El Getafe vence a un ¡®fantasma¡¯

Destemplado, hipotenso, casi fantasmag¨®rico, el Valencia pas¨® por Getafe como un alma en pena. Se march¨® del partido casi antes de llegar. Soldado solt¨® un rel¨¢mpago, pero la tormenta fue azulona.

El equipo de Luis Garc¨ªa recuper¨® la mejor versi¨®n de varios de sus primeros espadas ante un rival en el que, a la vista de los acontecimientos, se anuncia tempestad. Mientras unos miran hacia arriba aliviados porque se alejan las penurias, los otros miran de reojo hacia atr¨¢s porque ya notan el aliento del Levante y del resto de aspirantes a la Liga de Campeones.

Sin el vuelo necesario como para cuestionar la hegemon¨ªa de Barcelona y Madrid, pero con la calidad suficiente para vivir instalado sin sofocos en la zona Champions, el Valencia se ha convertido en un equipo extra?o. Capaces de firmar en la misma semana una victoria lustrosa en San Mam¨¦s con un petardazo insospechado en Mestalla ante el colista, los de Emery mezclan a partes iguales talento e inconsistencia. Con m¨¢s pegada que criterio. Propensos a la ciclotimia y asiduos al div¨¢n.

Arranc¨® imponente en Getafe. Tanto como el zapatazo de Soldado que dobl¨® las manoplas de Moy¨¤. El delantero retom¨® el trabajo donde lo dej¨® el curso pasado, cuando arroll¨® a los azulones con cuatro goles. Aquel d¨ªa, Soldado luci¨® lo mejor de su cat¨¢logo ante el equipo que le promocion¨® para misiones superiores y dio un curso de contundencia, punter¨ªa y determinaci¨®n. Cuatro tantos en cuatro remates a puerta.

Anoche, el internacional atin¨® a los cinco minutos, en la primera que tuvo, pero fue un espejismo. El Valencia et¨¦reo y displicente se cay¨® de un soplido. Bast¨® el aplicado ah¨ªnco del Getafe para destapar la ruinera de los de Emery. En un santiam¨¦n los azulones pasaron del sofoc¨®n a la fiesta. Gavil¨¢n se volvi¨® incontenible para Bruno, Diego Castro camp¨® a sus anchas y Pedro R¨ªos rescat¨® su duende. El extremo jerezano firm¨® el empate con un cabezazo a centro de Gavil¨¢n que, de refil¨®n, sirvi¨® tambi¨¦n el segundo a Miku. En pleno esperpento de la defensa valencianista, y con Bruno ofuscado, lleg¨® el tercero antes de la media hora. Gavil¨¢n colg¨® una falta al centro del ¨¢rea y el lateral, con las botas anudadas, confundi¨® los conceptos de despeje y remate y bati¨® a Guaita, que complet¨® el dislate.

En un santiam¨¦n, los azulones remontaron el gol de Soldado y desataron la fiesta

El Valencia se marchaba por el sumidero mientras el Getafe agradec¨ªa semejante bicoca para prolongar otra buena racha. Los de Luis Garc¨ªa, instalados en una met¨®dica irregularidad, han tomado el impulso suficiente como para escapar de los miedos y plantearse retos mayores.

No encontraron oposici¨®n los azulones ante un equipo desangelado. Topal y Parejo no encontraron nunca el libro de instrucciones, Jonas y Piatti dimitieron de la mano y Soldado se qued¨® como el llanero solitario, desasistido y peleando por la nada. Porque nada alter¨® el rumbo del partido, ni sobre el c¨¦sped ni desde la banda. Mientras el Getafe hac¨ªa hucha con los puntos y cuadraba sus cuentas, los de Emery entraban en barrena escenificando sus turbulencias internas. ¡°Estaremos con el m¨ªster mientras est¨¦ con nosotros¡±, declar¨® Parejo a pie de c¨¦sped nada m¨¢s concluir el partido ofreciendo una explicaci¨®n que son¨® m¨¢s a divorcio que a unidad.

Por Getafe pas¨® un fantasma y se cruz¨® con la euforia de un equipo que sue?a con reverdecer excursiones por Europa.