El triunfo de la versi¨®n original
Di Matteo recupera los pesos pesados del Chelsea para batir en la pr¨®rroga al N¨¢poles
Con Di Matteo volvi¨® el Chelsea original, el que gobierna por su ¨ªmpetu, que muerde sin remisi¨®n y que no perdona ni media. El equipo que reprob¨® el ya exiliado Villas-Boas, empe?ado en un cambio generacional que nunca consigui¨®, sublevado el grupo y fracasado el experimento. As¨ª, ante el N¨¢poles, despu¨¦s de encajar 3-1 en el San Paolo, el Chelsea recobr¨® su versi¨®n original, con poco pase y mucho tiro, con botas tan desgatadas como eficaces. Gloria para Di Matteo y sus viejos guerrilleros, que lograron evitar el fiasco ingl¨¦s, que desde hace 16 a?os siempre ha tenido un equipo en cuartos de la Champions; pifia del N¨¢poles, que no quiso jugar el partido y perdi¨® en la pr¨®rroga.
Desentendido del bal¨®n en la composici¨®n del juego, el N¨¢poles intent¨® pasar de puntillas por Stamford Bridge, como si quisiera ponerle cloroformo al duelo. Un error porque el Chelsea, necesitado, exigi¨® lo contrario, encuentro agitado, de f¨²tbol el¨¦ctrico y bocados. Pero al comp¨¢s de los jefes.
CHELSEA, 4 ¨C N?POLES, 1
Chelsea: Cech; Ivanovic, David Luiz, Terry (Bosingwa, m. 98), Cole; Lampard, Essien; Sturridge (Torres, m. 63), Mata (Malouda, m. 95), Ramires; y Drogba. No utilizados: Turnbull; Cahill, Mikel y Kalou.
N¨¢poles: De Sanctis; Campagnaro, Cannavaro, Aronica (Vargas, m. 110); Maggio (Dossena, m. 36), Inler, Gargano, Z¨²?iga; Hamsik (Pandev, m. 106), Lavezzi; y Cavani. No utilizados: Rosati; Fern¨¢ndez, Britos y Dzemaili.
Goles: 1-0. M. 28. Drogba. 2-0. M. 47. Terry. 2-1. M. 55. Inler. 3-1. M. 75. Lampard, de penalti. 4-1. M. 105. Ivanovic.
?rbitro: Felix Brych (Alemania). Mostr¨® la cartulina amarilla a Lampard, Cannavaro, Dossena, Cole, Inler y Campagnaro.
Stamford Bridge. 40.000 espectadores.
La fiereza del Chelsea fue, en cualquier caso, un arma de doble filo; al tiempo que le permiti¨® presentarse con puntualidad en el ¨¢rea rival, concedi¨® unos espacios generosos en la zaga que la delantera napolitana, desatinada en la definici¨®n, desaprovech¨® en sus contragolpes. Hamsik prob¨® los reflejos de Cech; Cavani no supo ponerle el lazo a un centro de Maggio; Lavezzi midi¨® la altura del estadio con su remate; y Cavani cruz¨® con exceso el chut. Demasiadas concesiones para el Chelsea y su guardia pretoriana.
Para Villas-Boas no quedaba otra que la transici¨®n generacional, con Anelka fuera, con Drogba a un paso, con Lampard, Terry, Cole y Essien en el banquillo en m¨¢s de una ocasi¨®n... No tard¨® en llegar la revoluci¨®n del vestuario, el mazo del entrenador. De todo ello tom¨® buena nota el entonces segundo y ahora t¨¦cnico Di Matteo, que recuper¨® a la esencia del Chelsea y consigui¨® un equipo bien competitivo, lejos de la versi¨®n desharrapada del San Paolo.
Tampoco fue un elogio al f¨²tbol porque al Chelsea, sin un medio con toque que mezcle, le cost¨® horrores hilvanar jugadas, aridez pura. Juego pobre; equipo rico. Pero tiene a Mata, que entiende que desde las bandas se nutren las ocasiones en tiempos de sequ¨ªa. Sus pases abrieron el campo y el duelo, abono para Sturridge, por la derecha, que persigui¨® sin ¨¦xito carreras hom¨¦ricas, y para Ramires, por la izquierda, menos r¨¢pido, que se content¨® con centrar. Y en una de esas, Drogba remat¨® en plancha y a la red. Poco despu¨¦s, en otro bal¨®n colgado al ¨¢rea, en un saque de esquina, Terry rompi¨® cabece¨® a gol. Dos tantos y eliminatoria nueva.
Entendi¨® el N¨¢poles las dianas como muescas puesto que no quiso otro partido, convencido de que le alcanzaba con su defensa, fiado a su contragolpe y remate. Pero solo Inler, en un soberbio disparo a bote pronto desde el balc¨®n del ¨¢rea, valid¨® la propuesta con un gol de a¨²pa. Fue un espejismo que dur¨® lo justo, lo que tard¨® el Chelsea en colgar otro bal¨®n de c¨®rner, rematado por Ivanovic y palmeado por Dossena. El penalti se lo cobr¨® Lampard.
La pr¨®rroga, desgastados todos, confirm¨® lo sabido: a Torres ¡ªfall¨® un chut sin portero, aunque un tanto escorado¡ª el gol le es esquivo; al N¨¢poles le reventaron los balones colgados al ¨¢rea, hasta el punto de que Ivanovic caz¨® uno ¨²ltimo para marcar el tanto definitivo; y a Stamford Bridge lo original le sabe mejor.
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