El Bilbao hace historia
El cuadro vasco doblega al Unicaja (55-59) y se clasifica para cuartos de final en su primera participaci¨®n en la m¨¢xima competici¨®n continental
El Gescrap Bilbao abri¨® ayer una nueva puerta, grande y exigente, hacia un nivel superior en la Euroliga, a la que han accedido este a?o por primera vez. Los de Fotis Katsikaris alcanzaron los cuartos de final de la competici¨®n continental tras vencer, no sin dificultades, a un correoso Unicaja, que no desaprovech¨® ni una oportunidad en un partido bronco y estresante para ambos equipos.
Los bilba¨ªnos, bien guiados por un intermitente Jackson, salieron precipitados y arr¨ªtmicos, desprovistos de sangre fr¨ªa. Pronto aprendieron que un rival herido es un enemigo muy peligroso. Un recuperado Freeland y el certero Peric hicieron que a los de Katsikaris, presos de la ansiedad, se les atragantara el partido.
Unicaja, 55 - Gescrap Bilbao, 59
Unicaja: Rowland (6), Abrines (7), Peric (19), Lima (4) y Zoric (11) ¡ªcinco inicial¡ª; Sinanovic (0), Rodr¨ªguez (0), Freeland (8) y Payne (0).
Gescrap Bilbao: Jackson (10), Blums (5), Mumbr¨² (6), Hervelle (2) y Mavroeidis (8) ¡ªcinco inicial¡ª; Banic (10), Vasiliadis (5), Grimau (4) y Ra¨²l L¨®pez (9).
?rbitros: Ziemblicki (Polonia), Taurino (Italia) y Vyklicky (Rep. Checa). Eliminaron por cinco faltas personales a Hervelle (minuto 40).
Unos 3.000 espectadores en el pabell¨®n Mart¨ªn Carpena de M¨¢laga.
Hervelle, un buen ladr¨®n, devolvi¨® a su equipo a la senda de la victoria a base de rebotes bien aprovechados, pero el equipo segu¨ªa dando una imagen plana. El Unicaja obliga a sus adversarios a choques muy f¨ªsicos, que les exigen mantener la cabeza fr¨ªa y los m¨²sculos a punto, y al Bizkaia pareci¨® sobrepasarle la responsabilidad en algunos momentos. Con un 22-24 en el marcador, los bilba¨ªnos se fueron al descanso con los deberes por hacer y la desasosegante sensaci¨®n de encontrarse en un laberinto. Tras cinco derrotas en la Euroliga, el Unicaja buscaba salvar su honor y cambiar su suerte tras encadenar m¨²ltiples y dolorosas ca¨ªdas en Liga y en Europa. Eso le hac¨ªa temible. Ra¨²l L¨®pez y Marko Banic supieron coordinarse, no obstante, para reforzar a un dubitativo equipo, al que el Unicaja desestabiliz¨® de principio a fin.
El ¨²ltimo cuarto fue otro remolino para el Bilbao, que confi¨® en el trabajo coral para sumar puntos y esperanzas. Mientras, Blums luchaba para alcanzar la zona rival y Grimau se afanaba en frenar el ¨ªmpetu de los jugadores malague?os. Desahuciados de la competici¨®n europea, los de Mateo buscaban salvar su honor. En parte lo consiguieron, ya que ofrecieron su cara m¨¢s audaz y entregada. Pero el Bilbao ten¨ªa una cita con la historia.
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