le hab¨ªa faltado un delantero para imponer su jerarqu¨ªa. Hasta que apareci¨® Huntelaar. El problema es que el delantero qued¨® conmocionado en el remate del gol y tuvo que ser sustituido al igual que Smalling, que se retir¨® inmovilizado, una imagen sobrecogedora tras el tremendo choque del central con el ariete.
Retirado Huntelaar, el encuentro pareci¨® recuperar su guion inicial. Las ¨²nicas noticias que hab¨ªa sobre los ingleses se supieron mucho antes de que comenzara el choque. Aunque el partido se juege en Wembley, la sensaci¨®n de interinidad es absoluta desde la partida de Capello. La hinchada se pregunta hasta cuando durar¨¢ Pearce, un t¨¦cnico de la confianza de la federaci¨®n, mientras no se abran consultas con Redknapp y Hodgson. Despojado Terry del brazalete, Parker, el volante del Tottenham y jugador del a?o, ejerci¨® de capit¨¢n, en detrimento de Gerrard. Y, ausentes futbolistas como Rooney, Walker, Bent, Lampard y Ferdinand, se desconoce la continuidad de los respresentantes de la nueva generaci¨®n, delanteros como Sturridge y Welbeck. No es f¨¢cil armar un equipo competente en las circunstancias actuales, de manera que la exigencia fue menor que en partidos anteriores, incluso con el factor campo a favor.
El equipo estuvo m¨¢s parado que de costumbre, falto de energ¨ªa, velocidad y mando, m¨¢s espectador que nunca. As¨ª las cosas, nadie daba un penique por los muchachos de Pearce hasta que se encontraron con un gol en fuera de juego de Cahill, un central que ejerc¨ªa de delantero y regateaba a los lentos zagueros holandeses. El tanto meti¨® a Inglaterra en el partido y Young empat¨® ante la sorpresa de los aficionados, espantados al inicio, animados despu¨¦s y abatidos de nuevo por Robben. El delantero cerr¨® el choque con un sutil remate con la zurda, una suerte conocida, propia de un veterano que sac¨® provecho del desgobierno ingl¨¦s.
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