El Madrid golea con esmoquin
El l¨ªder, imparable al ataque, abruma como y cuando quiere a un Espanyol muy p¨¢lido
Con frac y la pajarita bien ajustada, el Madrid se sacudi¨® de encima al Espanyol como se espantan las moscas, con goles po¨¦ticos y momentos para el gozo. El l¨ªder no precis¨® explotar ni la mitad de sus m¨²ltiples virtudes. Su adversario mostr¨® una catarata de defectos. Fue un equipo de plastilina, sin dientes, espumoso, fl¨¢cido en todas las zonas del campo. Nada que ver con ese conjunto que no hace mucho era un hueso para cualquiera. Sus recientes derrotas en casa ante el Zaragoza y el Levante no fueron casuales. Por Chamart¨ªn solo dej¨® migajas pese a las intenciones de Mauricio Pochettino, que tir¨® de su mejor cat¨¢logo, pero no tuvo respuesta de nadie salvo de su portero, al que el resultado no delat¨®.
REAL MADRID, 5 ¨C ESPANYOL, 0
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Carvalho (Varane, m. 46), Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; ?zil (Callej¨®n, m. 69); Kak¨¢, Cristiano; e Higua¨ªn (Morata, m. 80). No utilizados: Ad¨¢n; Albiol y Granero.
Espanyol: Casilla; Javi L¨®pez, Ra¨²l Rodr¨ªguez (Amat, m. 60), Moreno, D¨ªdac; Forl¨ªn, Romaric; Weiss, Verd¨², Coutinho (Baena, m. 46); y ?lvaro (Sergio Garc¨ªa, m. 46). No utilizados: Edgar; G¨®mez, Thievy y Uche.
Goles: 1-0. M. 23. Cristiano. 2-0. M. 38. Khedira. 3-0. M. 47. Higua¨ªn. 4-0. M. 66. Kak¨¢. 5-0. M. 77. Higua¨ªn.
?rbitro: Jos¨¦ A. Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Carvalho, Romaric, Forl¨ªn y Baena.
Cuando y como quiso, al margen de los dem¨¦ritos de su oponente, el Madrid hizo sus delicias. Tuvo tiempo de abrumar a su rival, tomarse m¨¢s de un respiro y cambiar de marcha a su antojo. En realidad, el equipo de Mourinho solo jug¨® consigo mismo. Para colmo, su elocuente superioridad fue sellada por el propio Espanyol, que se entreg¨® de inmediato, a los 23 minutos. Con un saque de banda a favor, Ra¨²l Rodr¨ªguez se anud¨® las piernas de mala manera y concedi¨® la pelota a ?zil en el balc¨®n del ¨¢rea. Mal contrario a la hora de equivocarse. A un toque, una trenza entre el alem¨¢n, Higua¨ªn y Cristiano permiti¨® al portugu¨¦s fulminar a Casilla y engordar su hoja de servicios, la de un elegido: 30 goles y faltan 13 jornadas de Liga.
Con un mundo por delante, el gol de CR dej¨® la sensaci¨®n de haber finiquitado el encuentro por mucho tiempo que quedara. Pocos contrarios han competido este curso en el Bernab¨¦u con menos voltaje que el Espanyol. Lo adivin¨® el Madrid, que va como un tiro y se siente invulnerable. Ni siquiera le alter¨® el destemple de Carvalho, relevo del sancionado Pepe, que pas¨® una noche infernal, de enredo en enredo, ¨¦l solo, sin un adversario en la oposici¨®n. En el intermedio, Mou le dej¨® en el div¨¢n en favor de Varane.
El equipo madridista solo jug¨® consigo mismo. Disfrut¨® lo que quiso, sin apretones
En contra de los previsto, el entrenador portugu¨¦s tambi¨¦n sorprendi¨® con la titularidad de Khedira en detrimento de Granero, con plaza fija en los ¨²ltimos cuatro retos caseros del Madrid. A la intemperie Forl¨ªn y Romaric, dos sufridores en el dique visitante, Khedira pudo descolgarse de Xabi Alonso y emparentar con el Khedira que despunt¨® en Sud¨¢frica con Alemania, un futbolista con vocaci¨®n para asaltar el ¨¢rea rival, no solo un barrenero. Nada que ver con el curso precedente, Khedira, tambi¨¦n por las bondades de los chicos de Pochettino, jug¨® con una soltura desconocida. Hasta hallar el premio del gol en una maravillosa geometr¨ªa entre ¨¦l mismo, Cristiano, ?zil -siempre con la chistera a punto- y de nuevo el pivote germano, que se plant¨® ante Casilla y emboc¨® con clase y precisi¨®n. Gran gol, gran ?zil.
A la pata coja, el Madrid estaba en otra ¨®rbita. Sin apretones delante de Casillas, con calma chicha en la transici¨®n, fue otro en el ¨²ltimo tercio. Ah¨ª es demoledor, incluso en noches de masaje como la de ayer. Cuando junta a la caballer¨ªa, no hay ant¨ªdoto que valga ante tanto ingenio como el de ?zil, la exuberante voracidad de CR, la movilidad de Higua¨ªn o el empuje de Marcelo. Frente a semejante Espanyol, sin espinas por el camino (hizo menos faltas que el Madrid), hasta Kak¨¢ se marc¨® m¨¢s de un descorche, como en sus asistencias al Pipa en el tercer tanto y el quinto y su propia ejecuci¨®n en el cuarto.
Rendido el Espanyol, el Madrid no se dio al palique resuelta la contienda. En partidos as¨ª disfruta y ese es su reto. Se lo puede permitir por su distancia en cabeza y el f¨²tbol de autor que proponen casi todos sus futbolistas cuando les quitan las esposas. En d¨ªas as¨ª, el Madrid es capaz de convertir un partido en un baile de sal¨®n, de etiqueta. Lo hizo ante el Espanyol, que cay¨® en Chamart¨ªn como suelen caer casi todos. Pero ninguno lo hizo con su aire parvulario. Un suicidio ante este Madrid, que se puso el esmoquin y gole¨® con elegancia, con arte.
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