Territorio Ra¨²l Garc¨ªa
Dos goles del medio abaten a un Espanyol nervioso que termin¨® con nueve jugadores
Dos gritos en un espacio vac¨ªo procedentes de la misma garganta dejaron claro qui¨¦n era el propietario del local. Dos intervenciones sutiles de Ra¨²l Garc¨ªa bastaron para alejar de la zona a los merodeadores del Espanyol, que se ech¨® hacia atr¨¢s ante las vibraciones. As¨ª recuper¨® Osasuna la senda de un camino que lleva a Europa. Y queda atr¨¢s el conjunto de Pochettino, con m¨¢s de una rabieta que solucionar.
Y eso que el recibimiento del Reyno de Navarra demostraba un distanciamiento personal con Osasuna. Un reproche expl¨ªcito por la debacle ante el Rayo Vallecano (6-0). Aguardaba el p¨²blico una reivindicaci¨®n de su esencia. Una especie de golpe en la mesa con sabor a penitencia. Algo que en fr¨ªo le costar¨ªa demostrar al conjunto rojillo, acostumbrado como est¨¢ a un calor de los que no terminan.
OSASUNA, 2 ESPANYOL, 0
Osasuna: Andr¨¦s Fern¨¢ndez; Marc Bertr¨¢n (Echaide, m.76), Lolo, Miguel Fla?o, Dami¨¤; Pu?al, Raoul Lo¨¦; Cejudo, Ra¨²l Garc¨ªa (Timor, m.90), Lamah; y Nino (Lekic, m.87).
Espanyol: Kiko Casilla; Javi L¨®pez, Forl¨ªn, H¨¦ctor Moreno, Didac; Baena, Cristian G¨®mez (Romaric, m.74); Sergio Garc¨ªa (Weiss, m.64), Verd¨², Coutinho; y Uche (Pandiani, m.70).
Goles: 1-0, m.53: Ra¨²l Garc¨ªa. 2-0, m.69: Ra¨²l Garc¨ªa.
?rbitro: Velasco Carballo (Comit¨¦ Madrile?o). Expuls¨® por doble amarilla a los jugadores del Espanyol Coutinho (m.17 y m.54) y Forl¨ªn (m.37 y m.82). Mostr¨® tarjeta amarilla a los locales Ra¨²l Garc¨ªa, Pu?al y Dami¨¤, y a los visitantes Baena, Cristian G¨®mez y Javi L¨®pez.
13.000 espectadores en el Reyno de Navarra.
Con aire c¨¢lido se mostr¨® de entrada el Espanyol, tratando de aprovechar esa falta de feeling local para adue?arse del territorio. Una aproximaci¨®n desde el pasillo hasta la cocina. Pochettino coloc¨® de nuevo a Cristian G¨®mez como eje en el centro del campo y a partir del medio se generaron las primeras conexiones. De su zurda salieron diagonales hacia Sergio Garc¨ªa y devoluciones a Coutinho. Un intruso si cabe m¨¢s molesto por su capacidad para ocupar distintas habitaciones.
Encendida la calefacci¨®n central, las cosas cambiaron para Osasuna. Sin la posesi¨®n, un problema menor, los navarros se centraron en sacar punta al juego a¨¦reo gracias a la complicidad entre Pu?al y Ra¨²l Garc¨ªa. Un baile en el que se mueve sin ritmo el conjunto de Pochettino. M¨¢s centrado en la elaboraci¨®n, las alturas se le resisten. Un pie cojo del que sac¨® provecho el medio navarro al rematar de volea al poste un centro de Lolo.
De nada sirve vestirse para la ocasi¨®n si al primer traspi¨¦ se te rompe el zapato. Una sensaci¨®n que los blanquiazules no supieron equilibrar. Un desperfecto que aumentar¨ªa su desnivel tras la expulsi¨®n de Coutinho, amonestado primero por simular una falta y despu¨¦s por devolver con una triqui?uela el bal¨®n tras una falta, que el ¨¢rbitro interpret¨® como menosprecio. Dos negligencias de un adolescente en crecimiento que terminar¨ªan condenando a un equipo nada acostumbrado a la marea baja.
Con la orilla agrandada, Osasuna se instal¨® en el ¨¢rea de Casilla, donde clavar¨ªa una sombrilla bajo la que descansar. La capital del territorio fue Ra¨²l Garc¨ªa. El navarro se movi¨® con soltura. Tanto que de un control con la mirada clavada en el suelo naci¨® una vaselina sobre Casilla que desatar¨ªa por fin el cari?o guardado en cada asiento del estadio. Una cruz demasiado pesada para un Espanyol que tir¨® de experiencia con Pandiani y Romaric para voltear una situaci¨®n adulta. Aun m¨¢s traum¨¢tica con la expulsi¨®n de Forl¨ªn, ajeno siempre al tempo del partido, tras un codazo tan da?ino como innecesario sobre Ra¨²l Garc¨ªa.
No le import¨® al medio navarro, que se lo adjudic¨® como una muesca m¨¢s en el cintur¨®n. Ya hab¨ªa dejado su sello en el campo. Una marca que delimita su territorio.
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